Al regresar a la hacienda Catalina lleva a ambos caballos a los establos les quita las sillas y les da heno y agua, acto seguido busca a Francisco y le informa del recado de Adrián, luego se dirige a la casa grande donde procede a cambiar y tender la cama de Adrián y dejar para él una pijama limpia, luego limpia y acomoda los muebles de la habitación de su señor, al caer la noche lleva al despacho de Adrián la cena un poco de arroz, verduras al vapor, pescado asado y para acompañar vino blanco, al llegar Felipe lo conduce al despacho y retira la bandeja…
–Catalina
–Si señor
–Trae vino y unas copas ¿sabes dónde está la bodega de los vinos verdad? –Catalina niega con la cabeza– en verdad venias a esta casa ¿y nunca supiste dónde estaba la bodega? –Catalina se sonroja– no te preocupes, creo que al único que lleve para hacer travesuras era a Felipe –Felipe apenas voltea sus ojos– mira sales por la cocina das unos diez pasos hacia tu derecha, y encontraras la bodega la puerta tiene un marco de donde crecen unas rosas blancas
–Si señor Mendoza del Campo, señor Córdoba –haciendo una reverencia– ¿Qué vino traigo señor Mendoza del Campo?
–Pensativo– al entrar a la bodega ve hacia la izquierda y encontraras unos vinos con los números uno, cinco, tres y dos dime que por lo menos te sabes los números
–Apenas me sé hasta el diez –sonrojada
–Es algo –sonriendo– bueno entonces ve por ese vino y para que no se te olvide el número es mil quinientos treinta y dos –Catalina hace una reverencia y sale– bien Felipe ¿Qué opinas sobre mi nuevo entretenimiento?
–¿Entretenimiento? ¿no se supone que esa esclava jugaba contigo cuando eras niño?
–Si, Catalina era mi ¿Cómo le dicen en Francia? A sí mi “niña de los azotes” aunque bueno mi padre nunca la castigó, ni tampoco me castigaba a mí, pero bueno ¿Qué piensas?
–Solo puedo decir ¿Qué m****a pretendes con ella?
–Solo quiero pasar un rato agradable, ¿no te dije acaso que ya me aburrían los placeres mundanos que me dan las prostitutas de París? –Felipe abre sus ojos en total sorpresa
Sorprendido y a la vez decepcionado del comportamiento de su amigo, Felipe decide hacerle una sencilla pero clara advertencia
–Adrián, no juegues con fuego
–Vamos Felipe, solo será hasta que obtenga de ella lo que quiero –sonriendo maliciosamente– además no quiero forzarla a nada, no sería divertido quiero que sea ella quien por voluntad propia se entregue a mí
–Adrián no es bueno que juegues con los sentimientos de los demás piensa, aunque sea algo normal, el que el señor de la hacienda seduzca a una esclava, pero sigue siendo incorrecto, pero bueno ¿Quién soy yo para juzgarte? Y volviendo al tema ¿no has pensado que esa chica se puede enamorar de ti?
Pensativo– eso no tiene por qué pasar, obtengo lo que quiero de ella y la dejo de lado como la Esclava que es “aunque siendo honesto necesito que esa tonta ilusa se enamore de mí” –en ese momento entra Catalina– Catalina te tardaste
–Lo…lo siento señor Mendoza del Campo, pero olvide la lámpara de aceite –sonrojada
–¿No me digas que le temes a la oscuridad? –sonriendo maliciosamente Felipe apenas lo ve
–Yo…yo –sonrojada hasta las orejitas
–No importa Catalina, regresa a la barraca, ya sabes que tienes que atender el ganado antes de venir a servirme a mí
–Si señor Mendoza del Campo, Señor Córdoba con su permiso me retiro, buenas noches
–Buenas noches, Catalina, gracias por el vino
–Eres muy amable Catalina, ve y descansa –Catalina hace una reverencia y sale– ves te dije solo debo tener con ella atenciones, defenderla de Francisco y seguir prometiéndole su estúpida libertad y caerá – Felipe abre sus ojos totalmente sorprendido
– ¡¿Qué hiciste qué?! –evidentemente molesto
–Solo tuve que prometerle su libertad por Dios Felipe ¿no me digas que ahora te volviste un moralista? –bebiendo de su copa de vino
–Sabes que yo no soy como tú –bebiendo de su copa de vino– me pregunto ¿Qué te paso? Tú no eras así, te recuerdo más feliz, menos amargado, y para nada carente de sentimientos ¿Qué te paso en Francia? –Adrián se queda mirándolo–
Suspirando– nada me ha pasado simplemente he cambiado, me di cuenta de que ser de corazón de oro como mi padre no me trae nada bueno “la verdad es que en Francia pasé los peores años de mi vida, si mi padre viviera seguro lo maldeciría por haberme enviado allá” bien Felipe dejemos de hablar de la Esclava, tenemos mucho que revisar de estos libros, a partir de este momento eres mi administrador
Catalina se dirige a dormir a la barraca, por orden de Adrián ella tiene un lugar aparte y una cómoda cama para que pueda dormir mejor, hasta altas horas de la noche Adrián y Felipe revisan los libros contables y luego de terminar se dirigen a descansar, Adrián por alguna razón no puede conciliar el sueño, lo mismo pasa con Catalina, ella siente latir su corazón a mil cada vez que recuerda los besos de su señor, al despuntar el día Catalina despierta y se dirige a preparar a Sultán para llevar al ganado al pozo de agua, mientras Catalina hace su trabajo Adrián duerme, puesto que se siente cansado.
–Catalina
–¿Qué pasa Francisco?
–¿No deberías estar ya en la casa grande? El señor se puede molestar
–Si lo sé, pero es que el ternero de nuevo se lastimo la pata – terminando de vendar la pata del ternero –por favor ternerito deja de meterte en los arbustos, me vas a hacer arruinar todas mis camisas – suspirando, el ternero succiona sus dedos – ya te dije que no soy tu madre, ve con ella
–Bueno Catalina yo llevare a los animales de vuelta a los pastizales, ahora ve y arréglate no quiero tener que castigarte por una orden del señor
–Si Francisco – Catalina sube a su caballo y se dirige de vuelta a la barraca donde se baña a conciencia, se coloca sus ropas, peina su cabello y vuelve a recogerlo, luego de eso se dirige corriendo hacia la casa grande donde la cocinera está terminando el desayuno de Adrián, jugo de naranja, café, huevos duros, y fruta picada, acomoda todo en la bandeja y se dirige a ver a Adrián – señor Mendoza del Campo, buenos días me tomé la molestia de traer su desayuno ¿puedo pasar?
–Si Catalina pasa –mientras se acomoda, Catalina entra– Catalina buenos días, dime ¿Cómo dormiste, es de tu agrado la cama que ordené se te acomodara?
–Si…señor es usted muy amable – sonrojada deja la bandeja en la mesa central de la habitación y toma una silla y la acomoda junto la mesa – ¿se le ofrece algo más señor?
Se acerca a Catalina y la arrincona contra una pared – si Catalina, ¿sabes qué es lo que quiere tu señor? – Catalina más roja que un tomate niega con la cabeza– Catalina – vuelve a besar a su Esclava sorprendido de que este le corresponda – Catalina mí Catalina – se detiene y empieza a besar el cuello de Catalina, haciendo que esta se estremezca– ¿sabías que si te estremeces de ese modo, complaces a tu señor?
–¿Por qué hace esto señor? Ahhhh señor Mendoza del Campo
–Si quieres saber te lo diré, lo hago porque quiero conocer los placeres prohibidos que puede dar una mujer en la más pura inocencia, las prostitutas ya no me inspiran deseos, Catalina quiero saber ¿eres virgen? – Catalina se queda pasmada y se sonroja por completo– eso significa que eres virgen ¿verdad?
–Si…sí señor –completamente roja
–“Mucho mejor, con lo que te voy a hacer nadie te querrá tocar” Catalina, Catalina quiero que complazcas a tu señor, pero no quiero forzarte a nada – Catalina abre sus ojos totalmente sorprendida– déjame ser quien te haga subir al cielo y bajar al infierno todo al mismo tiempo, deja que sea mi nombre el que invada todos tus pensamientos, deja que sean mis manos las que acaricien tu alma y tu piel – tocando el pecho de Catalina por debajo de su ropa
Y se sorprende al darse cuenta de que sus pechos son de buen tamaño, cosa que lo complace.
–Se…señor Mendoza del Campo…por favor no siga –con sus ojitos cristalizados por las lágrimas
Levanta la mirada y ve a Catalina derramando lágrimas – no Catalina, no llores –se acerca y limpia con ternura las lágrimas y besa cada ojito azul – Catalina, debes entender esto yo quiero ganarme tu corazón, regresé a España no solo para recibir mi herencia, lo hice porque quise volver a verte, mi dulce Esclava de ojos azules “veamos que tal me va con esto tan improvisado que me ha salido”
–“¿Dijo que vino por mí?” se…señor Mendoza del Campo, pero yo soy solamente su Esclava
–Cuando te dé tu libertad serás mucho más que mi Esclava Catalina – vuelve a besar a Catalina y la toma de la cintura elevando su cuerpo del suelo, y la lleva hacia la cama – sabes Catalina, quiero hacerte tantas cosas, marcar tu cuerpo como mío
Entre los jadeos y dulces suspiros de placer – yo soy del señor, soy su Esclava, todo mi ser le pertenece
–No me basta saber que eres de mi propiedad, quiero que todo lo que posees sea mío Catalina – con una voz que hace estremecer cada fibra del cuerpo de Catalina – bien, ha sido suficiente por el momento, ve y mira si Felipe ha despertado y pide que le lleven el desayuno
–S…sí señor –se acomoda las ropas y está a punto de salir
–Catalina – esta se da la vuelta – en esta habitación no ha pasado nada ¿entendiste?
–Si señor Mendoza del Campo – sale de la habitación y se dirige a ver a Felipe – señor Córdoba buenos días – tocando la puerta
–Buenos días, Catalina ¿Qué ocurre?
–Señor Córdoba, le gustaría tomar su desayuno en la habitación o prefiere que le sirvan en el comedor
–Pide que me lo sirvan en el comedor enseguida bajo
–Si señor como diga – se dirige a la cocina donde pide que el desayuno de Felipe sea llevado al comedor
Durante la mañana Catalina se dedica a acomodar y dejar impecable la habitación de Adrián mientras este y Felipe se dirigen a ver las plantaciones y posteriormente el ganado, al llegar a los pastizales Adrián vuelve a ver al pequeño ternero con su pata herida, así que decide llevarlo a la casa grande para que Catalina lo cure, lo que el señor Adrián no sabe es que ese ternero más adelante le recordara al dulce Esclava que va a lastimar
Llegando de los pastizales con el pequeño ternero en sus brazos – ¡Catalina ¿Dónde estás?! – Catalina sale corriendo de la casa grande
–Si señor Mendoza del Campo – mirando en total conmoción como Adrián lleva al ternero en brazos – ¿otra vés te lastimaste la pata peque, porque te gusta irte a los matorrales? – Adrián le entrega al pobre ternero que no ha dejado de lamentarse – hay peque, a este paso la pata te quedara con cicatrices, señor Mendoza del Campo ¿Qué desea que haga con él?
–Cúralo Catalina, y luego ve a los pastizales por la madre ¿sabes cuál es la madre verdad?
–Si señor Mendoza del Campo, es la vaca que tiene una marca en forma de estrella en uno de los costados, creo que ya me di cuenta de algo señor Mendoza del Campo
–¿De qué te diste cuenta?
–A este ternero le gusta que lo consienta, por eso se lastima solo mire señor Mendoza del Campo – Adrián y Felipe miran como el ternero se ha quedado dormido en los brazos de Catalina – es la cosita más linda de todas, ven peque tengo que curarte y luego tengo que ir por tu madre señor Mendoza del Campo, señor Córdoba – y así haciendo una reverencia, se aleja con el ternero
–¿Y aun así piensas jugar de ese modo tan cruel con ella? – acercándose a Adrián
–Que sea tierna con los animales me causa indiferencia, además no puedo dejar que ese animal se arruine, son pérdidas
–Adrián, por favor piénsalo bien, Catalina, no tiene por qué pagar, por los errores de tu padre – Adrián se queda mirándolo – ¿acaso crees que no sé porque tu padre te envió a Francia en primer lugar?–Eso ya no importa, mi padre ya está muerto y muerto se quedará “lo único que deseo es tener a Catalina y después bueno después la dejare de lado como la tonta Esclava que es” ¿te quedarás a cenar?–No Adrián, tengo que empezar a revisar todos tus libros contables y eso toma su tiempo, además que no se te olvide también soy el administrador de La Sacerdotisa–Cierto lo había olvidado, ¿Qué sabes de la anciana dueña de esa hacienda?–María Luisa Ponce y Galán, bueno aún no muere para pesar de la mayoría de los terratenientes de la región, como sabes ella no tuvo hijos enviudo hace más de veinte años y al morir ella su hacienda a menos que no tenga un heredero, pasará a subasta pública–Entonces me avisas, creo que me apetece tener esa propiedad, hasta dónde sé esa hacienda es la principal
Tocando la puerta – señor Mendoza del Campo su baño ya está listo–Eres muy amable Catalina, ve por mi cena y espérame hasta que haya salido de mi bañoSuspirando – sí señor – se dirige a la cocina dónde la cena ya está en los platos y estos están cubiertos para que la comida no se enfrié Catalina toma la botella de vino blanco y la acomoda junto con la copa y lleva la bandeja, al entrar en la habitación acomoda todo con mucho cuidado en la mesa y se queda de pie esperando por Adrián, este no se demora mucho en su baño puesto que sabe que hay alguien de mirada tierna y sonrojos dulces que espera por élEntrando, secando su largo cabello y con solo su pantalón puesto – vaya veo que si eres obediente, eso me complace en gran medida Catalina–Si señor – haciendo una reverencia – usted sabe que yo solo soy su servidora–“Eres en verdad una tonta muy ingenua, en verdad te pasas de imbécil” – sonriendo maliciosamente – bien Catalina espero que mi cena no se haya enfriado–No señor, la cocine
–Puedo saber ¿para qué el señor me pide que vaya con él a Palma? – completamente sonrojada–Puedes saber, hoy llegan a la ciudad unos animales provenientes de Europa del este, y quiero ir a la subasta ¿Quién mejor que mi niña de ojos azules, para aconsejarme sobre que animales elegir? Así que ve y cámbiate de ropas – besando con ternura los labios de Catalina – no te preocupes por tus deberes de hoy, las sirvientas de la casa grande se encargarán de ellosCatalina deja todo lo que está haciendo y busca a una de las criadas quien amablemente le entrega un traje que Adrián ha comprado especialmente para ella, se dirige a una cabaña que ha ocupado durante el último mes por órdenes de su señor y se viste lo mejor que puede, peina y recoge su largo cabello en una cola alta dejando sueltos dos mechones al salir se dirige a los establos y Francisco apenas puede creer que esa muchacha sea la Esclava a la que dejó huérfana.–¿Catalina? Vaya por poco no te reconozco, con esas ropas puedes pasar
–La vaca está muerta señor, no resistió el parto – escucha a la ternera lamentarse en sus brazos – ya, ya no llores yo te voy a cuidar; señor Mendoza del Campo ¿Qué hacemos con la vaca?–Dime ¿Qué hacían cuando una de las vacas moría?–El señor Miguel Ángel ordenaba que se arreglara para darla a los Esclavos al terminar el día–Bien no dejemos que se desperdicie ese animal, Felipe–Dime Adrián–Puedes buscar a Francisco y decirle que venga por este animal y lo arreglen para darlo a los Esclavos al finalizar el día–Claro Adrián, aunque no debería hacerlo ya que soy tu amigo no tu empleado – guiñando el ojo–Solo ve por favor – Felipe apenas sonríe y se dirige a buscar a Francisco – Catalina…–Si Adrián ¿Qué pasa?–¿Cómo vas a cuidar de la ternera?–Yo me las ingenie para hacer un biberón con una botella de vino y un corcho el cual caliento y hago que tome forma de chupo y le puedo dar leche, no es mucho lo que beben al principio comen unas 4 veces al día ya cuando cumplen los tres mese
Adrián empieza a moverse de adentro hacia afuera, encajando sus dedos en la cadera de Catalina, acariciando el cuerpo de su Esclava, besándolo como si se fuera su vida en ello – Catalina vamos dime que te gusta, dime que lo disfrutas, dime que nunca te irás de mi lado Ahhhh, Ahhhh–Nunca, Adrián nunca me iré de tu lado, lo disfruto lo disfruto mucho – Adrián la gira, la toma de la cadera y la mueve de arriba hacia abajo – Ahhhh Adrián, AhhhhAdrián disfruta de aquella vista paradisiaca que le ofrece su esclava…disfruta de escuchar de los labios de ella su nombre eso es todo lo que desea que su ingenua esclava le sirva de ese modo hasta que Dios decida llevarse a la pobre desdichada.–Eso así mi niña de ojos azules sigue gritando mi nombre, quiero que me tengas presente desde que te levantas hasta que te vayas a descansar – toma aquel par de senos y disfruta de tocarlos a placer – vamos Catalina grita si eso deseas – eleva un poco a la joven y la penetra desde abajo, ¿Qué más podía hace
Suspirando – Adrián estas a tiempo de rectificar las cosas, Catalina tarde o temprano se va a dar cuenta de que solo estas jugando con ella, de que ni siquiera piensas darle la libertad –Catalina se queda pasmada y las lágrimas salen sin su permiso se hace contra una de las paredes y tiene que tapar su boca para que no escuchen sus lamentos – ¡por Dios date cuenta Adrián, Catalina se ha enamorado de ti! ¡ella puede estar esperando un hijo tuyo! ¡¿Qué no consideraste esa posibilidad?!–¡A mí me importan muy poco los sentimientos de esa Esclava imbécil, ya obtuve lo que quería de ella, y solo tuve que prometerle su estúpida libertad, nunca dejaré que esa esclava se vaya de mi hacienda, nunca, Catalina será una Esclava hasta el día que se muera y me importa una m****a sus sentimientos! Por lo que respecta a un posible bastardo, se lo sacaré del vientre, así me evito problemas, porque nunca tendría un hijo mestizo con una esclava –Catalina llora con más intensidad siente como algo se ha ro
–¿Y ahora qué hacemos?–Seguir buscando, esa esclava tiene que aparecer “tienes que aparecer Catalina, tienes que volver a mi”En La SacerdotisaEntrado encuentra a Catalina dormida con su carita apoyada en su escritorio – “ay pequeña, que dolor tan grande te ha causado ese mal hombre, pero bueno ya que no pudimos darle la libertad a tu madre yo podré darte a ti ese bello regalo y sé que serás una gran señora y cuidarás de esta hacienda” Catalina, despierta ya Adrián se ha ido – acariciando la cabecita de Catalina–Y ahora ¿Qué pasará conmigo? – tallando sus ojitos–Ya te lo dije, en la mañana le escribiré a Adrián y le diré que tú estás conmigo y que si no quiere que revele todas las bajezas que te hizo a cambio de tu libertad más le vale que te venda a mí, te lo volveré a preguntar ¿quieres tener a tu hijo?Catalina niega en el acto con su cabecita – ¿Y cuando sea libre?–Vas a viajar a Londres también escribiré a mi hermano, para que te reciba – sonriendo – ya no tienes por qué llor
–He encontrado a quien pueda cuidar de nuestras tierras querido, y es tu sobrina así que podemos confiar en ella – saca de un cajón un documento – bien es hora de usar este poderMientras Catalina sale en una caleza llevada por un esclavo y recorre toda La Sacerdotisa familiarizándose con los cultivos de arroz y con el ganado lechero, a su mente llega la imagen de esa ternera que estaba cuidando y de “peque” y no puede evitar sentirse mal por aquellos animalitos. Mientras en La Primavera, aunque trate de negarlo, Adrián extraña a Catalina y no puede evitar pensar ¿en qué será el destino de su ex Esclava? Catalina llega en horas de la noche y se acuesta para poder dormir y prepararse para el viaje del día siguiente. Al amanecer toma un desayuno y junto con María Luisa suben a un coche y se dirigen al puerto, al llegar no notan; pero Adrián ha ido también ya que tiene que supervisar que su cargamento de té parta seguro del puerto.–Bien pequeña ¿estás lista?–Tengo miedo señora Ponce y G