Francisco, apresurado entró en la habitación, pero ya Sabrina había desaparecido.¡Maldita sea! El hombre ordenó a sus hombres —¡Vayan a buscarla de inmediato!¡Sabrina, hasta donde podrás llegar!...Una vez que Rahman se encontró con Sabrina, ellos regresaron juntos al hotel.Rahman se enojó al saber el motivo por el cual Francisco había secuestrado a Don Suárez.—Sabri, si en serio no queda otra…Rahman, con la palma de la mano se dio en el cuello mientras le decía —Mátalo, ¡Total, las viudas quedan solteras!Sabrina, pensativa, le dijo —Él me salvó la vida, no podría hacer eso. Rahman la miró de reojo y cuestionó—: ¿Desde cuándo eres tan noble? Sabrina siguió abstracta. Rahman la siguió cuestionando —¡Veo que le quieres, y le tienes piedad!Sabrina, apretó los dientes mirando a la nada. Aunque no se atrevía a admitirlo, sabía que Rahman tenía razón.Cuando despertó sin sus recuerdos, ella se enamoró de Francisco y, durante esos años, lo amó como a nadie. A pesar de
La pantalla en lo alto del ring mostraba una imagen de Dany, el campeón de boxeo y sus logros.El público, en su mayoría, eran hombres, y entre ellos se distinguían muchos extranjeros. Se notaba la euforia y emoción en todos. Francisco subió a la tribuna VIP. Rodó sus ojos por todo el auditorio, pero no encontró a Sabrina.¿Se habrá confundido? ¿Sería que ella ni siquiera entró allí?El público, entusiasmado, comenzó a rumorar…—¿Cómo que es contra una mujer? —gritó uno.—No me lo creo, ¿Está loca, o quiere morir? —soltó otro. —¡Si acaso 10 minutos le aguante! —auguró este.—¡Eso es mucho, con lo flacucha que es, Dany la derribará de un solo puñetazo!—¿Quién sabe y a Dany le guste y se deje vencer? Jajajaja. —Risotadas generales se oyeron. —¡Que va, Dany lleva 3 años invicto en este ring y hoy tampoco pierde!...Al escuchar el rumor general, Francisco observó la pantalla, que tenía en letras grandes Dany “vs. Reina Suis”.Desmesuró sus ojos y exclamo:—¡Reina Suis!
¡Es Sabrina!¡Es ella!A pesar de que llevaba una máscara, Francisco la reconoció por su figura.—¡Sabrina! ¡Baja de ahí!Francisco gritó con toda su fuerza, empujó a la gente que tenía al lado y corrió con todo hacia el ring.Esta loca, ¿Realmente sabe qué está haciendo?Se lastimó hace poco y ya va a subir al ring.¡¿No tiene miedo en morir?!—¡Sabrina! ¡Bájate del ring!Al sonar la campana, Reina Suis se adelantó y le dio un puñetazo en la cara a Dany, este, que no era ningún debilucho, reaccionó de inmediato. Al ver que el puño de Dany iba a la cabeza de Reina Suis, el corazón de Francisco se aceleró, su preocupación por ella lo tenía en ascuas, quería volar y bloquearle los ataques. Pero Reina Suis saltó rápidamente esquivándolo y ¡Pum! otro puñetazo cayó en la costilla de Dany que gimió y le flaquearon las piernasEl lugar era ruidoso, la emoción se sentía y veía en el público. Danny, enrojecido por la golpiza, ya no podía con los ataques cada vez más crueles, mientra
En seguida hubo gente que reconoció al hombre que le estaba haciendo la propuesta.Era el Mayor General de Suiza, Ronaldo Lorenzo.Francisco miraba a Ronaldo con ganas de matarlo. Luego empujó la gente para llegar al escenario, pero un grito agudo se oyó, al levantar la vista para el ring, Ronaldo estaba tirado en el piso como un guiñapo.La gente quedó asombrada.¡Cómo se atreve Reina Suis pegarle a Ronaldo!¡Que valentía tiene!Ronaldo Lorenzo es un hombre de la alta sociedad, reconocido en el mundo, y ella lo golpeó, esto le podría generar problemas. Todos se preocuparon por Reina Suis.Pero Ronaldo se levantó y se acercó a ella con una sonrisa —“Golpear es querer, regañar es amar”, Eso quiere decir que me quiere. ¿Hasta eso puede aguantarle?¡Mierda, qué tanto la ama!Reina Suis, estaba cabreada y lo miraba con frialdad —Si no quieres morir, vete ahora mismo — le advirtió.Ronaldo, se acomodó la cortaba y le dijo —Morir en tus manos es para mí un honor.Reina Suis, abu
Sabrina, desdeñosa, le siseó —¡Hijo de puta!Tenía ganas de matarlo. —¡Sube al auto! —Le ordenó abriéndole la puerta.Sabrina se subió de mala gana.Francisco, conducía, pero de vez en cuando, miraba con curiosidad a Sabrina que iba con los ojos cerrados. —Sabrina, ¿Cuántas identidades escondes? — Preguntó repentinamente.Es Isabel, la hija mayor de la familia Suárez, y es también la Reina Suis, campeona del boxeo. Sabrina abrió los ojos y, sonriendo, le dijo —¡Adivina!—Cuando quieras decírmelo, estaré para oírte. Ella frunció los labios y siguió abstracta.Al llegar a la mansión, ya casi amanecía.La lastimadura de Sabrina volvió sangrar, lo envolvió de nuevo y se tomó dos pastillas antiinflamatorias.Luego del desayuno, ya que no tenía nada que hacer, prendió la televisión y justo vio la entrevista entre Melisa Suárez y Joaquín Díaz.El periodista — Señorita Suárez, señor Diaz, se dice desde ya que, después del matrimonio, ambas empresas estarán más estrechas. ¡Pod
Al ver que ella era realmente hermosa, se disgustó. —Así que tú eres la esposa del señor Herrera —dijo molesta, pero luego con sarcasmo agregó — Entonces debo llamarte “exesposa del señor Herrera”.Ya había oído que Francisco y su esposa se habían divorciado, así que no tenía por qué tratar con respeto a la mujer abandonado por el señor Herrera. Al pensarlo le habló con más arrogancia. —Ustedes ya se divorciaron, ¿Cómo tienes el descaro de vivir aquí?Sabrina suspiró —¿Crees que estoy aquí porque quiero? ¡No! Es Francisco que me ama tanto, que no me deja ir. —¡Mentirosa! — Mora la señaló con el índice —¡¿No te has visto en un espejo? ¿Cómo te atreves a decir que él te ama demasiado?Sabrina bostezó y ordenó sacudiendo una mano —Es demasiada molesta. ¡Échenla!No durmió aquella noche, así que tomó las escaleras para subir a su habitación.Mora estaba ardida porque la mandó a echar. Pálida y con los labios morados se acercó a Sabrina y la señaló con el índice:—Tú eres u
Sabrina se quedó petrificada y con enojo dijo —¡Desvergonzado!Durante los dos años de matrimonio, él ni siquiera le había tomado la mano y ahora que se van a divorciar, quiere hasta dormir junto a ella.Al pensar en eso, ella se enojaba aún más todavía, así que se dio la vuelta y le dio la espalda.¡Si no lo ve, olvidará quien es él!¡Francisco al ver su hermoso y suave cuello, tragó saliva e inexplicablemente le dio sed!¿Cómo no vio antes a la mujer que ve ahora? Recordando su cuerpo herido, tuvo una idea. La sostuvo entre sus brazos y, al sentirla respirar acompasada, supo que estaba dormida. La soltó con cuidado. Tenía algo que comprobar, así que, sigiloso, le levantó el pijama exponiendo su espalda. Francisco se fascinó, era tan blanca, suave y hermosa… pero en sus ojos hubo decepción.A pesar de haber revivido con ella, lo mismo que sintió aquella noche de hace cinco años atrás, no es ella. No tiene el tatuaje.Francisco bajó el pijama y, algo confundido, observó el ros
De no ser por el portón entre los dos, Rahman lo habría golpeado en la cara.—Francisco, no creas que la vas a retener usando a su abuelo. Ella nunca fue amenazada por nadie. Rahman se cruzó de brazos y con determinación le dijo — ¡El divorcio de ustedes es inevitable! — Francisco seguía mirándolo con frialdad — Y tú ya tienes a una amante, entonces ¿por qué no dejas en paz a Sabri?Francisco frunció las cejas —¿Quién te dijo que tengo una amante?Rahman exclamó —¿Sabri no había dicho de que tu amante ya había vuelto?Francisco con una voz fría dijo —¡No tengo ninguna amante!¡No gusta de nadie!A Rahman no le importaba si tenía amante o no. Sacó de su bolso un cheque y una lapicera y le preguntó: —¿Cuánto quieres por divorciarte de Sabri?Él hombre quedó confuso.¿Él parece gente que le hace falta dinero?¿Por qué todos vienen a darle dinero?—¡Ah! ¡Olvidé que no necesitas dinero! ¿Quieres una montaña de diamantes? Eso no lo puedes tener ni con mucho dinero, o quizás te