Vio la precaución en los ojos de Juliana, frunció el ceño y sintió una ira insondable en su corazón.—Aún no nos hemos divorciado oficialmente, pero ya estás teniendo relaciones con otros hombres y eso te parece apropiado?《¡Y no es solo un hombre!》《¡Incluso puedes aceptar bailar con Sergio, pero e
—Tú...Emiliano se quedó perplejo por un momento.Él sabía muy bien a qué se refería. Recordaba cómo, hace varios años, la joven mostró su timidez por primera vez delante de él, o cuando él mismo fue a comprar toallas sanitarias para ella.Al pensar en el pasado, le parecía un poco confuso y le cost
Sin embargo, esa idea solo duró un momento.Él, mirando sus ojos burlones, involuntariamente apretó su agarre en su muñeca y le dijo: —Hasta que se completen los trámites de divorcio, sigues siendo mi esposa, ¿eso es suficiente?Juliana asintió seriamente y dijo: —Entonces, ¿señor Torres finalment
Juliana también se esforzaba por hacerse la víctima: —Oye sí, señor Torres, ¿podría ser que no quieras divorciarte de mí y que no quieras casarte con Camila?Emiliano finalmente no pudo aguantar más y exclamó: —¡Juliana, ya basta!Las dos mujeres peleaban, y él estaba al borde de la desesperación.
Él se apoyó junto a la puerta del coche, su cabello negro perfectamente arreglado se desordenó con el viento, y su elegante presencia adquirió un toque de encanto despreocupado.Al ver que Juliana se acercó, su postura informal se enderezó ligeramente, y sus ojos oscuros se enturbiaron al ver al hom
—¿Por qué? ¿No es lo mismo en cualquier asiento?Emiliano le preguntó sin entender.La última vez que fueron a la cena de cumpleaños de Camila, Juliana se sentó atrás a propósito, tratándolo como si fuera su chofer. Ahora, de repente, quería sentarse adelante.Juliana lo miró con una expresión extra
Una cuestión de hombres a hombres.Y cuando vio a Juliana hablando con Javier con esa actitud, se enfadó mucho más.Con una expresión seria, dijo: —Señor Morales, mi esposa y yo estamos yendo a casa. No creo que necesitemos tu permiso, ¿verdad? Julita, ¡sube al auto!Juliana ignoró por completo las
—No se pueden comparar estas dos cosas—dijo Emiliano frunciendo el ceño.—¿Por qué no se pueden comparar? ¿Es porque Javier es hombre y Camila es mujer? Ahora vivimos en una época de igualdad de género— replicó Juliana enderezándose en su asiento y abrochándose el cinturón de seguridad.—Además, afu