Al día siguiente, mientras que estoy desayunado con mis padres, esperando alguna noticia de mi hermano porque no hemos ni siquiera recibió una carta de la directora acerca de su progreso, mi padre espera que pronto nos digan cualquier cosa.

Cuando de repente, alguien está tomando la puerta, pero no tengo ni idea de quien se puede tratar.

—¿Alice estás esperando alguna visita?—le pregunta directo a mi mamá mientras que ella niega con la cabeza.

Igual mantengo la boca callada porque prefieren el silencio de mis palabras, espero que se note el sarcasmo.

Sin embargo, sigue tocando la puerta para que mi papá de mala gana empiece a abrir la puerta dándose cuenta de que se trata de nuestra guardiana humana.

Ella se llama Luz Cass, tiene 18 años, según los rumores es un vidente talento que tiene una capacidad única de resolver problemas. En su aspecto físico lo que más resalta es su largo cabello negro, además de tener la piel demasiado blanca junto a sus gruesos labios sin olvidar la capa larga que siempre carga para ocultarse de los demás.

Siempre me hace recordar de alguna forma a la Caperucita roja, pero por el tipo de carácter que tiene esta muchacha a veces chocamos demasiado en el carácter porque al ser demasiado iguales en eso tenemos formas distintas de ver las cosas.

Aunque tiene poco tiempo siendo guardiana me mantiene al margen de los hombres lobos.

—Disculpe por interrumpir su comida, pero si no fuera una emergencia ni siquiera estuviera aquí para decirle lo que está ocurriendo en los límites de este mundo—son sus palabras en este momento para darme cuenta de lo grave que está la situación.        

Sin embargo, me doy cuenta de que mi padre en este momento nos da una especie de señal para que nos alejemos mientras quiere hablar con la guardiana.

Entonces me levanto para disimular ir dentro de mi habitación mientras poco a poco siento demasiada curiosidad, aunque está prohibido hacerlo. Igual mi mamá se dirige hacia la cocina mientras mi papá se sienta con la chica notando en su mirada que tiene el ego demasiado grande.

Eso me hace recordar cuando recién vino a la ciudad, pero era demasiado humilde y asustada a todo lo contrario que es ahora porque se cree la dueña del lugar donde sea, incluyendo la gran responsabilidad que tiene en sus manos.

Ella ha sido una de las mejores guardianas que hemos tenido en mucho tiempo cuidándose la espalda de los hombres lobos.

—Hace una semana más o menos, en el portal empecé a sentir demasiados movimientos, pero me costó rastrear todo eso, aunque me dejo con demasiada curiosa porque era demasiado raro como si se pudieran camuflar de mis poderes—luego en ese momento hace una pausa en sus palabras—¿Ustedes han sentido algo raro?

Me dio demasiada gracia todo lo que dice como si su orgullo estuviera demasiado herido, a pesar de eso intento hacer ruido para que no descubran lo que estoy haciendo.

—Nada de eso, ni siquiera el consejo ni las otras asambleas. Pero sabes demasiado bien que hasta el más mínimo nosotros te informamos.

—Sabes que varios grupos grandes de humanos se están reuniendo cerca de ese Castillo Ravenblack donde creo que estudia tu hija, pero eso está fuera de mi capacidad porque quieren iniciar una guerra cuando los vampiros junto con los demonios le ponen precio a sus almas ¡Qué incoherente!—es el tipo de palabras que expresa para luego quitarse la capa.

Sin embargo, en el momento que mi padre va a hablar justo en ese momento pasa mi mamá diciendo que va a salir para darle un pequeño beso a su esposo, mientras que Luz ignora eso porque la verdad creo que viene para resolver su asunto.

Luego de eso, apenas se cierra la puerta, mi papá no tiene ni idea de como resolver este problema que está surgiendo.

Una vez escuche que el Castillo Ravenblack tiene las mejores defensas mágicas además de un escudo extra por el bosque, pero me imagino que esta chica quiere ocupar el lugar de su compañero guardián. Algo que me cuesta entender por qué una vez al año, los doce guardianes se unen para plantear sus puntos de vista, además de dar sus propios argumentos, siendo protegidos por los ángeles.

—¿Exactamente qué quieres?—fue la pregunta directa de mi papá, mientras que la guardiana muestra sonrisa siniestra.

—Bueno, en el peor de los casos que el Castillo no pueda resistir, necesito la autorización de los hombres lobos para separar nuestro mundo de los demás porque a pesar de que soy demasiado poderosa, no voy a poder resistir. En pocas palabras necesito su fuerza—es su sencilla respuesta porque lo que está pidiendo es una traición para nosotros, además de ganarnos el odio de los vampiros.

—Puede ser.

No puedo dejar que se haga una locura porque si se comienza una guerra debemos apoyar a los demás, no huir como unos cobardes, pero me sorprende demasiado la actitud de mi padre sin importar lo que dije Luz porque se puede esperar cualquier cosa de ella.

A pesar de las consecuencias que puedan traer mis actos, camino directo hacia donde están ellos para colocarme en el medio pensando en una mejor presupuesta que hacerle a la guardiana.

—Luz me vas a disculpar, pero no estoy de acuerdo con tu propuesta—le dijo de manera nerviosa.

—¿Entonces me imagino que tienes algo más importante que decir?—menciona ella sin perder el tiempo.

No tengo ni idea de que puedo decir, sin embargo, no me puedo quedar con los brazos cruzados.

—Te prometo poniendo a mi padre como testigo que si llega la supuesta guerra viene, iré para detener eso, si fallo puedes hacer lo que te dé la gana porque ustedes quieren dejar a los demás atrás, pero quiero defender a los demás porque es lo que hace un verdadero líder —entonces miro a la chica—a diferencia de ti, todos los mundos nos tenemos que apoyar sin importar nuestra edad o especie.

A pesar de mi papá iba a hablar para negarse eso, Luz se adelanta con sus palabras porque estoy segura de que le gustan mucho los retos como a mí.

—Trato hecho—fue su respuesta en ese momento, mientras que mi padre incluso tuvo que aceptar a la fuerza para quedar bien frente a ella.

Poco después, me sentía un poco feliz porque al fin estaba haciendo algo para desafiar las órdenes de mi padre para vivir mi propia vida.

Sin embargo, notando a mi padre salió después estaba un poco sola en la casa.

Entonces entré en la habitación de mis padres un momento para ver si había alguna carta de alguna noticia de mi hermano, pero no encontré nada en el mueble.

Si no que seguí buscando hasta encontrar otros documentos donde encontré un acuerdo firmado por un tal Christopher Wright, donde mi papá le debía una gran cantidad de dinero por unos negocios que estaban haciendo.

Por eso me siento para seguir buscando dándome cuenta de que hay demasiados papeles, pero no me da el tiempo para averiguar todo esto.

Tomando la decisión de dejar todo en su sitio para buscar unas tijeras rojas junto a un cuaderno que tenía su mamá para anotar unas cosas que necesitaba hacer para arreglar un hueco que estaba en mi cuarto.

Poco después me pongo manos a la obra para mantener la mente ocupada un poco, solamente esperando que mi papá no le diga nada a nadie porque la verdad espero evitarme problemas.

Aunque por dentro, estoy segura de que esa guardiana le gusto mi punto de vista, aunque no sabe si soy demasiado tonta o inteligente para tomar ese tipo de riesgo, pero igual a veces me cuesta entender por qué los más débiles siempre tienen que sufrir por las acciones de los fuertes.

Ese es uno de los motivos que espero usar a mi favor para cambiar todo está jerárquica de hombres para demostrarle que las mujeres también podemos tomar decisiones importantes.

Mientras termino, escucho unos ruidos en la cocina para darme cuenta de que mi madre debe estar en la cocina hasta que escucho grito que está viniendo desde allá.

Dejo las cosas en el suelo mientras salgo corriendo lo más rápido posible para averiguar qué está ocurriendo, entonces cuando llego me doy cuenta de que se trata de un pequeño animal que está asustando a mi mamá.

Por eso me agacho un poco para mirar de se trata viendo que se trata de un conejo de color marrón claro.

Entonces me lo pongo en mis brazos para acariciarlo un poco.

—Orquídea, por favor llévatelo porque me da miedo—me dice ella en estos momentos mientras que ella está en un rincón vigilando nuestros movimientos.

Luego me voy de ahí, para regresar directo a mi habitación soltando este animal fuera de mi ventana para que se le saliera, sin embargo, se queda ahí esperando que le vuelva a abrir otra vez.

Después continuo en mis cosas para salir a compartir con mi mamá entregándole el cuaderno en sus manos, evitando ver la timidez de ella frente al miedo que tuvo hace rato.