Liam salió de la habitación una vez que, según él, había terminado con Harry, ósea, lo castigó como siempre lo hace. Estaba enojado con todos, principalmente con él mismo, por durar tantos años ocultándole a Harry esa gran mentira.
Ahora su esposo estaba embarazado, enojado y queriendo divorciarse de él a como dé lugar. Algo que él, por supuesto, no permitiría. Primero muerto que dejar que su bebé se separara de él.
Bajó las escaleras con rapidez, donde al final de estas encontró a Michael con los brazos cruzados y con el rostro rojo por la furia.
— Lo hiciste otra vez —negó con la cabeza, y con la mandíbula tensa.
Debía de ser un puto error eso que le había dicho ese hombre hace unos minutos atrás.Tenía que haber matado a ese hijo de perra cuando tuvo la oportunidad de haberlo hecho. Ahora que estaba en Londres intentado acabar con su matrimonio que con tanto esfuerzo se había encargado de sostener con tanto esmero.Ahora su esposo lo odia y quiere el divorcio a como dé lugar, más que nunca tenía que hacer todo para volver a ganar el perdón de su hermoso esposo, embarazado.Se había pasado con el castigo que le había dado, eso lo tenía muy en claro. No quería que su amado esposo se fuera de su lado, Harry era su vida. Liam entró a la habitación con una toalla en las manos secándolas de cualquier rastro que haya pod
Su mandíbula estaba tensa, en cualquier momento podría romperse o dislocarse por la fuerza que estaba ejerciendo. Harry hacía cualquier cosa para que su enojo llegara a sobrepasar sus límites. Cerró la puerta de un portazo, luego se dirigió hacia su escritorio, donde se dejó caer en la silla.Cerró los ojos un momento respirando tres veces tratando de tranquilizarse.Falló. Nada podía hacer para contenerse, en serio que nada. Su hijo mayor, enamorado de un chico cinco años mayor que él. Una puta broma, sí, eso era, una puta, jodida, maldita y perra broma. Las cosas se habían salido de control de la noche a la mañana.Su esposo no lo quería ni ver cerca de él, después de lo de hoy. Despu&eacut
Liam despegó las manos del rostro y cuello del menor, después de haber escuchado eso.No podía ser cierto eso que estaba diciendo, ese hijo de perra había estado tan cerca de él y no se había dado cuenta hasta ahora. Se levantó de la cama y luego tomó su teléfono móvil y llamó a Michael.— Dime.— Ya sé dónde está ese hijo de perra, es el ginecólogo de Harry . Estuvo todo este tiempo cerca de nosotros y no nos dimos cuenta—gruñó mirando a Harry, quien bajó la mirada mordiéndose el labi
Liam vio cómo su casa explotaba en miles de pedazos frente a sus ojos. Lo primero que le llegó fue la imagen de su esposo dentro de la casa, atrapado sin ninguna escapatoria. Pero un nuevo mensaje le hizo regresar a la realidad.— Quita esa cara de espanto, tú pequeña puta está con vida. Así que no te desesperes pronto estarás con él, estúpido Jackson.PD: Felicidades por los seis meses de embarazo que tiene tu esposo, fue fácil engañarte con eso.Las manos de Liam temblaron, aun teniendo a su hijo en brazos, trató de tranquilizarse para que éste no se alterara más de lo que ya estaba, pero fracaso al ver como Dalton y Gideon se acercaban a paso r&aacu
Todo le dolía, deseaba que todo fuera un puto sueño. Si tan solo se hubiese quedado en Cuba, huyendo de todos. Pero no. Tuvo que regresar al mismo lugar que le arruinó la vida hace cinco largos años, casi seis.Lo habían dejado en una habitación lujosa, eso lo agradeció enormemente. Pero quería estar cerca de su hijo, ese lugar daba miedo y no sabía el porqué. Bueno, si lo sabía. Mordió su labio tocando su vientre crecido, le dio gracias a Dios que este no saliera lastimado.Comenzó a llorar con fuerza, sintiendo que una parte de él se había muerto, después de lo que Liam le había hecho ese día.No podía odiarlo, sabía que tenía que hacerlo, debía odiarlo per
— Necesitamos encontrar a Harry antes de que sea demasiado tarde —dijo Liam por... bueno ya habían perdido la cuenta de las veces que lo había dicho.Michael rodó los ojos otra vez y luego bufó, esperaban a que Dalton llegará con algunas computadoras.— ¿Para qué lo quieres contigo? —murmuró Michael—. Sabes bien que si Harry fuera no estaría contigo, estaría donde nunca lo encontrarás y si eso sucede yo lo ayudaré a huir de ti — dijo entre dientes.— Ya me tienes harto con tus cosas, dime lo que tienes que decirme sin rodeos y listo. Tengo más de tres años casados y siempre estás en el medio de los dos —dijo furioso. Una vez que todos estuvieron dentro del carro en el cual Liam había llegado.— Iré hablar con el señor que está parado aún lado de la camioneta —señaló sobre el hombro de Harry—. Vuelvo en un segundo —besó su frente.— Estás sangrando —susurró Harry tocando levemente la herida en su hombro y Liam asintió.— No es nada, regreso rápido y nos iremos a casa —dijo dejando un beso en los labios morados de Harry, los cuales estaban así por el frío y luego salió de allí.Caminó a paso rápido hacia el hombre, que le había ayudado con su esposo. Le debía la vida entera.Capítulo 23.
Ese mismo día en la tarde, los adultos estaban conversando tranquilamente en el jardín trasero de la casa, mientras que los niños estaban en la habitación de Kayled, hablando entre ellos.— ¿Cuál es tu nombre? —preguntó Nicolás, a la niña que se había integrado a su grupo de amigos.— Nasver —respondió, simple.— ¿No tienes apellidos?— No, no tengo. Mi papá decía que yo no merecía tener uno, porque era una bastarda —se encogió de hombros.— Bien, en este grupo hay reglas las cuales son: no tocar a Jedward, no abrazar a Jedward, no darle besos en ningún lado, no