Capítulo 123
Sofía quedó aturdida por Sabrina; al recobrar la conciencia, se percató de que Sabrina se había marchado de Madrid, dejándola devastada.

Oyó al sirviente mencionar que su hermano se ausentó. Sofía asumió que había salido en busca de Sabrina, pero regresó poco después.

Al llegar a casa, Francisco se recluyó en su estudio, instruyendo que no lo interrumpieran.

Sofía, preocupada de que él adoptara medidas drásticas, pasó la noche sin poder conciliar el sueño en la sala de estar.

Así continuó hasta el mediodía del día siguiente, con Francisco sin abandonar su estudio.

Sofía estaba muy preocupada. Aunque él estaba enojado, ¿cómo podía resistir tanto tiempo sin comer ni beber?

Con valentía, ascendió las escaleras y golpeó la puerta del estudio.

—Hermano, soy Sofía. ¿Te encuentras bien?

Ante la ausencia de respuesta desde el estudio, Sofía vaciló, inhaló profundamente y abrió la puerta.

—Hermano, tú... ¡Tos, tos, tos!

¡El humo era espeso! Sofía se cubrió la boca y tosió, corriendo h
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