Adal se encontraba en la oficina mirando hacia la nada, mientras intentaba hacer que la culpa desapareciera de su mente, pero por más que lo intentaba, los ojos de la castaña en su mente hacían que todo fuera más difícil… Dios, creo que lo mejor es reparar el daño. Adal toma su teléfono y marca el número de Tania. - Señor Müller, ¿necesita algo? – responde Tania. - Comunícame con Marta, la diseñadora de interiores. - Claro, señor. – al minuto, Marta se comunica con Adal. - Qué sorpresa tu llamada – habla de manera coqueta. Hace un tiempo, Marta y Adal habían tenido un romance y en ocasiones tenían sus encuentros, pero jamás llegó a pasar nada sentimental. - Necesito que hagas algo por mí. - ¿Qué sería? - Necesito que modifiques una oficina, está destruida y quiero que la decores y la arregles muy bien. - ¿Para cuándo la necesitas? - Para mañana mismo. Ah, y que tenga un toque femenino – al escuchar eso, Marta se quedó sorprendida, tenía curiosidad de saber quién era la mujer
Alana se encontraba con Tania, Anabel y Bruno disfrutando de unas cervezas y uno que otro baile en una de las discotecas más populares de Alemania. Todos la estaban pasando bien, pero en la mente de Alana seguía rondando el nombre de Adal. Luego de lo ocurrido en la casa de su hermano, ella quedó bastante enojada. No sabía qué le pasaba a Adal y eso le desesperaba."-Alana, ¿qué tienes? Te veo como desconectada, como si estuvieras en otro lugar - pregunta Tania, mientras se toma una cerveza.- No pasa nada, mejor dame una de esas - dice Alana señalando las cervezas que había sobre la mesa.- ¡Alana!, tienes un admirador - grita Anabel, mientras choca nuestras bebidas.- ¿Quién? - dice Tania.- Mira a tu derecha, el chico de camisa blanca con pantalones negros - Alana mira disimuladamente donde se encuentra el hombre del que Anabel habla. Tenía que aceptar que el hombre era guapo y se notaba que era alto.- Dios, amiga, no para de verte - Tania le regala una sonrisa pícara, mientras tom
Adal se encontraba mirando a la castaña que estaba acurrucada en su pecho. Él llevaba despierto desde las 6 de la mañana, observando lo hermosa que era. Después de esa noche que habían tenido, sería imposible alejarse de ella. A los ojos de Adal, Alana era una mujer preciosa con un corazón enorme. Ella no se merecía tener a un enfermo y asesino a su lado. Era demasiado buena para él. Por un momento, se planteó la idea de contarle toda su historia, pero el miedo a perderla superaba todo. -¿Qué haré contigo, Alana? -susurró mientras acariciaba su mejilla. Sin embargo, la castaña logró escucharlo, ya que hacía un rato que estaba despierta, pero quería seguir pegada al pecho de Adal. -Sé sincero conmigo. Adal se puso tenso al escuchar la voz de Alana. Ella se levantó dejando sus pechos al descubierto, lo que hizo que los ojos de Adal se enfocaran en ellos. Pero rápidamente, Alana tomó su rostro. -Dime, ¿cuál es el secreto? ¿A qué le temes? -los ojos de la castaña penetraban en lo más
Sandro se encontraba de lejos mirando cómo Adal salía con la castaña que había conocido en ese bar. Necesitaba volver a tener al león en el ring y la única forma sería amenazando a Adal con contarle a la chica que, al parecer, no sabe nada del pasado de Adal. -Consigan una cita con el CEO, tengo que visitar a un viejo amigo - ordena a sus hombres. Alana se encontraba almorzando con Adal, ya que este le había invitado a comer algo. -Hoy estás más hermosa que nunca -dice Adal tomando la mano de Alana y dejando un beso en ella. -Gracias, tú estás muy guapo -Sabes, me gusta mucho estar así contigo - Alana le causa ternura al ver a Adal así de entregado con ella. Se veía tan calmado que se sentía contenta por eso. -A mí también, Adal -responde. En ese momento, el celular de Adal suena, sacándolos de su trance. Adal lo toma y ve que es su secretaria. -Tania, ¿qué necesitas?-Señor, disculpe por interrumpir su hora del almuerzo, pero me pidieron una cita con urgencia con usted, así que
Alana salió bastante enojada de la oficina de Adal. Sabía que él escondía un enorme secreto, pero no tenía el coraje para decirle la verdad. -¿Todo bien? -Anabel sacó a Alana de sus pensamientos, mostrándose preocupada. -Sí, bueno, eso creo -respondió Alana, confundiendo a Anabel. -¿Qué te parece si nos vamos a tomar unas copas? - No sería mala idea, pensó la castaña; todo lo que estaba pasando la tenía afectada y estresada.-Terminamos aquí y nos vamos -Genial, le diré a Tania para que se anime Antón acababa de llegar a la empresa porque había quedado de ir a casa de sus padres con Adal. Como sabía que la relación de Adal con su padre era algo tensa, decidió venir por él, ya que su madre sí quería verlos. Cuando Antón entró a la oficina de su hermano, se llevó una gran sorpresa: su hermano estaba completamente alcoholizado y sus puños estaban rojos con sangre. -¿¡Qué te pasó!? -Antón corrió hacia su hermano para ayudarlo a sentarse en el sillón, ya que estaba en el suelo. -Me
Al día siguiente Alana ya se encontraba en la oficina, pero al entrar al portal de noticias se llevó una enorme sorpresa-¡mierda! - exclama esta, Adal y ell se encontraban en el portal, habían fotos y un video donde ella le propiciaba una cachetada a Adal, en el título del portal decía, “romance o problema a la vista” -Dios, más problemasLa puerta se abre dejando ver a Tania con el periódico en la mano-¿¡le pegaste al jefe!? - dice impáctala, casi a, borde de un colapso-tu sabes lo qué pasó ayer, todo se salió de control Adal entra a su casa con ayuda de Anton, pero se llevan una enorme sorpresa al ver a Alana sentada en la sala de adal-¡Adal! - Alana corre hasta donde se encuentra el cuerpo lastimado de Adal - ¿qué pasó? - pregunta mirando a Anton, pero este ni sabía que decir-¿qué haces aqui?-responde a mi pregunta, adal-tuve una pequeña pelea con unos hombres que quisieron robarle a una mujer - mintió con facilidad Adal-por Dios, por poco te matan-ahora dime ¿qué haces en mi casa?Capítulo 15
Alana no paraba de ver la tarjeta que le había dado el tal Sandro, de su cabeza no salía el hecho de que él podía saber el gran secreto que tiene Adal y que nunca se ha atrevido a decir-¿qué piensas hacer?, ¿lo vas a llamar? - Tania veía a su amiga afligida por la situación, sabía que tenía miedo de lo que ese hombre le podría decir, ella podía ver lo enamorada que estaba Alana de él señor Adal y también se nota que él la quiere a ella, solo que tiene una difícil personalidad-tengo miedo de lo que pueda descubrir-Alana, yo creo que es mejor que sepas de una vez por todo para saber a qué atenerse , no quiero que salgas muy l