Drew se separó tan rápido como mi vestido voló de nuevo a mi regazo. En ese momento, aquella mirada de culpabilidad que rondaba en mi cabeza era peor de lo que podía imaginar.
Alec. Estaba. Parado. Y. Esperando una maldita explicación. A lo mejor, alguien nos había visto o quizás fue repentinamente mientras me buscaba.
—¿Te sientes mejor? —preguntó irónicamente.
No supe que responder más que alejarme de Drew e irme detrás de él en cuanto cruzó el umbral de la puerta.
—¡Alec! ¡Espera! Puedo explicarlo, yo... —y me callé en el momento que todos estaban mirándome y algunos ni podían lograrlo. Alec se giró, su mirada de confusión y tristeza rondaba en su cabeza como si hubiera hecho algo peor.
—Oh, vaya, pues mira a la niña Richards —soltó una chica a mi lado d
Drew.Apenas había llamado Jace, salí disparado de mi residencia en dónde me encontraba tan intrigado como pasmado ante la reacción de Catherine a mi respuesta de beca.Estacioné frenéticamente el coche en la acera, me bajé tan rápido como pude y en cuanto llegué a la puerta de la residencia de mi hermano menor, él ya la había abierto y estaba esperándome con los brazos cruzados.Típico de él y de todas sus actitudes.Me preguntaba si ahora no la había drogado, o algo por el estilo. Entré inmediatamente, y la vi acostada en su sofá con una manta color verde.Bajé mis hombros en señal de rendición y Jace apareció por detrás de repente.—¿Dónde la encontraste? —solté al fin. Jace se reacomodó a mi lado, con su mir
Desperté en algún lugar que no conocía. Me removí entre una manta, aquella residencia me parecía demasiada lujosa para ser real. En cuanto alcé mi cabeza, vi a Jace del otro lado, en otro sofá igual al que estaba yo, durmiendo. Estaba la televisión encendida, y el control remoto estaba en el pecho de él. Quizás se había quedado dormido mientras esperaba a que despertase, pues aún era de día.Aunque, conocía ese perfume. Drew. Debía haber estado allí. Sin dudas, y sin pensarlo dos veces, me deslicé hasta bajarme del sofá y despertar a Jace. Él estaba en un sueño profundo, aunque rompió su sueño un fuerte bostezo al removerse en el impulso en el que molesté su siesta. Abrió sus ojos, y se sorprendió más que yo.Le regalé una sonrisa, dándole las gracias por el cuidado.&m
¡Pum!Encontraron al idiota de Erik pocos días luego de que Drew se fue a Clayton. Obviamente, fue a la cárcel por tenencia de drogas y demás. Fue una buena noticia después de todo. Zachary había sido absuelto de los casos, al igual que Ashton. Jessica había vuelto a Rawsen, ahora trabajaba en Lizzie's pero no compartíamos mirada excepto de cliente a cajera.Mientras que Alec había ido de gira con su banda, Lauren y yo nos volvimos cercanas junto a Lou. Si bien, nos habíamos vuelto grandes amigas y eso me encantaba. Es decir, tener nuevas amigas con quién hablar y eso.Todo volvió a la normalidad, excepto yo. Sí, admitamos algo: Aún seguía dolida por la partida de Drew, de su partida de la ciudad. Aunque no quería exagerar, había pasado días llorando contra la almohada hasta aceptar la realidad. En ese fin del cuento, las semanas pasaron v
Corriendo por el aeropuerto, llegaba tarde a mi vuelo. Mi pasaje decía a las diez, eran diez y cuarto. Mientras las maletas se me enredaban en los pies, saludé a mis padres desde lejos y Lou me acompañó hasta la entrada de los pasajeros, mucho antes de la escalera mécanica que me llevaría hasta la entrada del avión.Antes de que pudiera retirarme, ella me tomó del brazo y me entregó un libro. Reí ante su título, porqué quizás me recordaba a muchas cosas sobre todo lo ocurrido. ¿Y los chicos malos? Claro que sí, ahora creía en ellos y no en aquellos con motocicletas anticuadas y chaquetas de cuero, en los chicos malos hirientes y crueles.—Sólo recuerda no involucrarte con otro chico malo —resopló—, y que no vuelque su cerveza en tu pijama de ovejas —agregó. Ambas reímos debido al recuerdo.—Clar
* Información de autora:¡Hola! Soy Mila Warui, tengo 22 años y vivo en Argentina. Amor Irresistible, y sus dos libros, han sido la trilogía que amé escribir cuando apenas tenía 19 años. Ha pasado mucho tiempo desde entonces. De ir y venir, entre plataforma y plataforma, me han dado una linda oportunidad aquí en Buenovela (y estoy muy agradecida). Amor Irresistible, Amor Prohibido, y Amor Libre, reflejan la historias de adolescentes rumbo a ser adultos en busca de ser aceptados, amados, cuidados; tales como lo son realmente. Acompaña a Catherine y Drew en busca de aquel amor, sea irresistible o prohibido... ¡incluso si es libre! El amor es el sentimiento más bonito que existe.* La trilogía se conforma por tres libros:- Amor Irresistible: Desde que Catherine y Drew se conocen su mundo cambia para sie
—Las películas de amor me fascinan, son increíbles y más aún cuando la chica buena logra cambiar al chico malo —murmuró Lou a mi lado—. ¿Pensáis que esto puede sucedernos a nosotras, Cat? ¿Qué llegue de repente un chico esencialmente bueno y nos quiera volver locas?Rendida me levanté y me destiné a apagar el televisor. Lou siempre tiene la misma técnica para hacerme cambiar de opinión. Pero para mi defensa, los badboys son irreales y no creo que existan. O mejor dicho, creía.—Quisiera entender, ¿qué demonios tiene de especial un badboy? —pregunté curiosa luego de ver a Lou sacar uno que otros pañuelos de la caja de Kleenex.—¡Joder! ¡Cathy! ¿En qué mundo vives tú? ¿Acaso jamás has leído Hush Hush, Beatiful Disaster...?—¿Qu&eacu
Mientras que todos se preparaban para el juego del equipo de Zachary, pensaba una y otra vez sobre lo que aquel chico desconocido. Pensaba en decirle a Zach sobre lo sucedido, pero no me haría caso o quizás provocaría más problemas. Suspiré pensando en todos los problemas que podría involucrarme gracias a ello, y por aquel mismo motivo guardé silencio.Dewis se acercó con las camisetas para alentar el equipo, Cole estaba sudando por haber hecho más de treinta minutos de gimnasio, subía a su habitación y Zachary corría de aquí a allá. Recibí un mensaje de Lou, todo parecía ir bien con su padre pero se sentía demasiada aburrida. Tomé el móvil, marqué el número de mi mejor amiga y ella me contestó de inmediato.—¡Cathy! ¿Ya dejaste de ser virgen? —preguntó entre risas mientras que por detr
El partido había finalizado, el equipo de Zach —los Águilas— había tomado la delantera y ya se posicionaba en lo más alto de la lista de equipo. Bajando hacia el palco, pude notar que todos ya se iban y que por suerte mi condena en aquella oficina terminaría. Vi a Cole sostener todas mis cosas, tan absorbente y su cara de pocos amigos, no daban buenas esperanzas. Una vez que bajé, me encontré con su terrible rostro, no aguantó en dedicarme una mueca de desagrado; algo pasaba, ¿cómo no conocer a Cole, siendo su hermanita?—¿Y Lou? ¿Dewis? ¿Los demás? —pregunté mientras buscaba la mirada de mi amiga y hermano. No era difícil notarlos. Dewis tenía su cabello cubierto de un rubio, demasiado blanco, y su brazo derecho cubierto de tatuajes. Era el único de mis tres hermanos que tenía tatuajes. Los adoraba, con mucha locura. Par