El corazón de Kayla se aceleró al ver a Darren parado frente a ella, pudo observar que había cambiado físicamente, ahora parecía un poco mayor, ya no el estudiante impulsivo y poco fácil de controlar, se veía mejor, e incluso más apuesto de lo que recordaba que ya era en el pasado. Estaba respirando fuertemente cuando intentó acercarse a él y tocarlo, era como si ese vano y delicado deseo de sentirlo con sus manos, le confirmara si se trataba de un sueño, o era real.
Sus manos se deslizaron sobre la tela de algodón de su camisa, mientras Darren permanecía intacto como una estatua, pensó que si movía un solo músculo o siquiera respiraba, Kayla se rompería… ¿había olvidado llenar sus pulmones de aire?
En cuanto las palabras se deslizaron de los labios de Kayla, Darren sintió que le clavaban mil dagas directas al corazón, ella tenía razón, en todo, no había más, incluso la comprendería y le aplaudiría si le metiera una bala en el cráneo en esos momentos. Expuso todas las posibilidades que tenía para escapar de ese encuentro, pero al final llegó a la conclusión de que buscar excusas solo hacía más notable su cobardía.—No te abandoné Kay, me alejé de ti, era lo mejor —Darren trató de mantener la calma.—¿Lo mejor? —Kayla se apartó unos cuantos centímetros de él, y casi se ahoga con el ataque de risa del que estaba siendo dominada, parecía una histé
Darren no dejaba de caminar de un lado a otro dentro del sótano, sabía perfectamente que Dexter ya estaba enterado de su localización, por algo había mandado a uno de sus hombres como cebo, tenían que moverse, pero antes necesitaba que aquel chico hablara y le confirmara sus sospechas.Bajó su mirada y observo sus manos, sus nudillos estaban enrojecidos y salpicados de un poco de sangre, llevaba más de dos horas torturando al tipo que no hacía más que reír y escupir negativas.—Habla —Exigió Darren una última vez.—Vamos primito, este hijo de la gran puta no hablará, al parecer le es fiel a McCall —la voz de su primo Malcom llegó como eco a su interior—. Al me
Kayla quiso hablar, pero al cruzar su mirada con la de él, notó una repentina ola de calor entre sus piernas, para ser honesta, llevaba algo de tiempo sin verdadera acción, los últimos años con Mickey cuando eran novios, habían sido frustrantes y dolorosos por sus infidelidades, mismas que él creía que ella no se iba a enterar nunca. Pero con Darren era distinto, de pronto, sintió que su corazón aceleraba su ritmo cardiaco cuando se dio cuenta de que se acerca más a ella.—¿Qué... qué haces? —cuestionó Kayla en tono casi audible.—Nada.Pero Darren actuaba de manera contraria a lo que decía, siempre hubo algo en su forma de caminar en que parecía desp
Darren no daba crédito a lo que había escuchado, así como tampoco creía que Kayla hablara con la verdad, porque de ser totalmente cierto, eso solo significaría una cosa; que se había vuelto loca, demente o desquiciada, sería la palabra correcta. —No sabes lo que estás diciendo Kay —Darren negó con la cabeza. Ella no parecía enfadada, de hecho, le dedicó una sutil sonrisa. —Esta no eres tu. —Soy yo, sigo siendo la misma, preparé estoy porque te amo. Darren sintió que estaba a punto de venirse, la forma en la que Kayla lo miraba, le hacía imaginarse como si ella estuviera pasando su lengua por su polla. Cuando sus ojos se encontraron con los suyos, levantó una ceja con incredulidad. &
—Pudiste haber sido de Mickey, incluso pudiste haber intentado ser de cualquier otro hombre, pero todo tu cuerpo tiene tatuado mi nombre, eres mía —Darren deslizó su mano entre sus piernas—. ¿Quieres saber realmente cómo es que lo sé? Kayla se agitó, esta vez había olvidado la cámara, había olvidado que posiblemente Dexter se encontrara viendo lo que Darren le hacía, esta vez solo eran ellos dos. —Como... —Porque tu respiración se acelera con mi cercanía, lo sé porque cuando me ves, sacas tu lengua para remojar tus labios, en estos momentos, la manera en la que tus pezones se endurecen contra la tela de tu pequeño vestido, me dictan que lo nuestro no solo es físico y sexual, es deseo salvaje, es amor puro y verdadero, porque el aire cr
Darren estaba frente a Yohaly y Kayla, después de escuchar todo lo que tenían para decir, llegó a la conclusión de que habían despertado a un demonio incluso más peligroso que él. Estaba seguro de que al ver Dexter el video, en el que marcó a Kayla con su semen, no descansaría hasta matarlo y poseerla a ella, pero no lo permitiría. —¿Ya puedes quitar tu mirada de pendejo? —resopló Yohaly cruzada de brazos, optando por una actitud desafiante. —Debieron decirme antes de —la mirada furtiva de Darren se dirigió directamente hacia Kayla, ahora cambiada y bañada, después de hacerla suya, se veía diferente, como si estuviera como nueva, mejillas rosadas, un brillo en su rostro, y la tranquilidad reflejada en sus ojos, como si ambos lo hubieran necesitado para volve
Al parecer, la dichosa casa de las muñecas se encontraba a un día de viaje, por lo que tuvieron que tomar un descanso y alquilar tres habitaciones en un motel. Malcom necesitaba estar solo, por lo que después de la confesión de su hermana gemela, lo que menos necesitaba en ese momento, era hablar con alguien. Darren planeaba quedarse con Kayla para cuidarla, pero tampoco pudo negar su erección creciente al pensar que estarían una noche juntos, después de todo hacía años que no dormían los dos solos. Y la otra habitación estaría ocupada por Yohaly y Ana, quien hasta ahora, no dejaba de ver con odio a Kayla. —Necesitamos un plan en cuanto lleguemos —dijo Yohaly atiborrándose la boca con papás fritas. Antes de pasar, habían visitado un pequeño mini súper para compra
Cinco pares de ojos estudiaban con detenimiento lo que se presentaba ante ellos. Habían pensado queLa casa de las muñecasera una sencilla choza, o incluso un club nocturno con fachada poco alentadora, pero no, como tal, se trataba de una enorme casa beige ubicada al fondo de un callejón, con enormes muros y ventanales largos y azulados, afuera, postrados como dos estatuas, permanecían dos hombres armados, mirando a todos lados buscando algo o alguien que pudiera irrumpir lo que sucedía detrás de aquellas paredes. —Es más bonita de lo que pensé —comentó Ana posando sus ojos en cada ventana de la que a esa hora de la noche, emitía luces de diferentes colores—. No parece ser un prostíbulo y mucho menos algo que se le asemeje. —Que las apariencias no te engañen —Yohaly si