Perdí su rastro en la multitud, así que decidí regresar por donde vine, con la esperanza de encontrarla. Sabía que estaba cansada y no podría ir muy lejos. Caminaba observando cada lugar con detenimiento, murmurando para mis adentros: "Rubí, nada es fácil contigo, mujer testaruda". Lo decía con frustración mientras avanzaba a empujones entre la gente.Llegué a una esquina y me detuve, volviendo a mirar hacia atrás. "¿Dónde se habrá metido?", me pregunté mientras enfocaba la vista hacia adelante. Entonces la vi, cruzando la calle. Nos miramos por un instante a través del tráfico. La observé con una mirada desafiante, queriendo dejarle claro que mi paciencia se había agotado.—¡No te atrevas a hacerlo! —le grité, pero ella ignoró mi advertencia. Crucé la calle y comencé a correr tras ella. A pesar de su estado, se movía con una velocidad y resistencia sorprendentes.—¡Rubí, espera! Sabes que empeoras la situación si sigues así —le grité mientras me acercaba peligrosamente. Justo cuando
Llegamos al hospital y caminamos hacia su habitación mientras revisaba mi móvil, lleno de interminables mensajes y llamadas de Marlene. Estaba avanzando por el pasillo cuando alguien se interpuso en mi camino, obligándome a detenerme. Levanté la mirada y, para mi sorpresa, vi al principal responsable de todo esto justo frente a mí.— ¡Nos miramos fijamente! — Cualquiera que nos viera notaría que bastaba una sola palabra mía para que todo estallara. No pensaba retroceder ni un paso, y por lo que vi, él tampoco lo haría. El silencio se apoderó del lugar.— ¿Qué haces aquí? — Le pregunté de manera desafiante, notando su actitud altanera.— ¡Vine a ver a Rubí! Ella está así por tu culpa — respondió, manteniendo su mirada desafiante.— ¡No tienes nada que hacer aquí! ¡Lárgate! — Sentí cómo mi sangre hervía al escucharlo defender a Rubí. Me quedó claro que a él le importaba.— ¡Desde que te conoció, no ha hecho más que sufrir! ¡Aléjate de ella! Ya no hay nada que los una — vociferó, dejando
Narrado por RubíSiento dolor en todo mi cuerpo mientras despierto poco a poco. Empiezo a fruncir el ceño, una señal del inmenso dolor que me invade. Intento abrir los ojos, pero el cansancio me lo impide. Después de unos segundos, logro entreabrirlos. Al principio no veo nada, pero pronto me doy cuenta de que hay un poco de luz en la habitación, iluminada por la luna.Intento mirar a mi alrededor y noto que alguien está parado observándome detenidamente. No me imaginaba que esa persona sería él.—A-a-a-Alex... —logro articular su nombre. Mis manos empiezan a sudar de los nervios. No puedo creer que esto esté sucediendo.—Hola, querida Rubí —dice con su voz peculiar y fría. Camina hacia la puerta y enciende la luz. Mi asombro apenas comienza, porque una vez iluminada la habitación, me doy cuenta de que estoy en su casa. Observo cada detalle del lugar, y de repente los recuerdos del accidente regresan a mi mente. Era tanto lo que debía procesar que no entendía qué hacía aquí.
Narra AlexDespués de la bofetada de ayer, me levanto mucho más temprano. Me muevo despacio para no despertar a Rubí, entro al baño, me baño y me visto. Al salir, me recuesto en el marco de la puerta para observarla. La veo dormir profundamente. Me acerco con cuidado y deslizo mis dedos para quitar un mechón de cabello que me impedía ver las perfectas líneas de su rostro.Una vez que logro mi propósito, no dejo de mirarla. “Me estás volviendo loco, Rubí,” me digo mientras recorro con la vista sus perfectas curvas, que me encienden como un volcán. Esta vez me aseguraré de tenerte para siempre. También intentaré respetar tu espacio. Si realmente quiero que me veas de otra forma y te enamores de mí, debo dejarte y confiar en que lograré enamorarte.Salgo de la habitación y bajo por las escaleras, donde veo a mi amigo esperando alguna respuesta sobre Rubí.— ¡No, no diré nada! — Lo fulmino con la mirada, seguro de que mis sospechas eran correctas.— ¡Vamos, amigo! Al menos dime que hicier
Narra RubíLuego de aquel impulso de besar a Alex en el baño, y si no hubiera sido por la presencia de Eric, no sé qué hubiera pasado. Pero ahora, al tener a Alex frente a mí, todo en mí se encendió como una llama. Sus labios carnosos me atraían, y mi instinto me llevaba a ignorar la razón.Juré que él pagaría por todo lo que ha hecho, pero siento que, poco a poco, crece una atracción hacia él. Aunque mi mente me lo advierte, no puedo dejar de sentir una incontrolable atracción. Debo hablar con él sobre lo que sucedió en el baño; me atrevería a conocerlo más a fondo y a seguir el destino. Mientras abrochaba el último botón de mi camisa, lo veo entrar con el rostro tenso, tratando de ocultar el enojo que lo consume.Se acerca a mí y me toca la frente mientras me mira a los ojos.— ¿Estás mejor? —pregunta, y yo sigo mirando sus profundos ojos que me hipnotizan.— Eh, ¡sí, estoy mejor! ¿Alex, debemos hablar? — intento llamar su atención, pero él parece más interesado en vestirse, ya que
Por la presente se establecen las siguientes cláusulas del acuerdo entre las partes presentes, la señora Rubí Daniela Killer, con la documentación correspondiente y constatada por esta escribanía, y Alex Damián Martín, con el número de documento mencionado y acreditado. Ambos firman las cláusulas que se mencionan a continuación.Queda prohibido revelar el nombre del mencionado a medios de noticias u otras entidades que puedan desacreditar a la persona en cuestión.La esposa deberá acompañar a su esposo en cualquier lugar al que él vaya.Si es necesario, la esposa deberá encargarse de la parte financiera siempre y cuando el esposo esté incapacitado de realizar dicha tarea, ya sea por salud u otra razón que lo impida.Dentro de los 5 días siguientes a la lectura del contrato, deberá contraer nupcias con la persona mencionada.Si la parte mencionada en el contrato no cumple con las cláusulas, deberá indemnizar al cliente con una suma que el cliente considere justa por cualquier pérdida,
Ya habían pasado seis meses desde que me casé con Alex. Me presenté ante mi familia como la esposa de Alex Martin. Mi cuñado casi nunca está en casa cuando lo visitamos. En cambio, Victoria ha crecido bastante; siempre hermosa y con sus locuras, aunque son locuras hermosas que me llenan de felicidad cada vez que la veo. Mi hermana siempre dedicada a su pequeña familia, atenta a los deseos de Victoria y también de mi cuñado, pero últimamente la he notado más seria, como si hubiera algo que la atormentara. Sin embargo, no me animo a preguntarle, ya que ella no es de compartir sus problemas.Desde que éramos pequeñas, siempre estuvimos unidas, pero aun así, ella no deja entrever sus preocupaciones. Siempre pensé que ella era la más fuerte de las dos, y sigo pensando así. Con respecto a mi cuñado, lo veo muy poco, y cuando nos encontramos, nos limitamos a hablar de las travesuras de Victoria. En realidad, desde que se casaron mi hermana y él, nunca los he visto salir juntos; tampoco recue
Narra Alex...Llegamos a la casa y la veo con el semblante pálido y la pierna temblando debido al dolor. Por un momento, sentí nuevamente el miedo de perderla. Por más entrenamiento que ella se someta, no quiere decir que sea inmune a la muerte.La tomo en mis brazos y la llevo hasta mi despacho. La hago sentar en el sofá para luego tomar el botiquín de emergencia.— ¡Sácate la ropa! — Ella abre los ojos como platos.— ¿Es broma, no? — pregunta en tono inseguro.— ¡No, no lo es! Vamos, es para hacerte las curaciones. Además, ya he visto todo lo que ocultan estos trapos — balbucea, pero no logro escuchar lo que dice. Desprende la cremallera de su pantalón y se queda con las bragas, lo que daría para ponerla encima de mí y hacerla mía una vez más.Pero le prometí que no la forzaría nuevamente y esperaría a que ella me pidiera hacerla mía. Después de unas horas, le he hecho las curaciones y la ayudo a llegar a su habitación.— ¡Descansa! Mañana estarás mejor — me inclino para besar su f