Abandonado
Marco

Por fin tuve un respiro, mi trabajo termino antes de lo que tenía previsto y me entusiasmo la idea de poder invitar a cenar a Sara, para despejarnos y que ella saliera, sé muy bien que no desea gastar, menos cuando no es ella quién paga. Algo con lo que he tenido que lidiar saliendo con ella.

Por un lado, me deja ver que existen personas que no les gusta ser dependientes de otras, pero tengo la costumbre de solventar esos pequeños gastos. Me cuesta tener que tomar eso en cuenta.

Al llegar, Estela me saluda, lo que me parece raro.

—¿Sabrá dónde está Sara? —le cuestiono, es más fácil que localizarla por mí mismo.

—No, por eso mismo no me he ido, ella no ha regresado desde la mañana que salió.

Saco el celular y voy a marcación rápida, pero el número 1 aparece vacío, busco en mensajes, no está nuestro chat de conversaciones, luego contactos, nada.

Una especie de alarma se instala en mi mente, mi pecho siente un vacío repentino que me hace sentir mal.

Subo corriendo a la habit
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