Un par de horas después, Margaret al fin se sintió lo suficientemente fuerte como para levantarse. Había estado especialmente nerviosa los últimos días y no parecía haber algo que pudiera hacer al respecto.
Se sentía preocupada por Thomas, porque apareciera de un segundo a otro para cobrar venganza por lo ocurrido en la fiesta; además claro de que el detective privado no había conseguido respuestas sobre el paradero de su madre. Era de ese modo, aun cuando era consciente del esfuerzo y dedicación que había puesto en su caso.Lo cierto es que aquello le tenía más que alterada y es que sabía muy bien que ese era el único modo de escapar del control de Thomas, especialmente en aquel momento.Con eso en mente y aun a pesar de su malestar decidió salir a encontrarse con este, tal como lo había hecho en varias ocasiones. Se reunieron en un restaurante cercaEl escuchar aquello valla que le desconcertó y no solo porque no se lo esperara, sino que estaba consciente de que acababa de cometer un gran error. Sabía que había mantenido su matrimonio en secreto para ellos, que deseaba contárselo él mismo a su regreso y es que aquella no era una conversación para tener por teléfono. En cambio, ahora ella se los acababa de revelar sin más. —Dios. Lo siento, no los reconocí; por favor pasen —les insto, haciéndose a un lado para permitírselos.Ambos entraron sin demora, para enseguida dirigir su vista hacia ella—No tenía idea de que regresarían al país, Lucas no me lo dijo —confeso, deseando minimizar un poco el impacto de su revelación.—No lo sabe, decidimos volver sin avisar para sorprenderlo; pero fuimos nosotros quienes se llevaron una gran sorpresa —admitió Saman
Lucas esperaba pacientemente una llamada que sin duda lo cambiaria todo y es que luego de haber trabajado de forma incansable, al fin había encontrado a alguien dispuesto a invertir con él, alguien que no temía a los alcances de Thomas. Había estado hablando con él la noche anterior y aquella mañana le había enviado un borrador del contrato con los términos acordados, solo esperaba que lo revisase y si estaba de acuerdo firmarían.Se encontraba convencido de que todo terminaría en el momento en que sonara el teléfono, era lo único que le importaba en esos momentos. Al menos así lo creía, hasta que de pronto la puerta de su oficina se abrió sin aviso, apareciendo por esta sus padres. No se lo esperaba en lo más mínimo y es que hasta donde sabia, ellos seguían fuera del país.—Mamá, papá —dijo un tanto sorprendido, mie
Una vez solos en el ascensor que descendía hacia recepción, Samantha lo volteo a ver furiosa.—¿Porque me has sacado de ahí? Sabes tan bien como yo que Lucas debía escuchar lo que tenía para decirle —le reprocho.—No sé muy bien, pero no importara si lo haces ahora o en un par de horas más. De cualquier modo, el daño ya está hecho —deseo hacerle ver, por muy doloroso que resultara.—Tienes razón, pero eso es a lo que más le temo, a el daño y las consecuencias que puede traer el haberme quedado en silencio —admitió con pesar.—Solo esperemos que no sea de ese modo, que aun podamos hacer algo por ellos —deseo, igualmente consciente de lo terrible que era aquello.En cambio, nada podían hacer para cambiar lo que ya hubiera ocurrido y eso por si solo los destrozaba.Lucas estuvo al telé
Se encontraban en su mejor momento, compartían una conexión muy especial y aun así le causaría un gran dolor. La lastimaría al hacerle saber aquella noticia, lo cual era lo que menos desearía en el mundo. —No me perdonara, lo sé muy bien. La destruiré con esto y ella no se lo merece —admitió sin otra opción y es que sabía seria de esa forma.La sola idea causo que una expresión de profunda tristeza apareciera en su rostro, pues no quería que ocurriera.—En verdad te preocupas por ella —no se trató de una pregunta, sino más bien una afirmación y es que Sarah tenía en claro que era de esa forma.—Por supuesto, ella es una buena mujer y yo soy un imbécil —se insultó, mientras arrojaba con furia su copa al piso para romperla.Era consciente de que Sarah no era del todo culpable de lo
Margaret había tratado de contactar a Lucas casi desde el momento en que sus padres se marcharon, intentando advertirle lo que sucedía. Sabía muy bien el error que había cometido, por lo cual debía estar prevenido.Infortunadamente no logro hacerlo y es que su celular parecía estar apagado, en cuanto a la línea directa de la oficina sonaba persistentemente ocupada y su secretaria aseguraba que no se encontraba disponible. No obstante, no podía quedarse quieta, necesitaba hablarle y lo aria en persona de ser precisó. Una vez llego a la oficina, se encontró con que Mary no estaba en su lugar habitual y ya que no estaba dispuesta a esperar ni un solo segundo más, solo entro a la oficina sin anunciarse. Al hacerlo, lo encontró parado ante la ventana viendo fijamente hacia la ciudad.—Siento mucho el haber entrado de este modo, pero llevo horas llamándote y no me contest
Margaret no pudo soportar aquello, no más, así que en un acto impulsivo levanto la mano y lo golpeo directo en el rostro con todas sus fuerzas. Lucas volteo la cara en consecuencia sin emitir palabra o gesto alguno, solo permaneció firme para voltear a verla de nuevo.—En cuanto me libre de ti, me casare con ella. Está esperando un hijo mío, no fuiste la única que fue infiel en este matrimonio —le dijo tratando de herirla profundamente, lo cual causo que la expresión de Margaret se desencajara.—Todo volverá a ser justo como debió y lo único que debo hacer es deshacerme de ti —admitió.Margaret era consciente de que le hubiera dolido mucho menos que le hubiese golpeado el rostro en respuesta y sobre todo se habría sentido menos miserable. En aquel momento, todo cuanto pudo hacer fue llevarse la mano al vientre tratando de proteger de algún modo a es
El escuchar como nombraban a Lucas, atrajo aún más la atención de Margaret; haciendo que viera hacia el interior con mucho cuidado. Lo hizo para encontrarse con que aquella mujer no era otra que Samantha, la madre de Lucas y no terminaba de entender lo que hacía ahí.—Mi nieto, lo sé —le interrumpió Thomas.—¿Como es posible? Nadie más que mi esposo lo sabe, ni siquiera mi padre lo hacía —trato de entender.—Lo supe desde el instante en que lo vi por primera vez, la noche del funeral de tu padre. Es idéntico a mi propio hermano y me vasto tan solo una prueba de ADN para comprobarlo —admitió con suficiencia.Margaret escucho aquello sin lograr entenderlo del todo y es que le resultaba demasiado difícil comprender tan de pronto el peso de aquellas palabras, en especial por lo que traían consigo.—Si era así, si lo s
—Cuando abandonaste a mi hijo, él estaba destrozado. Pensé que no se recuperaría jamás de aquella traición, pero lo hizo y volvió a ser el de antes, a enamorarse. Conoció a una mujer, la cual por desgracia venia con una complicación inesperada, la hija de una anterior relación —revel0 con evidente desprecio.—Oscar por supuesto que la acepto, estaba encantado con aquella pequeña; aunque a mí no me alegraba en lo más mínimo tan desagradable adición a la familia. Sin embargo, lo acepte con la esperanza de que con el tiempo me dieran un verdadero heredero legítimo, un digno sucesor para mi apellido —acepto, sin poder evitar que su voz se tornase melancólica.—Por desgracia no ocurrió, mi hijo murió poco después y lo único que me dejo fue a esa niña, de la cual me vi obligado a hacerme cargo. Cada d&iac