El sonido estruendoso de la alarma del despertador, provoca que Kayla frunza el ceño mientras hace un intento vano por cubrirse la cabeza con la almohada, no había podido pegar un ojo en toda la noche y cuando por fin logró conciliar el sueño, Darren apareció en sus sueños, persiguiéndola en medio del bosque. Se hizo un ovillo al recordar el beso que le había dado Mickey y no pudo evitar sentirse sucia, una parte de ella todavía le temía a Darren, lo cierto era que él le había hecho más daño del que creía.
—¡Kay, se te hará tarde para desayunar! —la voz cantarina de su hermano hizo que en su rostro se dibujara una ligera y muy notoria sonrisa de oreja a oreja.
La verdad, no tenía apetito, pero no se atrevía a desairar a su hermano mayor; quien con muchos sacrificios se daba tiempo para ver por ella, cuidarla y protegerla, para estar al tanto de su trabajo y por supuesto, no descuidar su vida social.
Con pereza logra levantarse y casi con un enorme esfuerzo sobrehumano, se puso sus pantuflas y salió de su habitación sin echarse un vistazo rápido en el espejo. Mientras bajaba los peldaños de las escaleras, el olor a tocino y huevos recién hechos inundó sus fosas nasales y su estómago no tardó en rugir.
—Hasta que despiertas, enana —Owen pasó a su lado al tiempo que se sentó, y le alborota el cabello para después servirle un vaso de zumo de naranja—. ¿Planes para hoy?
Kayla no sabía si era buena idea molestarlo con el asunto de Darren, en especial porque él tenía sus propios problemas, en la noche lo escuchó discutiendo con Ana Karen, una chica con la que llevaba saliendo poca más de un mes, no le agradaba, en especial porque siempre le decía a Owen que tenía que buscar su propia vida, que no podía vivir para siempre a su lado, también le solía decir que pensara mejor las cosas, ya que en algún momento él se casaría y tendría que desprenderse de Kayla.
Y en el fondo, no era del todo mentira.
—Es el cumpleaños de Jade Mont, una compañera de la escuela, y me ha invitado —le dio un sorbo a su jugo anclando sus ojos sobre los de su hermano mayor, quien la analizaba en silencio—. Pero si no te parece bien... puedo cancelar.
Owen se removió inquieto sobre su asiento y comenzó a comer en silencio, no la miraba siquiera, por lo que ella hizo lo mismo al imitarlo, a tal grado que solo el ruido de los cubiertos al chocar contra la vajilla de porcelana, era lo único que se escuchaba dentro de la cocina.
—Tu novio Darren, ¿también irá? —Owen dejó suspendida la pregunta en el aire, para darle un nuevo bocado a su pan tostado.
Kayla masticó lento, tragó duro y agarrando el tenedor con fuerza, sabiendo que quería comenzar de nuevo, y dejar atrás en el pasado su relación tóxica con Darren, se armó de valor para confesarle media verdad a su hermano.
—Darren y yo hemos terminado —musitó.
Esta vez su hermano giró la cabeza y ladeó una sonrisa que no pudo ocultar.
—¿Lo dices en serio? —Owen se limpió las comisuras de sus labios con una servilleta y se acercó a ella—. Tú y ese imbécil ya no son novios... ¿cierto?
Kayla asintió con la cabeza.
—¡Dios, esa es una buena noticia! —Le dijo Owen envolviéndola en un fuerte abrazo de oso—. Pensé que nunca sucedería.
—Lo sé, ahora si me sueltas te lo agradecería, me estás... asfixiando —río Kayla, y sintió que volvía a ser ella misma.
—¡Tonterías! Esto hay que celebrarlo —exclamó Owen poniéndose de pie—. Tal vez podríamos esta noche...
Kayla sintió el impulso de hacer algo por su hermano, así que negando con un ligero movimiento de cabeza, y esbozando una sonrisa, dijo:
—Esta noche es la fiesta de Jade ¿lo olvidas? —Kayla estaba nerviosa, pero lo ocultó, así mismo como había ocultado muchas de sus emociones y miedos cuando estaba con Darren—. Tal vez podrías salir con Ana Karen.
Su hermano dudó, hizo una mueca de silencio y comenzó a analizar la situación como solía hacer, buscando los pros y contras de la decisión que pensaba tomar. Hasta que tras unos cuantos minutos que a ella le parecieron eternos, su hermano mayor soltó un largo suspiro y se sentó esta vez frente a ella.
—Imposible Kay, ella está en la casa de su abuela, a tres horas de aquí —en su tono de voz había un deje e tristeza y eso le remordió la conciencia—. Sinceramente no me atrevería a dejarte sola tanto tiempo, ya que de ser así me temo que no regresaría hasta mañana.
Las palabras de Owen fueron como dagas lanzadas directamente a su corazón, en algo tenía razón la chica, y es que su hermano no podía dejar de lado su vida por cuidarla a ella, ya tenía dieciocho años.
—Tienes que dejarme crecer Owen, no puedes pasar toda tu vida cuidando de mí y haciendo a un lado tus cosas —Kayla puso su mano sobre la de su hermano, que estaba encima de la mesa en un puño cerrado, la calidez pronto hizo que la mirada de él se desarmara y en sus ojos se colocara la calidez—. Yo estaré bien, solo es una fiesta, prometo llegar temprano y te mantendré al tanto por medio de mensajes de texto, ve con Ana Karen.
—Kay, se lo prometí a nuestros padres, siempre te cuidaré y...
—Lo estás haciendo, por una noche que disfrutes tú, no significa que romperás la promesa.
Owen cerró la boca, lo cierto era que se moría de ganas por hablar con Ana Karen, arreglar todos malentendidos que había entre ellos dos, y después de analizar todo, llegó a la conclusión de que no pasaría nada malo, Kayla era responsable y sabría cuidarse, todo estaría bien, llegaría a casa por la mañana a primera hora, a más de que no negaba el sentirse más tranquilo sabiendo que ya no andaba con ese chico Darren.
—¿Y bien? —insistió Kayla.
—Tú ganas, hermanita, pero tienes que prometer que mandarás mensaje de texto cada hora para saber que estás bien.
—Eso es un poco exagerado, ¿no crees? —Kayla arrugó la nariz.
—No lo es cuando tu hermano mayor estará muy lejos de ti, ahora desayuna, haré una llamada —Owen se puso de pie y le dio un beso tierno en la coronilla.
SEIS HORAS DESPUÉS...
Kayla observaba como su hermano metía con brusquedad y alegría su maleta en la cajuela del carro, ya había arreglado las cosas con su chica y lo esperaba ansiosa, su celular no dejaba de vibrar y ella se armaba de valor para rechazar las llamadas de Darren, sabía que se trataba de él, porque nadie más de la escuela tenía su número, él se lo había prohibido, y pese a que llamaba desde otro celular, estaba un 90% segura que era él.
—¡Listo hermanita! —Owen la envolvió en un abrazo de oso—. Me voy, te llamaré en cuanto llegue.
—Diviértete.
—Claro, tú también, y no olvides mandarme todos esos mensajes de texto —Owen se subió a su carro, bajando la ventanilla con aire fresco y relajado.
—Vale, maneja con cuidado —Kayla alzó la mano para despedirse al tiempo que él encendía motores.
—Te quiero hermanita.
—Y yo a ti, bobo —de su garganta brotó una risita nerviosa.
Tras echarle un nuevo vistazo a Kayla, su hermano mayor se marchó dejándola sola por un día completo, cuando por fin Owen desapareció de su campo de visión, entró a casa dispuesta a quedarse, lo había pensado mejor, no quería ir a una fiesta, quería encerrarse en casa y ver alguna película en Netflix, eso era lo que tenía planeado, hasta que a tan solo cinco pasos dentro de su hogar, el timbre sonó.
Tragó saliva y por inercia, corrió a la cocina y agarró un cuchillo, dispuesta a defenderse de Darren. Tragó duro y cuando por fin abrió, sus ojos no creían lo que estaba frente a ella.
—¡Oh por Dios! —la voz cantarina de Jade hizo que su cuerpo tensado se relajara—. ¿Así recibes a tus visitas?—Hola Kayla —se acercó Mickey con una sonrisa en los labios—. Te sabes defender, eso me gusta.Kayla dibujó una sutil sonrisa en su rostro, y casi quiso soltar su risa más histérica al pensar que pudo haberse tratado de Darren.—Lo siento, creía que era...—Ese tipo sí que te jodió ¿no? —añadió Jade con mirada preocupante pero sin borrar la sonrisa de su rostro.Kayla guardó silencio, ¿qué si la había jodido? Pues sí, después de habe
Kayla no daba crédito a lo que veía, Jade y Mickey le habían comentado que en cuanto la llevaron a casa, fueron a la policía a entregar todas las pruebas pertinentes para arrestar a Darren, de hecho, mañana solicitaban su presencia para que diera declaración de los hechos, por esa razón había convencido a su hermano de que disfrutara de una noche con Ana, ya que por la mañana le contaría todo lo ocurrido.Pero ahora las cosas habían dado un giro que no le brindaba nada a su favor. Darren tenía los ojos desorbitados, inyectados en sangre, se veía cansado, como si no hubiera dormido en mucho, mucho tiempo.—¿Qué pasa princesa? —ironizó con mirada gélida—. ¿No piensas recibir a tu novio como se deb
Kayla hizo lo que le pidió y sin darle tiempo siquiera de ponerse el cinturón de seguridad, arrancó. Darren aceleró lo más que pudo, el pulso de Kayla se disparó y comenzaba a tener un ataque de pánico. Cerró los ojos un par de veces e incluso comenzó a tomar enormes bocanadas de aire y a soltarlas, pero nada funcionaba. Estar en un espacio tan reducido con el chico que llegó a amar más que a su propia vida, y mismo que con el paso de los meses se había convertido en todo un monstruo, hizo que las manos le sudaran y que pensara en abrir la puerta y aventarse...Cualquier cosa era mejor que lo que le esperaba. ¿Cuándo se volvió tan celoso y posesivo? No lo recordaba, y es que le costó trabajo poder abrir los ojos, quitarse la venda y ver la realidad, una que su hermano y todo el
TRES AÑOS DESPUÉS, CENTROPSIQUIATRICOBIRDYTHON.Entre habitaciones completamente blancas y el fastidioso olor a químicos para el aseo del que ya se había acostumbrado, Darren se encontraba sentado sobre una silla de metal frío, frente a un escritorio de madera esperando a que el psiquiatra llegara e iniciaran su sesión. Ya habían pasado tres largos años en los que decidió por cuenta propia encerrarse en uno de los mejores centros psiquiátricos del país.Después de haber casi matado a golpes a Kayla, y tras haber sido enterado su padre, moviendo todas las influencias que tenía, logró sobornar al gobierno y al juez, por lo que le dieron arresto mo
Kayla no le quitaba la mirada amenazante de encima a Dexter, quien a su vez no dejaba de sonreír. Estaba completamente anonada con lo varonil y guapo que era, tanto, que por un momento sintió como si el tiempo se hubiera detenido a su alrededor.—Y bien, ¿quieres dar una vuelta o algo por el estilo? —Le preguntó Dexter, alucinado por comprobar lo bella que era—. Juro que no soy un asesino en serie.—No, lo siento, no te conozco y mi hermano no me dejaría salir el primer día en el que nos mudamos, además estamos a punto de cenar —le dijo Kayla esbozando una sincera sonrisa.—¿Te has mudado solo con tu hermano? —Dexter pareció de pronto intrigado, pensó que quizá se hab&
Dexter se acercó hasta ella y le acomodó un mechón suelto de su cabello, detrás de su oreja, puso la palma de su mano sobre su mejilla izquierda y remojándose los labios, le susurró:—No puedes juzgar a todos por el error de una persona de tu pasado, confía...Kayla sintió que el corazón le estallaba. ¿Por qué?Kayla aceptó su mano y el contacto le causo cosquilleo en el estómago, Dexter la guío por un camino que llevaba a un enorme árbol grueso, rodeado de una escalera de madera que iba en forma de caracol rodeando todo el roble hasta llegar a la punta, en donde sobresalía una casa del árbol. Ambos subieron con cuidado sin soltarse de la mano, y cuando por fin l
El trayecto de regreso a casa resultó ser de lo más incómodo del mundo para Kayla, Dexter no le soltó la mano en ningún momento, incluso pudo sentir que le dio un pequeño apretón cuando cruzaron la avenida, volviendo al parque en el que se habían encontrado. La voz se le había perdido en algún sitio, y pese a ser de día, estaba claro que no había mucha gente.—Creo que desde aquí puedo llegar a casa sola —le dijo Kayla con la confusión cruzando por sus facciones.—¿Y piensas que soy lo poco caballeroso como para dejarte ir a casa sola, después de haberte besado? —la voz sonora de Dexter no concordaba mucho con la mirada llena de hostilidad de la que fue consciente Kayla, pero decidió pensar que e
Fueron esas dos cosas las que hicieron que Darren entrara en alerta, como bien se lo dijo su psiquiatra, muchas veces un enfermo obsesivo suele identificar a otro, en especial porque suelen seguir los mismos patrones de comportamiento hostil y bien actuado que los llevan a hacer cosas que pueden atentar incluso contra la vida de los seres amados, tal y como él lo hizo con Kayla.—Nos vemos luego... —su chica... o como a veces la nombraba en sueños, se despidió de él y entró a su casa sin voltear.Darren espero a que el tipo se marchara y estar equivocado en sus especulaciones, pero al ver que por el contrario, Dexter le daba la vuelta a la casa, con las manos dentro de los bolsillos, decidió seguirlo con sigilo.Detrás de &ea