Luego de la fiesta los Kumar permanecieron un par de días en Malasia compartiendo con Pari y Gian mientras los recién casados disfrutaban de una corta luna de miel, cuando fue el momento de despedirse las hermanas no pudieron evitar entristecerse, pues iba a pasar algún tiempo antes de volverse a ver.

— Cuida mucho de mis bellos sobrinos, si no me fueran a detener en el aeropuerto te juro que me los llevo por un tiempo.

— Nada que ver, no puedo estar sin mis chicos.

Arin y Gian sonrieron, —Creo que hemos sido reemplazados. Unas sonrisas sin dientes, el par de pelones esos y ya las conquistaron.

— Al menos a Pari no le va a quedar otra que dejar de ignorarme, pues los niños se quedarán aquí, pero tú no tienes escapatoria, amigo.

— Que te puedo decir, solo me espera que en el futuro tenga una princesa que sea sola para mí.

— Seguramente te lo concederán, mantén la fe.

Kaira entonces intervino, —Ay, no pensemos en más bebés por ahora, además capaz de que vuelvan a ser gemelos, me da esca