En la pequeña canasta solo había un par de peras, claramente recién recolectadas, justo cuando Juliana y Sonia llegaron.—Vine a verte a ti y a Ánsar después del desayuno.Juliana, siempre dulce, abrazó a señora Lago y pellizcó las mejillas de Ánsar.También presentó a Sonia a Antonia.—Ella es mi n
Al pensar que esta era la chica que le gustaba a su hijo, Antonia ya consideraba a Sonia como su futura nuera en su corazón, y no pudo evitar querer conocerla más, acercándose a ella.Sin embargo, Sonia se sintió algo incómoda bajo esa mirada directa y amable.—Señora, me temo que no es apropiado qu
—No, Sonia y Ánsar se llevan bastante bien, no dijeron nada más —Juliana miró hacia atrás por un momento, ocultando el significado profundo en sus ojos.—Además, ¿para qué le preguntaría a Ánsar? Aún no has aceptado casarte con él, así que ¿por qué tendría prisa en preguntar sobre Ánsar? Solo era cu
Gabriel retiró sus dedos de los documentos en el tablet, golpeando la mesa lentamente. Sin prisa por hablar, simplemente observaba el documento, con un ritmo constante en sus golpeteos.Ese sonido, como el tañido de una campana que llama a alguien al infierno, aumentaba la ansiedad de Alejandro. Pen
—No, no, ¡quiero irme ahora!— Alejandro se dio cuenta de que algo iba mal, con la garganta seca, intentó abrir la puerta a la fuerza.La puerta de la oficina del CEO estaba hecha de un material especial; el vidrio unidireccional permitía ver hacia afuera, pareciendo frágil, pero en realidad era difí
En el aeropuerto de Luzmarina.—Viejo, te lo advierto de antemano, si vuelves a ponerte estirado y haces que mi Juliana se enoje, no solo olvídate de que ella cocine para ti, sino que tampoco vuelvas a Sazón del Alma—Ernesto se quejaba sin parar mientras caminaba entre la multitud que salía del cana
Al girar la cabeza, los dos ancianos de cabello encanecido ya se habían acercado. Ernesto, quien no había visto a Juliana en mucho tiempo, no podía ocultar su alegría. Si no fuera por su edad avanzada, probablemente habría corrido hacia ella.—¡Juliana, hace tanto tiempo que no te veo!—A pesar de su
"—Sí, Emiliano, parece que te has preparado bien —comentó Sergio, quien conducía el coche. Era un vehículo completamente nuevo, entregado por la sucursal del grupo empresarial justo antes de su despegue.Sergio, además de su afición por las mujeres hermosas, tenía un interés especial en los coches.