Se encontraban en su mejor momento, compartían una conexión muy especial y aun así le causaría un gran dolor. La lastimaría al hacerle saber aquella noticia, lo cual era lo que menos desearía en el mundo.
—No me perdonara, lo sé muy bien. La destruiré con esto y ella no se lo merece —admitió sin otra opción y es que sabía seria de esa forma.La sola idea causo que una expresión de profunda tristeza apareciera en su rostro, pues no quería que ocurriera.—En verdad te preocupas por ella —no se trató de una pregunta, sino más bien una afirmación y es que Sarah tenía en claro que era de esa forma.—Por supuesto, ella es una buena mujer y yo soy un imbécil —se insultó, mientras arrojaba con furia su copa al piso para romperla. Era consciente de que Sarah no era del todo culpable de loMargaret había tratado de contactar a Lucas casi desde el momento en que sus padres se marcharon, intentando advertirle lo que sucedía. Sabía muy bien el error que había cometido, por lo cual debía estar prevenido.Infortunadamente no logro hacerlo y es que su celular parecía estar apagado, en cuanto a la línea directa de la oficina sonaba persistentemente ocupada y su secretaria aseguraba que no se encontraba disponible. No obstante, no podía quedarse quieta, necesitaba hablarle y lo aria en persona de ser precisó. Una vez llego a la oficina, se encontró con que Mary no estaba en su lugar habitual y ya que no estaba dispuesta a esperar ni un solo segundo más, solo entro a la oficina sin anunciarse. Al hacerlo, lo encontró parado ante la ventana viendo fijamente hacia la ciudad.—Siento mucho el haber entrado de este modo, pero llevo horas llamándote y no me contest
Margaret no pudo soportar aquello, no más, así que en un acto impulsivo levanto la mano y lo golpeo directo en el rostro con todas sus fuerzas. Lucas volteo la cara en consecuencia sin emitir palabra o gesto alguno, solo permaneció firme para voltear a verla de nuevo.—En cuanto me libre de ti, me casare con ella. Está esperando un hijo mío, no fuiste la única que fue infiel en este matrimonio —le dijo tratando de herirla profundamente, lo cual causo que la expresión de Margaret se desencajara.—Todo volverá a ser justo como debió y lo único que debo hacer es deshacerme de ti —admitió.Margaret era consciente de que le hubiera dolido mucho menos que le hubiese golpeado el rostro en respuesta y sobre todo se habría sentido menos miserable. En aquel momento, todo cuanto pudo hacer fue llevarse la mano al vientre tratando de proteger de algún modo a es
El escuchar como nombraban a Lucas, atrajo aún más la atención de Margaret; haciendo que viera hacia el interior con mucho cuidado. Lo hizo para encontrarse con que aquella mujer no era otra que Samantha, la madre de Lucas y no terminaba de entender lo que hacía ahí.—Mi nieto, lo sé —le interrumpió Thomas.—¿Como es posible? Nadie más que mi esposo lo sabe, ni siquiera mi padre lo hacía —trato de entender.—Lo supe desde el instante en que lo vi por primera vez, la noche del funeral de tu padre. Es idéntico a mi propio hermano y me vasto tan solo una prueba de ADN para comprobarlo —admitió con suficiencia.Margaret escucho aquello sin lograr entenderlo del todo y es que le resultaba demasiado difícil comprender tan de pronto el peso de aquellas palabras, en especial por lo que traían consigo.—Si era así, si lo s
—Cuando abandonaste a mi hijo, él estaba destrozado. Pensé que no se recuperaría jamás de aquella traición, pero lo hizo y volvió a ser el de antes, a enamorarse. Conoció a una mujer, la cual por desgracia venia con una complicación inesperada, la hija de una anterior relación —revel0 con evidente desprecio.—Oscar por supuesto que la acepto, estaba encantado con aquella pequeña; aunque a mí no me alegraba en lo más mínimo tan desagradable adición a la familia. Sin embargo, lo acepte con la esperanza de que con el tiempo me dieran un verdadero heredero legítimo, un digno sucesor para mi apellido —acepto, sin poder evitar que su voz se tornase melancólica.—Por desgracia no ocurrió, mi hijo murió poco después y lo único que me dejo fue a esa niña, de la cual me vi obligado a hacerme cargo. Cada d&iac
Lucas sentía como le hervía la sangre, su mente era un verdadero caos y es que el solo recuerdo de Margaret le destruía. No tenía idea de cómo es que se había dejado engañar por ella, de cómo es que había caído en su trampa; pues estaba perfectamente consciente de que había sido una actuación desde el momento exacto en que se conocieron.No podía permanecer ni un solo instante más en aquella oficina, se sentía una clase de león enjaulado con aquellas paredes cerrándose justo sobre él.Decidió pues regresar a su apartamento y es que, aunque el rostro de Margaret era el que menos deseaba ver en el mundo, sentía que aún había mucho de debía decirle.Al arribar se encontró con el lugar en medio de la obscuridad y en completo silencio. No le llevo más de algunos minutos darse cuenta
Samantha apenas podía creer el escucharlo decir eso, en especial cuando sabia tan bien como ella de lo que Thomas era capaz. —Pero, hijo… —intento hacerle ver lo terrible que era eso. —Es la verdad —aseguro enseguida con firmeza. —¿Dónde está ella?, tengo que hablarle —se apresuró a cuestionarle. —No está aquí —respondió con simpleza. —¿Entonces en dónde? —deseo saber y es que le era en verdad importante que hablaran. —No tengo la menor idea, supongo que habrá regresado a casa de Thomas —contesto con desgana. —¡No puedes permitirlo! —exclamo, angustiada por lo que eso podría significar. —La decisión es de ella; puede regresar a esa casa o marcharse muy lejos, no me importa. Nuestro matrimonio ha terminado, es más, me disponía a ir a ver al abogado en este mismo momento. Quiero terminar con esto lo antes posible —les revelo. —No puedes hacer eso Lucas —deseo convencerlo. —¿Por qué no? —indago, confuso por su actitud. —Porque estarías cometiendo el error más grande de tu vid
Margaret entonces fijo la vista en la tumba que se encontraba ante ella. Se trataba de una pequeña lapida de concreto, únicamente con el nombre de su madre y la fecha de su muerte; nada más que eso. Se veía descuidada, la hierba casi la cubría por completo y no había ni una sola flor. Había sido olvidada por dos décadas y se sentía inevitablemente culpable por eso, por no buscarla antes. Thomas la había engañado durante toda su vida; solo que jamás se esperó que fuera capaz de algo como esto, de hacerle creer que su madre le había abandonado. Cuando la verdad es que murió al lado de su padre. No tenía idea qué clase de persona era él, como para planear algo semejante y eso era mucho teniendo en cuenta todo el dolor que ya le había causado. —Tienes razón, debo admitirlo. No obstante, no puedo permitir que Thomas me vuelva a encontrar —afirmo, convencida de que estaría perdida si sucedía. —Descuida, yo te ayudare a lograrlo —le aseguro, sujetando su mano para tratar de reconfortarla a
—¿Estas segura de que deseas hacer esto ahora? —le cuestiono Marco al detener su auto justo enfrente del edificio donde se encontraba el apartamento de Lucas. —No deseo hacerlo —admitió abiertamente. —Aun así, debo reconocer que tenías razón, Lucas necesita saber de mi embarazo y mientras antes lo haga será mejor para mí, deseo terminar con esto lo antes posible —reconoció. —Siendo así, te estaré esperando aquí —le dijo, guardando para si mismo el hecho de que se encontraba angustiado por ella y es que le preocupaba la reacción de Lucas. Margaret bajo del auto con lentitud, tomando el ascensor para llegar al piso indicado. El trayecto se le torno eterno y es que le aterraba la reacción que Lucas pudiera tener ante la noticia, en especial cuando era consciente de la opinión que tenia de ella. No obstante, al menos le debía eso a su hijo y es que esa era la única razón por la cual se encontraba ahí. Se vio en la necesidad de recordárselo constantemente mientras se acerc