Capítulo IV

–Adrián, por favor piénsalo bien, Catalina, no tiene por qué pagar, por los errores de tu padre – Adrián se queda mirándolo – ¿acaso crees que no sé porque tu padre te envió a Francia en primer lugar?

–Eso ya no importa, mi padre ya está muerto y muerto se quedará “lo único que deseo es tener a Catalina y después bueno después la dejare de lado como la tonta Esclava que es” ¿te quedarás a cenar?

–No Adrián, tengo que empezar a revisar todos tus libros contables y eso toma su tiempo, además que no se te olvide también soy el administrador de La Sacerdotisa

–Cierto lo había olvidado, ¿Qué sabes de la anciana dueña de esa hacienda?

–María Luisa Ponce y Galán, bueno aún no muere para pesar de la mayoría de los terratenientes de la región, como sabes ella no tuvo hijos enviudo hace más de veinte años y al morir ella su hacienda a menos que no tenga un heredero, pasará a subasta pública

–Entonces me avisas, creo que me apetece tener esa propiedad, hasta dónde sé esa hacienda es la principal productora de arroz y tiene el mejor ganado lechero de la región, bien Felipe te espero la próxima semana

–De acuerdo Adrián, y por favor piensa en lo que te dije

–Mira nada de lo que me digas me hará cambiar de opinión, bien ve con cuidado

Catalina regresa de los pastizales con la madre del “peque” como cariñosamente le dice al ternero consentido, luego de dejarlos en un corral para asegurarse de que el ternero no se lastime, se dispone a cambiarse para poder entrar en la casa grande, al llegar le entregan una bandeja con la cena de Adrián y le dicen que tiene la orden de llevarla hasta la habitación del señor, al llegar toca la puerta y Adrián le dice que puede entrar lo que no se imagina es que Adrián está solamente con su  pantalón puesto, su torso esta al descubierto…

–Buenas noches, señor Mendoza del Campo – entrando con la bandeja

–Buenas noches, Catalina – se encuentra sentado en su cama leyendo, se ha dado cuenta de que Catalina no lo ha visto – deja mi cena en la mesa – Catalina deja la bandeja en la mesa – dime Catalina ¿Cómo te fue con la madre del ternero?

Con su cabeza baja – la encontré en los pastizales bastante alterada, creo que estaba buscando a peque

–¿Peque?

–Si…señor…así…le…digo…al…ternero ¿está mal que le diga así? – sonrojada

–“Es tan tonta esta Esclava, pero tengo que admitirlo tiene una tierna inocencia” no para nada si quieres puedes llamarlo así, aunque sabes que no debes encariñarte con el ganado

–Si señor lo sé bien, pero es que ese ternero hace todo eso para que lo consienta, me parece muy tierno – sonrojada

–Me parece bien, Catalina ven acércate – Catalina un tanto temerosa se acerca a la cama – creo que ha llegado el momento de terminar nuestra charla de la mañana, ya que Felipe no está puedo hacer varias cosas contigo – toma el mentón de Catalina y le levanta la mirada – Catalina – besa a Catalina y la rodea con sus fuertes brazos – ¿sabes que cada día me gusta tenerte así, solo para mí? – besando la frente de una sonrojada y muy tímida Catalina

–Se…señor Mendoza del Campo ¿Por qué hace esto? “¿Por qué hace esto? Yo solo soy una Esclava, ¿Qué pretende conmigo?” – en ese momento Adrián la toma en brazos – ¡¿Qué hace señor Mendoza del Campo?!

Acuesta a Catalina en su cama y acto seguido se sienta sobre ella aprisionando los brazos de la inocente chica con sus muslos – Catalina, ya te lo dije porque quiero conocer a tú lado los placeres mundanos que puede entregar una joven tan hermosa e inocente como tú –inclinándose para besarla, siente como la chica se esmera por complacerlo, con cada beso siente que su Esclava va aprendiendo – “esta imbécil en cualquier momento me complacerá, me dará todo lo que deseo y yo la dejaré completamente seca, sin ilusiones, sin vida alguna” Catalina quiero hacerte más cosas que solo besarte

–¿Qué desea hacerme señor Mendoza del Campo? – temblorosa

–Bueno si tanta curiosidad tienes, yo puedo enseñarte muchas cosas – guiñando el ojo – solo déjate llevar Catalina – libera a Catalina de su agarre y empieza a tocar a su Esclava, metiendo sus manos por debajo de sus ropas, hasta que llega a los pechos de la joven y comienza a pellizcarlos con sutileza

–Ahhhh señor Mendoza del Campo, por favor deténgase Ahhhh “¿Por qué hace esto?

–No Catalina no me voy a detener, no me voy a detener porque sé que esto lo estas disfrutando, no me engañas siento como tu pecho se agita, siento tu cuerpo temblar con mi contacto – toma la camisa de Catalina y la levanta dejando los brazos de Catalina aprisionados – bien así me puedo asegurar de que no escapes – mientras besa de nuevo a Catalina acaricia cada centímetro del torso descubierto de su Esclava – “qué bueno que al menos mi padre te defendía de los castigos de Francisco, tienes una piel tal suave Catalina

–Se…señor Mendoza del Campo, por favor no me haga daño, no me lastime – con su voz entre cortada y sus ojitos cristalizados por las lágrimas

–Shhhhh Catalina no llores – besando los ojitos de Catalina – solo déjate llevar, ya te dije si me complaces y haces bien todo lo que te digo puedo darte tu libertad “vamos a ver qué tal me va con esto de darle su estúpida libertad

–¿Qué…qué tengo que hacer, señor Mendoza del Campo? – sonrojada hasta las orejitas

“Perfecto, a este paso esta imbécil caerá ante mí” solo déjate llevar mi niña de ojos azules –Catalina solo asienta con la cabeza, y Adrián procede a besar su cuello, bajando, dando besos hasta los pezones de Catalina y lleva uno a su boca mientras el otro lo pellizca hasta ponerlo duro – vamos Catalina grita si eso quieres no hay nadie en la casa grande – cambia de pezón y hace el mismo jugueteo

–Ahhhh señor Mendoza del Campo, “¿Por qué me gusta esto, porque disfruto que mi señor me toque de este modo?” Ahhhh – sintiendo como las caricias de su señor suben por sus piernas

–Sintiendo aquella humedad esperando por él – Catalina ¿no me digas que te sientes incómoda?

Sonrojada solo puede asentir con su cabecita– si…señor…Mendoza del Campo…

–¿Quieres que te ayude? – Catalina abre sus ojos totalmente sorprendida, pero vuelve a responder afirmativamente – que buena niña eres Catalina, siempre, siempre serás mi niña mi dulce niña de ojos azules

Adrián se acerca para besar a Catalina, mientras desliza una de sus manos por todo el vientre de Catalina hasta que llega a su entre pierna y toca por encima de aquellas enaguas hasta que siente como su mano es detenida – “¿Por qué estoy disfrutando de esto? Yo lo único que quiero es utilizar a esta tonta como mi entretenimiento particular” Catalina, Catalina no temas no haré nada que no quieras – levantando aquella falda y enaguas para tocar los rizos que están en aquel pubis

Totalmente Sonrojada – señor Mendoza del Campo ¿Qué quiere hacerme?

–Ya lo sabrás – se acerca y mientras besa a la joven sus manos intentan abrirse paso por aquellos labios mayores – vamos Catalina, ya te dije puedes gritar no me puedes negar que esto te gusta ¿verdad? Soy el primero que te toca de este modo, el primero que te hace sentir cosas prohibidas

–Ahhhh señor Mendoza del Campo, esto no está bien, por favor, no siga Ahhhh ¡¿Qué está haciendo?! – sintiendo como su cuerpo es tocado con completa depravación – ¡por favor, señor Mendoza del Campo, deténgase!

Adrián se detiene de golpe y mira a la joven que ha rompido en llanto – ¿Por qué debería hacerlo? Catalina ¿es que acaso no ves como estoy disfrutando de esto? Así que concéntrate en disfrutarlo y en gemir para mí mi niña de ojos azules – intenta volver a tocarla pero ella forcejea e intenta alejarlo – “¿Qué demonios le pasa a esta niña

Así que se levanta y ve a la joven llorando – señor Mendoza del Campo por Dios, no siga, no siga ¡no quiero que me toque!

–¿Te atreves a negarte a mí? Eres una simple esclava, puedo mandarse azotar por tu comportamiento

Sollozando– ¿Por qué, porque lo hizo? Señor Mendoza del Campo seré su esclava…pero su padre me dijo que solo podría tocarme aquel hombre que se ganara mi afecto –Adrián queda en shock por sus palabras, pero simplemente sonríe y toma el rostro de la joven esclava

–Mi padre te dijo todo eso…Catalina, respeto su opinión y si para tenerte tengo que ganarme tu afecto acepto el reto sabes que no me importa si esto ante la alta sociedad de España es mal visto, Catalina si me conoces sabes que desde niño esas cosas nunca me importaron solo piénsalo ¿Por qué mi mejor amiga en esta hacienda era un Esclava? – Catalina abre sus ojos totalmente sorprendida – ¿Por qué crees que le rogué a mi padre para que te dejara jugar conmigo? Felipe es mi amigo es cierto, pero acaso ¿quieres olvidar todo lo que tú y yo hacíamos en esta hacienda, como nos escapábamos a las haciendas vecinas para robarnos los frutos, molestar el ganado, pescar en sus lagunas? – suspirando – es mejor que te vistas y vuelvas a la barraca – poniéndose de pie y ayudando a sentar a Catalina – acepto tu reto, si para tocarte tengo que ganarme tu afecto, créeme lo lograre, bien mañana ve y atiende el ganado, si Francisco te pregunta porque demoraste tanto esta noche solo dile que te ordene acomodar mi cama de nuevo ¿de acuerdo?

–Si…sí señor Mendoza del Campo – terminando de vestirse – hasta…mañana – hace una reverencia y sale lo más rápido que le permiten sus temblorosas piernas

Tirándose en la cama – de acuerdo ¿en verdad me gusto esto que acabo de hacer? Pero ¿Por qué me gustó? Yo solo quiero jugar con esa tonta, quiero dejarla seca como un pozo en verano, quiero beberme su alma y destruir sus ilusiones entonces ¿Por qué disfruté de hacer esto?

Al llegar Catalina a la barraca Francisco esperaba por ella, pero Catalina le dijo que el señor lo había demorado porque le ordeno volver a hacer su cama, Francisco no pregunta más y la hace irse a dormir, pero Catalina no puede dormir no entiende ¿Por qué el hombre que en su niñez fue su amigo se comporta de ese modo? En cambio Adrián está en una divagación mental, no puede entender ¿Cómo la Esclava que de niña jugaba con él, puede causarle esa sensación de placer que ninguna mujer le ha podido dar? Al pasar los días Adrián se concentra en llevar su hacienda con mano firme, ya tiene varios contratos para vender sus cosechas de té y varios animales de su rebaño, Catalina se ocupa de atender a Adrián, atender al ganado y cuidar de “peque” una noche Adrián quiere volver a atormentar a su Esclava favorita así que hablará con Catalina para que le prepare un baño y deje su cena lista en su habitación…

Entrando en la cocina y ve a la joven vigilando atentamente la cena en las ollas – Catalina

–Si señor Mendoza del Campo – haciendo una reverencia

–¿Qué haces en la cocina?

–Estoy cuidando que su cena no se queme señor, la cocinera fue por unos tomates y pepinos para preparar una ensalada

–¿Qué es la cena esta noche?

–Es sopa de cangrejo y pulpo, arroz, carne de cerdo cocinada al vapor, ensalada de tomate y pepinos y para acompañar vino tinto o vino blanco, como usted guste señor

–Bien cuando llegue la cocinera dile que caliente el agua, y llévala a la tina y prepara mi baño y luego lleva mi cena a la habitación esta noche creo que me apetece beber vino blanco, y antes de que lo olvide…

–¿Si señor Mendoza del Campo?

–Espera hasta que llegue a mi habitación ¿entendiste?

–Si señor – sonrojada – “¿Qué me quiere hacer ahora?

Al llegar la cocinera, Catalina le pide que caliente el agua cuando el agua estuvo lista Catalina subió los baldes y se dispuso a preparar el baño de Adrián, el agua a la temperatura correcta y regó por toda el agua fragancia de rosas y dejó listos las telas y los jabones perfumados, luego de eso se dirige a la habitación de Adrián.

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