Diego recibió muchas noticias esa tarde y su cabeza le dolía. Decidió subir a descansar en la bañera.Se levantó del sofá y de repente recordó algo.—Por cierto, Feliciana, enseñar una lección a Camila es una cosa, pero en tu caso...Camila recibirá las consecuencias de sus malas acciones, pero Juli
Después de publicar la publicación, Juliana dejó de preocuparse por ello. Ella recogió todos los dispositivos electrónicos, al igual que Diego, y luego cocinaron y cenaron como de costumbre.Durante ese tiempo, ella hizo una videollamada a los padres de los Román, que estaban lejos en Luzmarina, mie
Juliana se volvió y al levantar la vista, vio el perfil bien definido de Mauricio. Asintió con la cabeza, con una tristeza en sus ojos que no podía disipar, y su mirada se desvió inconscientemente hacia la dirección en la que Diego había desaparecido.—Mauricio, ¿sabes?Mauricio siguió la mirada de
Juliana se sintió un poco desanimada, pero sabía que necesitaba tiempo.Desde que Diego tuvo la capacidad de ganar dinero, nunca había vuelto, y no iba a cambiar de opinión solo por unas palabras suyas.A pesar de sentirse decepcionada, no perdió la esperanza y todavía se preocupaba por Diego: —Die
Al otro lado del teléfono, parecía que Susana soltó un suspiro de alivio. Luego, su tono se volvió aún más suave, —He oído que en tu divorcio con Emiliano, él te ha dado una buena cantidad de activos, incluso la Mansión Arroyo que el abuelo les compró a ambos ahora está a tu nombre, ¿verdad?La son
La palabra de Juliana se quedó atorada en su garganta.¿Es que si lo suave no funcionaba, iban a intentar con amenazas?Juliana no pudo evitar sonreír, tanto por la táctica de palo y zanahoria empleada por Susana como por el hecho de que ella misma tenía el poder de hacer que doña Susana se sintiera
En la antigua residencia de los Torres.Después de colgar el teléfono, Susana se frotó el entrecejo, frustrada. —¡Ese chico solo me trae problemas!—Señora, cálmese.Josefina, que había cortado algo de fruta, intentó consolarla. —Los hijos siempre traen preocupaciones, y además, no es culpa del jo
—Está bien, Josefina, no hablemos más de eso. Ve y haz lo que tengas que hacer, yo descansaré un poco.Susana estaba algo cansada después de tomar la medicina y sonrió con resignación ante el comentario de Josefina.La elección de Juliana por parte del abuelo no había sido solo por gusto; los Garza