El teléfono sonó durante mucho tiempo y al final fue contestado.Pero, el hombre no pudo ni hablar. Sabrina, del otro lado, le salió con un tono frío a decirle:—Solo vales nueve con noventa dólares, y no acepto solicitudes de borrar los comentarios negativos… Jeje. —¡¡¡Sabrina!!! —gritó él, pero solo oyó, ¡Du! ¡Du! ¡Du! Ella colgó.Francisco de nuevo llamar, pero ya no podía, fue bloqueado.—¿Tú crees que no puedo hacerte nada? Apretó sus labios en horizontal y dejando ver una sonrisa maliciosa repetía:—Je-je —…Luego de bloquearlo, Sabrina condujo hasta un asilo de ancianos.Sabrina había logrado descubrir que su abuelo había sido internado allí secretamente, Al subir al pabellón donde estaba su abuelo, vio que tenía guardaespaldas vigilando la habitación.Sabrina, ágilmente, se metió en el consultorio del médico sin que se percataran.Al rato, salió como una médica, de bata blanca y con mascarilla. —La señorita Melisa Suarez está adentro, aguarde un moment
Diego Suarez, ¿cómo podía matar a su padre! Es un desgraciado. ¡Debería ser desmembrado!Sabrina, trataba de mantener la calma, no era el momento para cabrearse, necesitaba sacar a su abuelo de allí. Le envió mensajes a Rahman, al terminar de darle órdenes sacó una botellita de su bolsillo y extrajo de ella dos pastillas que puso dentro de la boca del abuelo. Luego de que Rahman cumplió las órdenes dadas, los médicos y enfermeras fueron sustituidos por su gente. Sabrina, manipuló y cambio el monitor de electrocardiogramas de su abuelo e hizo creer que Don Darío estaba muy mal y necesitaba cirugía de emergencia. Sabrina, planeó sacar al abuelo del hospital por otra salida de emergencias. Sin embargo, apenas sacaron al abuelo, el guardaespaldas se dio cuenta que había un movimiento extraño y entró al quirófano.Sabrina tenía consigo una gran preocupación, temía que su abuelo fuese herido, así que le pidió a Rahman que lo primero era que él y sus hombres sacaran al abuelo de e
Francisco se tiró contra su asiento y con calma dijo —Te acostaste conmigo, ¿Y ahora no quieres hacerte responsable?Sabrina no estaba convencida —¡Ya te he pagado!¡Aunque el dinero es poco, igual es plata!Francisco recordó la transferencia de nueve con noventa dólares y casi le da un ataque cardiaco.¡Esta maldita mujer!La agarró de los hombros y la presionó contra el asiento — Sabrina, ¿qué piensas que soy...?—¡Hiss! — Sabrina respiró hondo, sintió que le dolía fuerte el hombro izquierdo. Francisco la miró extrañado, pero al verse la palma de la mano llena de sangre, entendió su dolor.—¡Te lastimaste!Francisco se preocupó demasiado, su corazón sintió una fuerte opresión, su dolor pareció sentirlo él también. El color de la ropa de Sabrina era oscuro y no se notaba la sangre que fluía en ella y como el auto estaña un poco oscuro, él no se había percató.Sabrina apartó su mano con indiferencia —Tranquilo, es solo un rasguño.Era solo que le pasó rozando una bala. No
Sabrina suspiró, se tiró contra la silla, sacó su teléfono y se preparó para hacer la transferencia —A ver, dime ¿Cuánto dinero quieres?Francisco quedó en estado de shock.¡Cómo se atreve a usar el dinero para solucionar este tema!Sabrina siguió preguntando —¿Cincuenta mil? ¿Cien mil? ¿doscientos mil?Al notar a Francisco, cada vez más ardido y con ganas de matarla, cruzó las piernas. —El prostituto más caro de Madrid cobra cien mil la noche. ¿Todavía te parece poco doscientos mil?—¡Sabrina! —Masculló él. Francisco denotaba sus venas en la frente. ¡Cómo se atreve a tildarlo de prostituto!¡Esta mujer tiene la facultad de enojarlo al punto de infarto!Sabrina se acomodó el pelo detrás de las orejas —Además, si no hay divorcio, ¿Qué harás con tu amante? ¿O quieres tener una esposa en casa y al mismo tiempo estar con otras afuera?—¡Deja de decir pendejadas!Francisco dijo —Fue una información falsa. La chica no era Steffi.Sabrina se tragó la sonrisa.Por eso quiere det
Sabrina, estaba furiosa, pensativa.¿Cómo no supo antes lo descarado que era este hijo de puta?—¡Haz lo que quieras! —siseó.Si no quiere el divorcio, está bien. Si hay cuernos, serán mutuos. Total, ¿no le tiene miedo?Sabrina está convencida de que Francisco solo esta encaprichado con ella porque le está llevando la contraría, pero si ella vuelve a ser la tonta obediente, enseguida perderá el interés. Sabrina le habló imperativa —El abuelo está con una intoxicación crónica. Ordena que lleven los mejores especialistas para que vayan a curarlo.Francisco la miró extrañado —¿Cómo puede tener una intoxicación crónica?¿No tenía apoplejía? Sabrina, levantando las cejas, le acercó el dedo índice y le pinchó con fuerzas y repetido en el pecho, mientras le advertía—: Escúchame bien, Francisco Herrera, si a mi abuelo le pasa algo malo, ¡Atente a las consecuencias! Francisco apresó esa mano y le dijo con calma —¡No te preocupes!, estará en las manos de los mejores especialistas que
Francisco, apresurado entró en la habitación, pero ya Sabrina había desaparecido.¡Maldita sea! El hombre ordenó a sus hombres —¡Vayan a buscarla de inmediato!¡Sabrina, hasta donde podrás llegar!...Una vez que Rahman se encontró con Sabrina, ellos regresaron juntos al hotel.Rahman se enojó al saber el motivo por el cual Francisco había secuestrado a Don Suárez.—Sabri, si en serio no queda otra…Rahman, con la palma de la mano se dio en el cuello mientras le decía —Mátalo, ¡Total, las viudas quedan solteras!Sabrina, pensativa, le dijo —Él me salvó la vida, no podría hacer eso. Rahman la miró de reojo y cuestionó—: ¿Desde cuándo eres tan noble? Sabrina siguió abstracta. Rahman la siguió cuestionando —¡Veo que le quieres, y le tienes piedad!Sabrina, apretó los dientes mirando a la nada. Aunque no se atrevía a admitirlo, sabía que Rahman tenía razón.Cuando despertó sin sus recuerdos, ella se enamoró de Francisco y, durante esos años, lo amó como a nadie. A pesar de
La pantalla en lo alto del ring mostraba una imagen de Dany, el campeón de boxeo y sus logros.El público, en su mayoría, eran hombres, y entre ellos se distinguían muchos extranjeros. Se notaba la euforia y emoción en todos. Francisco subió a la tribuna VIP. Rodó sus ojos por todo el auditorio, pero no encontró a Sabrina.¿Se habrá confundido? ¿Sería que ella ni siquiera entró allí?El público, entusiasmado, comenzó a rumorar…—¿Cómo que es contra una mujer? —gritó uno.—No me lo creo, ¿Está loca, o quiere morir? —soltó otro. —¡Si acaso 10 minutos le aguante! —auguró este.—¡Eso es mucho, con lo flacucha que es, Dany la derribará de un solo puñetazo!—¿Quién sabe y a Dany le guste y se deje vencer? Jajajaja. —Risotadas generales se oyeron. —¡Que va, Dany lleva 3 años invicto en este ring y hoy tampoco pierde!...Al escuchar el rumor general, Francisco observó la pantalla, que tenía en letras grandes Dany “vs. Reina Suis”.Desmesuró sus ojos y exclamo:—¡Reina Suis!
¡Es Sabrina!¡Es ella!A pesar de que llevaba una máscara, Francisco la reconoció por su figura.—¡Sabrina! ¡Baja de ahí!Francisco gritó con toda su fuerza, empujó a la gente que tenía al lado y corrió con todo hacia el ring.Esta loca, ¿Realmente sabe qué está haciendo?Se lastimó hace poco y ya va a subir al ring.¡¿No tiene miedo en morir?!—¡Sabrina! ¡Bájate del ring!Al sonar la campana, Reina Suis se adelantó y le dio un puñetazo en la cara a Dany, este, que no era ningún debilucho, reaccionó de inmediato. Al ver que el puño de Dany iba a la cabeza de Reina Suis, el corazón de Francisco se aceleró, su preocupación por ella lo tenía en ascuas, quería volar y bloquearle los ataques. Pero Reina Suis saltó rápidamente esquivándolo y ¡Pum! otro puñetazo cayó en la costilla de Dany que gimió y le flaquearon las piernasEl lugar era ruidoso, la emoción se sentía y veía en el público. Danny, enrojecido por la golpiza, ya no podía con los ataques cada vez más crueles, mientra