Capítulo 2: Acuerdo con los chicos. Parte II

Connor Jones.

—Kara no me ha querido otorgar información a pesar que le he insistido demasiado, pero se niega hacerlo, y ella sabe cosas… —comenta Harvey con el ceño fruncido—. Resalta mucho el de que quiere que Gemma esté en paz, que necesita estar sola.

—A veces, supongo que las cosas son mejor dejándolas estar, ¿sabes? —opina esta vez Logan.

Yo niego, estando en desacuerdo con lo que acaba de decir.

—No creo que la mejor solución a algo es dejando las cosas estar, cuando ni terminó en buenos términos.

»La mejor solución a todo es hablando, ahí radica mucho la compresión, si tú no llegas a comprender a la otra persona o que ella te comprenda a ti, entonces… ¿Qué carajos haces ahí?

»Hay personas que te hacen ver cuando un lugar no te pertenece, cuando un lugar en sus vidas no te pertenece. Y es lo más jodido que hay, porque tú comienzas a sentir ese lugar como tu casa.

»Ella me puso de prioridad en su vida, hice lo mismo, pero le fallé. Le fallé por miedo, porque con ella me sentía en casa, y ahora todo se siente tan vacío, me siento vacío porque Gemma… Gemma es el amor de mi vida.

»Al no tenerla conmigo, todo se siente tan confuso, como un ¿en serio la tuve y fui tan idiota? Dios… no saben cuánto amo a Gemma, me siento tan estúpido e insuficiente en este momento.

Las lágrimas hicieron acto de presencia, una detrás de la otra, quise detener mi llanto, pero fue en vano, supongo que es por todo lo que he estado reteniendo por días.

—Lo siento, lo siento, lo siento tanto… —no dejo de decirle a los chicos torpemente.

—Tienes todo tú derecho de llorar, desahógate con ello —dijo Leon—. De alguna u otra forma tienes que liberar tus emociones, no te retengas en hacerlo.

—Lamentándote con nosotros no es opción, Connor —me alienta Joe.

—Puedes llorar todo lo que quieras, como dijo Leon, libera tus emociones, desahógate —continúa diciendo esta vez Harvey.

—Nosotros también lloramos —confiesa Logan—. El hecho de que lo hagamos es normal, somos seremos humanos, es una de las formas que nos dice la vida que estamos vivos y sentimos en este podrido mundo.

Mis lágrimas cada vez son menos por los comentarios de apoyo que recibo por parte de los chicos, mis ánimos van como una montaña rusa, que suben y bajan poco a poco, pero la tristeza me alberga demasiado, a pesar de que estoy recibiendo el apoyo de las personas que no me da vergüenza de demostrarles como soy realmente, sin pudor alguno.

Sorbí por mi nariz, y hablé nuevamente firme.

—Intento sobrellevar todo a la vez, pero no puedo, siento que lo tengo incrustado en el pecho… —hice una pausa, respiré y continué— siento que lo tengo todo y a la vez nada, ¿saben lo jodido que es eso? ¿De qué me sirve estar en la cima, ser exitoso y millonario si eso no lo llena nada? No llena los sentimientos que tengo, no lo sustenta, todo es tan pasajero.

»Mi amor por ella es único, la sigo amando con cada maldito latido que da mi corazón, ella es para mí, pero debí parar con todo lo que hacía…

—Creo que nunca somos casi conscientes cuando hacemos algo estando enamorados —opina Leon—. Al darnos cuenta ya es demasiado tarde, y todo lo que creíamos que era bueno es malo, no medimos las cosas, reaccionamos cuando la otra persona ya está muy afectada por lo que hicimos, y como somos egoístas no queremos aceptarlo.

Lo que restó de las siguientes horas, los chicos no dejaron de darme su apoyo como siempre lo han hecho, y que no me rinda por la más mínima cosa, ya que pronto puedo tener mi oportunidad, solo espero estar listo cuando me llegue mi momento.

Me pondría muy nervioso si no estoy listo.

A pesar de que tengo esta charla con los chicos, simplemente me quedo callado y oigo lo que ellos dicen, como si estuviera absorto de la situación cuando en realidad el tema de conservación se trata de Gemma y de mí.

Recordarla me da un sentimiento de nostalgia en el pecho, solo espero que ella esté bien, que no la esté pasando tan mal como yo, como la he estado pasando durante estos días, desde la última vez que la vi.

Si es cierto eso de que las mentiras pesan, el remordimiento de que le mentiste a alguien pesa demasiado, no te deja dormir, tu mente se vuelve en tu contra, tiene una batalla contigo mismo, se convierte en tu peor enemiga y comienza a recordarte la peor situación que hiciste, que le fallaste a alguien… todo en esta vida es tan contradictorio.

—Volviendo con el tema de la empresa… ¿todo está arreglado? —pregunta Joe, regresándome a la realidad.

Yo lo miré por unos segundos, no lo había olvidado, solo que adelanté a los hechos primero sin hacer el papeleo completo.

—Realmente no —les confieso, ellos me observan sorprendidos, como si estuviera loco—. A pesar que ya les dije mi decisión, tengo que hablar con Ivy de ello, también necesito arreglar asuntos con ella, aunque me dejó en claro que se acabó el contrato.

—¿Por qué comentarle? De todas maneras, se enterará por las redes sociales, digo, la última vez que la vimos estaba muy molesta, dudo que quiera hablar contigo —habló preocupado Harvey mientras que se mordía el labio inferior.

—Lo sé, pero son asuntos de suma importancia, y necesito resolverlos con ella —fue lo único que dije, limitándome a darle muchos detalles a los chicos.

Asintieron sin protestar a cambio.

—Bien chicos, es la hora que los deje, iré hacer el papeleo y tratar de hablar con Ivy de esto —les digo.

—Sabemos que estarás ausente, pero si nos necesitas, no dudes en llamarnos —dijo Logan en apoyo.

—Estaré bien, todo se solucionará —dije sonriéndoles y me levanté de mi asiento, hicieron la misma acción—. Saluden a su nuevo jefe.

Señalé a Joe con orgullo.

He sido testigo de que estuvo trabajando por años en ello sin descanso alguno, tomando cursos, estudiando cada método y preparándose correctamente para estar en mi lugar, aunque no es un lugar que se quedará definitivamente, sé que le hace feliz y le agrada la idea de tomar mi lugar, y es algo que él se merece.

Les sonrío por última vez a los chicos y salgo en busca de Ivy.

No tengo entendido en que habíamos quedado realmente, pero es algo que decido averiguar en estos momentos.

Decido ir a la oficina que le otorgue en la empresa porque sé que necesitaría un espacio de trabajo porque pasaría mucho tiempo aquí por lo del contrato, y sé que es el lugar donde está seguramente.

Al entrar no puedo creer lo que estoy viendo, debí tocar antes de entrar de improvisto.

—Ivy, por Dios…