Kaira sonrió, entendía la tensión de Arin, pues aquella decisión era determinante en cómo llevarían la relación a partir de ahora y después de tantas cosas que habían pasado, no quería extender su preocupación. —No lo había considerado hasta ahora, pero…

— Si no quieres darme una respuesta, ahora lo entiendo, tomate el tiempo que quieras, sé que tu empresa y tu vida están aquí…

Kaira puso un dedo en sus labios para callarlo y mirándolo a los ojos acaricio su mejilla y respondió, —Sé que tu trabajo, la empresa y el legado familiar por el cual te has esforzado tanto están en la India y no puedo hacerte abandonar algo que realmente amas, yo puedo trabajar desde donde yo quiera y dar viajes periódicos para controlar mi negocio.

— ¿De verdad?, ¿estás dispuesta a volver?

— Sí, pero esta vez, si estás de acuerdo, quiero que empecemos desde cero en nuestra propia casa. No me importa ir de visita donde tu madre las veces que sea, pero quiero que vivamos aparte.

— Me parece muy bien, es lo mej