Thomas esperó a que los Johnson se marcharan, para desplomarse en su asiento y tomar aliento. Esa hora de comida había resultado bastante agotadora para él, un hombre que detestaba perder su tiempo en trivialidades.
Ver a su jefe tan exhausto sorprendió a Lorraine, que preguntó:
—Señ... digo, Thomas, ¿le pasa algo? ¿Se siente mal?
El frío hombre alzó la mirada para responder con fastidio.
—Sabes que odio gastar mis energías al tener que socializar de esta manera.
—¡Oh! —exclamó sorprendida Lorraine, que en realidad no tenía idea de lo agotador que había resultado para su jefe el tener que lidiar con
Thomas parpadeó atónito con mi repentina demanda, que por un instante se quedó sin palabras. Al ver que él no decía nada, volví a hablar.—¡Jefe! ¿Acaso está jugando conmigo? —cuestioné con severidad.—¿Qué? ¡No! —respondió avergonzado—, es solo que es la primera vez que la veo actuar de esa manera tan impositiva.«¡Rayos! ¿Acaso era tan endeble antes como para dejarme manipular por este hombre tan inestable?», pensé con nerviosismo, que en el acto intenté actuar menos agresiva.—¡Ah! Lo siento si fui grosera, es solo...—Tienes razón —me interrumpió el señor Walker bastante compungido—, no tienes la culpa por mis arranques, es solo que...En ese momento noté que el imponente hombre de negocios parecía bastante afligido, como si le costara trabajo sincerarse. Era claro que toda esa actitud tenía que ver con la mujer que habíamos visto en el restaurante, así que señalé atrevidamente.—Mire, no sé qué pasó entre usted y la señorita Margaret, pero creo que debería superar esa situación p
Tras mencionar que si volvía a perder la memoria sería una "nueva asistente", la expresión de Thomas se ensombreció, pero no dijo nada más. Esto me contrarió un poco, sin embargo, antes de preguntarle lo que estaba pensando, dijo repentinamente:—Bien.Acto seguido se bajó del vehículo, por lo que rápidamente reaccioné e hice lo mismo. Cuando vi que comenzó a caminar apresuradamente para entrar al edificio, sentí pánico y supuse que él se había enfadado con mi tonto comentario. A pesar de esto, decidí seguirlo en silencio, preparándome para que en cualquier momento me reclamara por mi falta de tacto o volviera a su actitud desenfadada. Sin embargo, nada de esto ocurrió.Cuando tomó el ascensor, Thomas se mantuvo imperturbable durante el tiempo en que nos encontramos dentro del aparato. Al llegar al piso de presidencia, el sombrío hombre salió dando enormes zancadas, ignorándome por completo.Fue entonces que, antes de abrir la puerta de su despacho, Walker se detuvo de golpe y volteó
Sentí miedo al escuchar que alguien llamaba a la puerta cerca de la medianoche, que decidí no abrir. Sin embargo, como esa persona era insistente, me acerqué al visor de la puerta para descubrir quién me fastidiaba a esa hora. Casi me fui de espaldas al ver que afuera del departamento se encontraba mi "jefe molesto". Antes de que pudiera recuperarme de la impresión, Thomas volvió a tocar la puerta con demasiada insistencia.—¡Dios mío! —exclamé asustada—. ¿Qué querrá ahora? ¿Por qué vino a estas horas?Por un momento dudé en abrir, ya que no comprendía cómo es que él se encontraba afuera de mi departamento, pero dejé a un lado esa cuestión, debido a que ese hombre siguió llamando a la puerta. Cuando
Tal como me notificó, Thomas llegó 20 minutos después de haber llamado. En el momento en que escuché que tocaba la puerta, apenas estaba terminando de aplicar un poco de maquillaje en el rostro, así que dejé lo que estaba haciendo y fui a recibirlo.—¡Buen día! —saludé un poco agitada.—Qué tal, señorita Ruiz —saludó con elegancia mi jefe, mirándome con una expresión de superioridad.Como aún me faltaba terminar por arreglarme, no me quedó de otra que invitar al señor Walker a entrar a mi casa, para que no tuviera que esperarme afuera.—¿Quiere pasar? —pregunté avergonzada—. Estoy un poco retrasada.<
Cuando el doctor Mueller me cuestionó sobre esto, vacilé en responder, ya que me hizo darme cuenta de que el día anterior había acudido a Thomas, sin dudar de sus intenciones. Como aún seguía contrariada con mis acciones, respondí sinceramente:—Tampoco recordaba a mi jefe. El primer contacto que tuve con él fue a través de una llamada.—¿Le dijo de su amnesia en ese momento? —preguntó el médico intrigado.—No, en realidad estaba tan confundida, que solo pensé en ir con el señor Thomas, esperanzada de encontrar una pista que me ayudara saber quién era yo —confesé.Al escuchar esto, la expresión del doctor se tornó som
—¿Eres tú, Lorraine? —repitió un hombre caucásico que portaba una bata de doctor.Al escuchar esto, me congelé al comprobar que quien me hablaba era "mi exnovio". De no haber sido porque Thomas anteriormente me había mostrado la foto de él, no lo hubiera reconocido.—¿Sí? —pregunté con recelo, aunque no estaba segura de cómo actuar debido a que no recordaba los sentimientos que ese individuo me había causado en el pasado.De repente, él comenzó a acercarse con un aura peligrosa e instintivamente di un paso atrás, pero antes de retroceder más, Thomas colocó su brazo sobre mi hombro a modo de respaldo, gesto que ayudó a calmar mi nerviosismo. En el momento en que Dereck mencionó su nombre, lo miré con confusión. Antes de decir algo al respecto, él sacó rápidamente su carnet de identidad de su billetera y me la entregó.—Toma, aquí puedes comprobar quién soy.Sin decir nada, tomé el plástico para mirarlo detenidamente. Entonces pude apreciar que ahí aparecía su fotografía, así como su nombre completo: Dereck Miller. Debajo de esto, mencionaba que él era un médico interno de la Clínica Port Saint Johns, en el área de urgencias.—Luego de que discutimos —comenzó a decir en un tono de reclamo—, intenté disculparme contigo, pero me bloqueaste por todos lados y no pude contactarte. InclConociendo a Dereck
Marissa Ruiz miró fijamente a la joven que estaba parada frente a ella. Su instinto de madre la alertó que había algo extraño en esa chica que se parecía físicamente a su hija, así que fue directa y preguntó con actitud retadora.—¿Quién eres?El agresivo recibimiento dejó atónita a Lorraine, que por un instante no supo qué decir. Aunque en un principio reconoció que esa mujer de expresión cálida era su progenitora, su corazón no respondió al llamado de sangre.—También me gustaría saber eso —respondió confundida.Esta respuesta impactó a la señora de 50 años, que se acercó lentame