Tropecé con Fernanda mientras caminaba hacia el elevador, me dirigía a una reunión cuando ella giro la esquina y chocó conmigo, mis manos volaron por inercia rodeando su cintura para que no se fuera contra el duro suelo, mi rostro se colocó en la curva de su cuello y ahí pude oler su cabello, olía a frutos rojos, se me hacia agua la boca.
No pude evitar mirarla de arriba abajo era hermosa y muy atractiva, hasta ahora no había escuchado su voz, dulce, armoniosa y temblorosa, pero lo que más me llamo la atención de ella, no fue su increíble calor corporal ni el color verde de su mirada, sino los ojos rojos hinchados y un rostro triste
¿Qué es lo que la hizo derramar lágrimas?
¿Podría haber sido por la enfermedad de su madre?
¿Alguna pelea de novios? Quería, no, mejor dicho, deseaba que fuera la primera opción, así no habría mucho que se pusiera en su contra para que aceptara el contrato.
Había sido un poco más duro de lo que quiser ser con ella pero la mirada de Carol puesta en nosotros me había hecho ponerme un poco a la defensiva además aún no aceptaba nada y si ella decía un no la metería en problemas con la rubia
Carol estaba bastante loca y era lo último que esa chica necesitaba
Estaba en mi oficina, con una copa de coñac en mano, esperando la llamada de Logan
Mi móvil sonó, pero no era a quien esperaba, sino mi madre, deslicé a contestar con pesadez, no estaba con ganas de escuchar su entusiasta voz preguntándome sobre la mujer que llevaría conmigo en pocos días.
La que aun no existía.
— Madre. – salude con seriedad y formalidad.
— Santiago – cuando me llamaba solo por mi nombre ya sabía que detrás de esas cinco letras venia algo mas que se me sería difícil negarle- ¿Me podrías decir como es la mujer con que vendrás acompañado?
A pesar de toda insistencia de mi madre le negaría una vedad que no tenía, de mis labios no saldría nada más que pequeños detalles que encajaría con cualquier mujer y después de todo, quería mantener la sorpresa para el gran día.
— La conocerán en menos de una semana.
— Eso ya lo sé. – dijo molesta- Solo quería que me dijeras como es, cual es su nombre, de donde viene, desde cuándo es que están saliendo. Es que parece que esta extraña a parecido de la nada.
Si mi madre supiera lo que estaba haciendo de seguro me ganaría el más grande reproche de la historia pero para mí suerte no lo sabía, su alegría era inmensa porqué yo haya encontrado un nuevo amor sucumbiría a todas sus dudad, después de cada tragedia sale el sol, y mi familia creerían que esta mujer que llevaría de la mano era mi nueva oportunidad de iluminar las mañanas grises, nunca estarían tan equivocados como en ese momento.
— Madre, te llamo luego tengo. Tengo una reunión urgente que asistir. – mentí.
— Santiago espera. - me detuve antes de colgar- Siquiera me podrías decir cómo se llama.
Un nombre, ella quería un nombre, mi madre, que tanto había esperado que siguiera con mi vida, que no me detuviera en una noche llena de agua y lágrimas, no le podía dar por lo que años ha rezado, que volviera a amar. Pero yo seguía siendo el mismo hombre de siempre que cometía errores que después pagaría.
— Se llama Fernanda - colgué.
Fernanda no estaba en su puesto de secretaria, de seguro tendría que estar con Logan.
Toque la puerta y mi amigo abrió, tenía un traje azul igual que el mío, me sonrió y se retiró para dejarme pasar, Fernanda estaba sentada enfrente del gran escritorio, se veía nerviosa, como cuando el director llama a un alumno a dirección por alguna travesura que cometido. Nuestras miradas se encontraron, el escozor rojo en sus ojos había desaparecido.
— Buenas tardes, señor Ferreira- dijo inquieta.
— Hola Fernanda — le saludé de regreso.
Me sentía algo mal por a verla tratado de esa forma temprano aún así lo volvería hacer
Logan que hasta ese momento estaba en un lado de la habitación mirando como un espectador se introdujo en la fría y tensa conversación.
— Le estaba contando a Fernanda sobre que tu fuiste quien me mando a seguirla. – me sorprendió su comentario, como si acosar a alguien fuera algo usual- Y que teníamos una propuesta que no tendría porque rechazar.
La repasé con la mirada y me detuve en que, sentada ahí con las piernas entrecruzadas se le levantaba ligeramente la falda, era hermosa, Fernanda no tendría porque desertar de tan jugosa compensación y menos si de ese modo fuera a salvar a su madre y yo la convencería porque ya había dado su nombre a mi madre
— De que trata todo esto. – se exaltó de la nada - Me persiguen y ahora me tienen aquí ¿Que es lo que está sucediendo? ¡Díganme ya! - Exigió
Tenia carácter, me gustaba.
Logan camino a su silla, frente a la de Fernanda mientras que yo me coloque en el sillón de la estancia.
— Tu madre está enferma.
— Supongo que se lo contó su amigo. – Dijo a la defensiva, su mirada viajo hacia Logan. Su notó de voz era algo alto aún así lo deje pasar entendiendo que estaba en una situación de estrés
— Lo que te quiero decir es que yo podría pagar todos los gastos de la enfermedad de tu madre.- Trate de verme lo más firme que pude – Podría ayudarte a resolver parte de tus problemas
Fernanda frunció el ceño en su rostro se reflejaba la duda y confusión.
— ¿Y usted por qué haría eso? - Pregunto – ¿Que es lo que quiere a cambio? – Pregunto– nadie da nada de gratis
¿Por qué se le habrá ocurrido a mi abuelo hacer un testamento tan descabellado?
— Necesito que finjas ser mi prometida y que después no casemos
Decir que estaba sorprendida era quedarse por las orillas ella se veía pasmada, como si me hubiera crecido un tercer ojo.
— ¿Por qué haría eso por usted? – se inclino en mi dirección.
Sin rodeos, me repetí como un mantra, si la verdad era lo que convencía a las personas, tal vez esa era mi única arma para convencerla a ella.
— Lo que yo intento decir es que, si tu aceptas fingir una relación conmigo tendrás el dinero para la operación de tu madre además de una buena recompensación al final.
Fernanda sonrió y movió la cabeza de Logan hacia a mí, incrédula por lo que estaba escuchando.
— ¿Y usted por que se casaría con alguien a quien recién conoce? – dijo con firmeza
Ahí era donde entraba la verdad como esperanza de hacerla entender que los dos ganaríamos en este acuerdo.
— No tengo la intensión de tener un matrimonio verdadero contigo. - explique - Sera por unos meses que fingiremos ser esposos, hasta que se abra el testamento de mi abuelo y reciba mi herencia.
— Explíquese mejor. – rogo con la mirada.
Al menos tenia a Fernanda donde quería, que la curiosidad le picara y no le quedara otra opción de aceptar.
— Mi abuelo murió hace unas semanas, en su testamento dejaba todo al primer nieto que estuviera casado. Si me caso antes de que su legado sea abierto nadie sospechará de mis planes, yo tendré la herencia y nada se perderá con mi primo.
Veamos si podía soportar mi carácter.
— No será un matrimonio totalmente falso. – Logan corto los ánimos rígidos - Legalmente estarán casados, pero habrá un contrato con clausulas que los dos cumplirán y una fecha máxima para que todo llegue a su fin.
— ¿Cuáles serían esas cláusulas? – Pregunto
— Tendrás que estar casada conmigo y no podras decirle a nadie lo que está pasando aquí, esas solo son las más importantes– Le dije
Me levanté y fui al pequeño bar que había en el despacho, una mesa con un par de botellas de coñac y whisky. Serví tres copas, esperábamos por su respuesta. Le entregue una a Logan, aun nadie hablaba. Le entregué una a Fernanda que tomo con nerviosismo y llevó a sus labios, esos labios gruesos y rosados, llamativos, tan deseables que ningún hombre resistiría a tocarlos.
Y mientras viajaba en una fantasía carnal su mirada brilló, no era causado por el efecto del alcohol, sino por destello de la adrenalina. El mismo destello que aparecía cuando estabas a punto de cometer una locura.
*****
— Acepto- reconozco la voz que sale de mis labios.Pienso en mi madre y la respuesta sale de inmediato, observo a Santiago y Logan y los hago felices, nada puede salir mal de dos partes que ganan, el tendrá su herencia y yo el dinero para la operación de mi madre.
— Sabía que lo harías. – dice Logan
¿Nos creerían el compromiso?
¿Sería lo suficiente ágil para mentir?
¿Podría fingir amor hacia alguien que recién conocía?
Si es que íbamos a engañar a todos fingiendo que nos amábamos, que éramos una pareja
¿cuál era nuestra historia?
Porque detrás de cada compromiso había una.
— ¿Nos creerán? – le pregunté a Santiago – No es un poco raro que usted de pronto tenga una prometida escondida.
¿Cómo es que haríamos creer a los demás de inmensa locura?
Santiago Ferreira no tenia novias o eso era lo que escuché por casualidad a algunas compañeras. Entonces, si era verdad que él no tenía relaciones formales.
¿Cómo los demás se creerían tremenda mentira?
— Soborne al abogado de mi abuelo para que me abriera el testamento antes de tiempo, todo porque él me dijo antes de morir que me dejaba un misterio. – explico – Y desde que leí esa clausula del matrimonio sabia lo que tenia que hacer, y para encajar, no dejo que muchos entren a mi vida privada. Nadie dudará si actuamos bien, nadie dudará porque soy un hombre que hace las cosas hasta que está totalmente seguro que saldrán a su modo.
Al parecer ya tenían todos lo huecos cubiertos, solamente les faltaba su protagonista, ahora si podían empezar con la función.
— ¿Qué pasaría si usted no cumple con la cláusula? - esa duda cruzó mi cabeza.
¿Cuál era el verdadero problema con el que su primo heredara?
¿Acaso Santiago era de los hombres codiciosos, de los que no dejaba que nadie le quitara lo suyo?
— Si yo no cumplo con esa cláusula mi primo será el heredero y él no juega en el marco de lo legal. Esta empresa - señalo alrededor – y las demás que tiene mi familiar irán con él, Mario no sabrá manejarlas como yo lo hago.
Por la forma en la que hablaba de Mario lo hacía sonar como un ser despiadado, cruel y bárbaro pero, también había cierto rencor por cada vez que pronunciaba su nombre, quizás la herencia no era lo único que se peleaba.
— Sé que hay más, - busque la mirada de Santiago - pero no voy a insistir. Supongo que la historia detrás del odio entre su primo y usted no es de mi incumbencia.
santiago empalideció, sorprendido por lo rápido que lo descubrí.
— Seguimos. - dijo Logan rompiendo el ambiente.
— Logan porque no sacas el contrato de una vez. – Santiago intentaba recuperarse de mi arbitrariedad.
— ¿Ya está listo? – pregunte con temor.
¿Estaba segura de lo que iba hacer?
Mi madre se estaba muriendo y debía tener ya el dinero de su operación, no tengo más opciones
— Aquí están especificado lo que tendrás que hacer y cuando hacerlo, al igual de la cantidad de dinero que recibirás por tus servicios. No te preocupes, - suavizó la voz y su mirada me encontró – no harás nada que no desees.
No sé si fue por la presión de que necesitaba el dinero o por su mirada compasiva la que denotaron una confianza en él.
— ¿Qué es lo que exactamente haría yo?
Santiago pareció tomarse su tiempo para responder y es que cualquier cosa que íbamos hacer desde ahora tendría que ser totalmente planeada y escrita en un contrato, lo único que está especie de farsa matrimonial traería de bueno para mí era que mi madre podría ser operada, con los demás me liaría después. No me importa, o importará, lo que Santiago ganará mientras él cumpla su parte todo estaría bien.
Estoy haciendo lo mismo que con la tarjeta estoy solicitando problemas mientras me generó más
— Solo quiero el dinero para la operación de mi madre. – aclaré – No me importa la gratificación que recibiría cuando toda esta farsa termine.
Logan y Santiago cruzaron mirada.
— Está escrito en el contrato que recibirás una pero si no la quieres no te la daré. – suspiro - Si alguna vez cambias de opinión házmelo saber con antelación.
Tomo el folder amarillo y ojeo cada página.
En resumen se concentra en que nos casaríamos de forma legal, con bienes separados y con una fecha de emisión matrimonial.
¿Acaso existía un tiempo límite para que acabe un matrimonio?
En nuestro casi sí. Tenía sentido que un hombre soltero, atractivo, con cero ganas de compartir su vida y su multimillonaria herencia tuviera tantas precauciones, pero yo compartiría mi vida con un desconocido por los próximos nueve meses desde que firme este papel, y volvería a aceptar si fuera necesario.
Respecto a nuestros limites, Santiago no me podía tocar ni hacer algún tipo de daño, físico o emocional, sin mi consentimiento, del mismo modo que yo tendría que acompañarlo a cada evento y celebración que se refieran a él.
Y mientas llegaba al final de la tercera hoja caí en la cuanta que mi nombre y apellidos se repetían por todos lados.
¿Desde cuándo lo tenían planeado?
¿Cómo es que habían estado tan seguros de que aceptaría?
— Que seguridad al creer que aceptaría. – moví la carpeta en sus rostro- Si hasta tiene mis datos personales.
Mi voz saco a Santiago de algún pensamiento y a Logan la mirada del celular.
— Yo me tomé la libertad de hacerlo. – explico Logan y sorprendió a Santiago- Puse tus datos pidiéndolos de recursos humanos. Estaba muy seguro que aceptarías y no me equivoque.
Pase de molestarme por su confianza en mi desesperación y me concentre en el contrato.
Seguí leyendo.
Al parecer tendríamos que viajar si era estrictamente necesario, también actuaríamos escenas amorosas, como besos y caricias frente público. Al principio no me pareció del todo desagradable, pero mientras más pensaba en la idea de que otros creyeran que estábamos enamorados me pretendía a un juego peligroso.
De igual forma decía que si le contraba esto a alguien más o quería a terminar el contrato antes debía pagar una enorme suma de dinero
— ¿Aceptas? – dijo Santiago cuando cerraba la carpeta.
Lo observe detenidamente, sus ojos azules me rogaban por una respuesta, su mandíbula estaba ligeramente apretada, le debía parecer torturante la espera.
Tomo el bolígrafo que Logan me extiende y estampo mi firma.
Los dos hombres sonríen, y pienso, que no hay nada que tener ni festejar.
Al final nada puede salir mal si los dos ganamos ¿o sí?
A mi mente llegó aquella rubia seguramente golpeándome por acercarme a su hombre pero también mi madre saliendo bien de aquella operación.
Ya las cartas están sobre la mesa ahora debía lidiar con lo que sea que venga.
La puerta se abrió haciéndonos sobre saltar a todos, me giré y la mire ella solo me miraba como si quisiera matarme
Oh no
Vi a Carol entrar mientras su tacones resonaban fuertemente, ya estaba comenzando agotar mi paciencia he dejado que me diga todo el día pero ya se está excediendo — ¿Que hacen con ella aquí?– Grito haciendo que Fernanda se sobre saltar y yo la mirada con fastidio– Respondeme ya Santiago - Dijo mientras le daba fuerte al piso con una de sus tacones. ¿Acaso esta mujer estaba haciendo un berrinche? Cuando la vi caminar directamente a Fernanda me interpuse a tiempo para que no hiciera algo más que tomarle el cabello — ¡Carol esto es una oficina! –Exclamo Logan mientras me ayudaba a que la rubia soltara el cabello de Fernanda Una vez que logramos separarlas, la saque de la oficina cargada mientras ella seguía pegando gritos y dando patadas "¡El es mío! ¡El es mío!" Es lo único que se escuchaba en todo el piso No podía con la vergüenza. La lleve a la oficina ahí llamaría a seguridad. Una vez en mi oficin
Reviso unos papeles cuando la puerta se abre de modo estruendoso me asusta y me desagrada ver quien está parado frente a mí. Es Mario una vez más ¿No se cansa? ¿No tiene más nada que hacer con su vida que venir a molestar? — Lo siento señor Ferreira. - se disculpa Marta, mi secretaria- El señor quería entrar le dije que esperara pero no me obedeció como la otra vez — No te preocupes, yo lo atiendo. – hice un gesto para que ella saliera de la habitación. Lo miro con desprecio, con asco y sorprendentemente una sonrisa recorre mi rostro, imaginando su cara de molestia cuando escuche que no se llevara ni un dólar de la herencia. Él me observa de la misma manera supongo que imaginándose lo mismo Nuestra tensión inicio desde hace ocho años cuando lo que deseábamos se volvió uno y ninguno gano. Desde ese día su altanería y mi indiferencia se volvieron la comidilla de cada reunión familiar.
FernandaEn la sala de espera el tiempo parece ir mas lento de lo normal, como si la buenas y malas noticias se cocieran a fuego lento.Mi madre había entrada a cirugía hace al menos unas seis horas luego de que yo había llegado y apenas pague todos los gastos de la operación sin contar los honorarios del médico de cabecera que era el que había estado con mi madre desde el momento que la traje por primera vez pero de eso se encargaría SantiagoLos nervios se apoderan de mi cuando veo salir a algún doctor de la sala de cirugías, pero ninguno es al que ansió ver.He estado con el corazón latiendo de forma acelerada desde que observe a mi madre cruzar la puerta doble, caminando de un lado a otro para despegar mi miedo.Intento centrar mi concentración en cualquier otra cosa para que el tiempo corra rápido, aunque el corazón no funciona d
- Esta bien. – en un susurro.Su falta de impresión me genera miedo.- ¿Te encuentras bien? – digo dando un paso hacia ella.- En lo que cabe. – dice muy seriamente. - ¿Quieres algo de tomar?Quizás ella estuviera en la etapa de aceptación o tal vez porque había muchas más emociones que la invadían y la felicidad por no ir a una fiesta no era una de ellas. No podía sobrecargarla con presentaciones y mentiras mientras su estabilidad tambaleara, corría un gran peligro en que nos descubrieran.- No, gracias.Escuche como llenaba la tetera de agua y la ponía al fuego. Fueron minutos de silencio, cada uno metido en su cabeza hasta que la tetera silbó y Fernanda pego un pequeño salto, con su taza de café volvió al sillón y se arropó.- ¿Cuál es la historia? &ndas
Santiago había insistido en estar conmigo, acompañándome y ayudándome en todo lo que estaba a su alcance. Cuando lo miraba de reojo encontraba tristeza en su mirada, como si estuviera perdido en sus recuerdos, recuerdos que le hacían daño. ¿Qué ocultaba bajo sus muros? Porque en estos últimos días él no me había mostrado a un hombre serio y trabajador, sino a uno compasivo y empático. Por suerte se había pospuesto la fiesta de cumpleaños del padre de Santiago, aunque hubiera ido sin importar la situación, cumpliría con mi palabra. Pero también entendía a Santiago, en su insistencia, por posponer la reunión. Quien quería llevar a una chica con ojeras, desaliñada y con una mirada triste a una presentación con sus padres. Esta mañana me había despertado cansada había pasado gran parte de la noche pensando y pensando Me preparé mi taza de café caliente, como todos los días, y fui a sentarme en el sillón. Hace ya tres días me había despertado en
No podía negar que Fernanda se ve espectacular. Encantadora. Hermosa. Lleva un vestido azul con mangas, la tela es suave y en la falda se rodea un delicado pliegue. Su cabello está suelto y ondulado. Está maquillada con delicadeza, sobrio, nada exagerado.Me gusta.Se ve mucho mejor desde la última vez que estuve con ella, un poco más delgada, pero nada que no se pudiera solucionar con una mejor alimentación. Su rostro abandonó las ojeras y en sus mejillas se pinta en rosado tierno.¿Cómo se habrá sentido Fernanda en estos últimos días?Me hubiera gustado venir a visitarla, pero el trabajo y Logan me lo impidieron. Además, ella necesitaba tiempo a solas para entender cuál iba a ser su nueva vida, lamentablemente el doctor ya nos había comunicado que en cualquier momento ella podía tomar la decisión de desconectar a su ma
Rápido es la primera palabra que se viene a mi cabeza con esta situación y en este momento, estamos yendo muy rápido.No sé cómo lo hacen, pero mis pies logran avanzar y en segundos estoy al costado de él. Enrosca su brazo en mi cadera, su tacto es caliente.— Cuando la conocí sabía que todo iba a cambiar. – Santiago es mal alto que yo, baja el rostro y lo coloca a mi altura – Que habría un antes y después con ella, que me haría dejar la soledad y el caos. Poco a poco se convirtió en alguien muy importante para mí, en alguien a quien no podía dejar ir. – sonríe y se me acelera el corazón – De ahí el compromiso, no me quería separar de ella nunca.Sus palabras que, aunque son mentiras, sonrojan mis mejillas y disparan mi pulso. Estoy atrapada por el azul de sus ojos, la respiración acelerada
Hay un clima templado, 86.00 °F tal vez, no es muy caluroso ni soleado. La gran sombrilla blanca evita que el sol nos llegue directamente. ¿Hace cuanto tiempo que no salía al aire libre? No lo sé, no lo recuerdo. Estamos almorzando en una terraza al aire libre, Santiago, sus padres y yo. No empecé con buen pie el día, tuve un bajón por madrugada y unas cuantas arcadas en el baño. Me sentía como m****a, pero decidida a que no era justo seguir de esa manera, me levanté y recogí todo el caos de la sala. Dispuesta mantener el cuerpo y la mente ocupada, limpie el departamento. En algún momento cree una rutina con el trapeador y el desinfectante. Estaba fregando los platos cuando mi teléfono sonó, no solo me sorprendió el timbre sino quien llamaba, era Laura. ¿Cómo obtuvo mi número? Un único nombre pasó por mi cabeza, Santiago Ni siquiera me llamó o envió un mensaje para avisar que su madre nos había invitado a almorzar, no tenía planes en todo el día, pero