Capítulo 359
En Madrid, estaba oscuro cuando Francisco se despertó.

En el dormitorio, solo se encendía una lámpara de pared.

Francisco inconscientemente intentó frotarse las sienes al despertarse, pero se encontró con que le sujetaba el brazo.

Vio a Sabrina que yacía dormida en su brazo.

Francisco recordó los sucesos de la tarde y la abrazó con más fueza.

«Afortunadamente, no está herida.»

Su movimiento despertó a Sabrina, que abrió los ojos.

—Estás despierto.

—Estás despierta.

Ambos hablaron al mismo tiempo.

Sabrina miró fijamente a Francisco, —Tenía un poco de sueño, así que me acosté a tu lado y dormí, ¿estás bien?

—Sabrina —Francisco acarició la mejilla de Sabrina—. ¿Estoy soñando?

Sabrina rio suavemente y le besó, —¿Sueñas conmigo a menudo?

Francisco asintió.

Sabrina preguntó con curiosidad: —¿Cómo soy en tus sueños?

Francisco pensó y dijo: —A veces eres valiente y hermosa, a veces eres gentil, te gusta mimarme y besarme...

Sabrina se ruborizó un poco, pensando que debía haber
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