Una cuestión de hombres a hombres.Y cuando vio a Juliana hablando con Javier con esa actitud, se enfadó mucho más.Con una expresión seria, dijo: —Señor Morales, mi esposa y yo estamos yendo a casa. No creo que necesitemos tu permiso, ¿verdad? Julita, ¡sube al auto!Juliana ignoró por completo las
—No se pueden comparar estas dos cosas—dijo Emiliano frunciendo el ceño.—¿Por qué no se pueden comparar? ¿Es porque Javier es hombre y Camila es mujer? Ahora vivimos en una época de igualdad de género— replicó Juliana enderezándose en su asiento y abrochándose el cinturón de seguridad.—Además, afu
En ese momento, ella aún guardaba su alegría más sincera. Incluso si la enviaban al extranjero, todavía mantenía sus fantasías, haciendo todo lo posible para ayudarlo, con la esperanza de que no tuviera preocupaciones.Por lo tanto, cuanto más intensamente amas, más completo es el colapso.¿Lo odiab
Juliana hizo como si no entendiera y dijo—¿Qué... qué dije? Ya no lo recuerdo.—Me preguntas qué pasaría si...—Así que ¿lo harías?Sin esperar a que Emiliano terminara de hablar, Juliana lo interrumpió directamente.Se detuvo en el escalón de la entrada de la mansión y se volteó para mirar a Emilia
—Toma esto.Emiliano retiró el vaso.—¿La preparaste tú?Juliana estaba sorprendida y desconcertada.Pero lo que la sorprendió aún más no era solo eso.Ella observó a Emiliano agacharse frente a ella, agarrando su tobillo y limpiando la planta de sus pies con una toalla tibia.Aunque él era de alta
Con el traje cayendo al suelo, los dos se encontraron en un enfrentamiento.Juliana realmente no entendía de dónde venía su hostilidad hacia la familia Román.Si era por un malentendido sobre su relación con Diego, era simplemente absurdo.Dejando de lado que ella y Diego eran familia, incluso si fu
Emiliano sonrió y dijo—Si no tienes prisa, ¿por qué me apuras a divorciarme?—Pero...—¡Lo que suceda entre mí y Mila no es asunto tuyo!Las palabras de Juliana fueron interrumpidas por Emiliano.Su repentino enojo la asustó, apretó los labios y lo miró en silencio.Antes, no importaba cuánto se enf
Emiliano se quedó parado, sin moverse.Juliana lo apremió, diciendo: —¿Qué estás haciendo ahí parado? Tú mismo lo dijiste, ¿ahora no vas a cumplir con tus palabras? No me digas que ni siquiera puedes llevarme lejos.—¿Por qué?— Preguntó él, con una mano en el bolsillo, parado en las escaleras y mirá