Narra RubíDespués de que anoche me despreciara Alex, hoy me levanto con un humor de esos que ni yo misma me soporto. Pero la idea de que él empiece a amar a otra chica que no sea yo me quita de mis casillas, tanto que he roto mi propio orgullo al irme a su habitación para tenerlo en mi cama una vez más. ¿Pero en qué estaba pensando al hacer eso? Tomo mi cara con las manos y gruño de rabia. Me levanto de donde estoy para dirigirme a mi habitación. Hoy no pienso quedarme aquí para verlos juntos.Bajo las escaleras a paso lento mientras chateo con un amigo antiguo para salir a almorzar con él y dos amigas más.— ¿Adónde vas así vestida? — Escucho decir a Alex, parado detrás de mí. 《Me desprecia, pero él elige cómo debo vestirme. Al diablo con sus órdenes.》— ¿No ves? Creo que es obvio que salgo — me doy vuelta hacia él para fulminarlo con la mirada y hacerle ver que a mí nadie me ordena.— ¡Así no saldrás, mostrando lo que es mío! — Esas palabras sí que me hacen reír. Él, en cambio, sol
Narra RubíCamino por los pasillos de esta lujosa mansión en busca de lo que sería el despacho. Llego ante una puerta, la única que estaba cerrada con llave. Deduzco que esta sería la puerta del despacho. Miro a mi costado para ver si venía alguien o si había cámaras. Para mi fortuna, no veo ninguna. Tomo la hebilla que traigo en el cabello para introducirla por el cerrojo y poder abrirla.Escucho que el cerrojo logra abrirse y me introduzco en el despacho. Camino ante el escritorio y veo una laptop. La enciendo y veo que está con contraseña. Introduzco un cable para luego ponerme el auricular y espero instrucciones de Eric para poder desbloquear la contraseña.Mientras leo los códigos de bloqueo, busco papeles o algo que nos sirva para nuestro propósito, pero no logro encontrar nada excepto una caja con seguro. Sin perder tiempo, una vez desbloqueado la laptop, saco un pendrive desde mi taco. Me encantan estos zapatos de última moda.Introduzco el pendrive en la laptop para hacer una
Narra RubíAunque todos estuviéramos en la mira del Escorpión, no me pareció correcto presentarme como la hija perdida de él.— ¡Tenemos un plan para que puedas ingresar y estar cerca del Escorpión! — escucho decir a Martina. Era claro que ella llevaba años detrás del Escorpión, pero por falta de evidencias nunca pudo detenerlo.— ¡Dime! ¿Qué tienes en mente? — pregunta Alex mientras se acerca para tomar asiento frente a mí.— ¡Te presentarás ante él no como su hija, sino como una sicaria! Si mis sospechas son correctas, él te aceptará mientras tú hagas lo necesario para ganar su confianza — no parecía tan mala su idea, pero sentía que día a día me adentraba en un laberinto sin salida.— ¡No lo hará! — Alex se niega ante la idea de Martina.— ¡Alex, es la única manera y la última oportunidad de lograr tener una evidencia contra el Escorpión! — responde Martina ante la negativa de Alex.Alex camina de un lado a otro. Sabía que era un suicidio lo que estaba por hacer, pero era necesario
Narra Alex…Mientras escuchaba la voz de Daniel, me llegan a la mente algunos recuerdos del pasado. Aunque admito que no nos llevamos de maravilla, no puedo dejar de recordar que él es mi hermano. Solo espero no equivocarme con mis decisiones más adelante. Solo me queda esperar los resultados de cada paso que he dado para destruir al Escorpión, aunque sea lo último que haga en mi vida.Escucho llegar una camioneta en la entrada de la residencia. Luego, abro la puerta y veo a Rubí bajar, mientras que Daniel solo me da señas de saludo para que ambos estemos en el ojo de Rubí. Sabía que me taladraría con preguntas más tarde, pero era esto o dejarla sola en esta misión de suicidio.— ¡Por fin llegas! ¿Cómo te ha ido? — Pregunto sin dejarla entrar en la casa. Ella da media vuelta para volver a mirar a Daniel y luego me mira a mí.— ¡Me ha ido bien! ¿Dime, hay algunas cosas que quieras contarme? — No tarda nada en preguntar y cuestionarme.— ¡No, no hay nada que contarte! ¿Cenamos? — Le doy
Narra RubíYa han pasado varios días desde que empecé a trabajar para el Escorpión. He matado a muchos hombres por órdenes de él. Recuerdo el primer muerto que me llevé encima; fue algo sumamente imposible de digerir. Recuerdo que estuve una semana sin poder tragar bocado y teniendo pesadillas al respecto. Era a eso a lo que se refería Alex al decirme que no me manchara las manos, pero tarde o temprano me arrastraría en este pozo sin fin, ya sea por su amor, el odio, o por el afán de proteger a mi familia. Solo quedaba algo bueno en todo esto: que mi hermana y mi adorada sobrina estaban lejos de aquí, sin posibilidad de alcanzarlas por los errores de sus seres amados.Daniel poco a poco se está ganando mi confianza. A pesar de saber que amo a su hermano, no pierde oportunidad en pretender algo conmigo, pero lo hago pasar cada momento incómodo. No porque me guste, sino porque en la hora de la verdad sé que él estaría ahí cuidándome, y eso lo tengo muy presente. Hemos ido en cada misión
Narra AlexPoco a poco voy despertando, siento como si hubiera dormido por días. Sacudo mi cabeza mientras me incorporo y me siento en la cama. Es una cama extraña, pero lo extraño es que siento el aroma de ella impregnado en las sábanas. ¿Dónde estoy? Me pregunto mientras observo a mi alrededor. Siento una molestia en mi hombro izquierdo y veo una gasa en él, lo que me hace recordar todo, incluyendo esa silueta que acudió a mí. ¿O fue un sueño?Me levanto de la cama y me acerco a una pantalla donde veo imágenes de personas en una residencia. Pero ¿quién vive aquí? Entro en el baño para lavar mi rostro y, mientras lo hago, escucho la voz de alguien llamándome desde el otro lado de la puerta.—¡Alex! ¿Estás aquí? — pregunta la voz, que me resulta muy conocida. Sin perder tiempo, salgo a ver y me llevo la sorpresa de encontrar a Eric parado en la ventana, observando detenidamente lo que pasa afuera.—¡Eric! ¿Qué hago aquí? — Necesito saber qué hago en un lugar como este. Frunzo el ceño
Narra RubíDespués de la muerte de Daniel, el mundo de Alex se derrumbó por completo. Los más allegados y yo quedamos devastados de manera abrupta y sin contemplaciones. Pero lo que no contaba es que mi supuesto y verdadero padre pondría mi vida en peligro por una desesperación de acabar con sus enemigos, aunque eso significara matar a su propia hija, sangre de su sangre. ¿Qué esperar de una persona sin escrúpulos?Desde lejos, mientras un paramédico me examina algunas heridas no tan graves, no dejo de observar las actitudes de Alex. Imagino que la muerte de Daniel fue un golpe duro para él, pero no deja de controlar sus actitudes, lo cual me sorprende la manera serena con que lleva la situación hasta el momento. Pero lo que más me sorprendió es que el jefe de la unidad del FBI sea el padre de Daniel. ¿Acaso Alex lo sabía? ¿Y cómo se conocen? Eran preguntas que no dejaba de hacerme. Preguntas que debo hacerle a Alex. Me acerco a él para hacerlas, pero veo que una chica se le acerca, l
Estaba fallàndome la vita... Mientras observaba el cuerpo de uno de los tantos que he mandado al infierno, los aplausos de Ferraro me sacaron de mis pensamientos. Por un momento, me había olvidado de que él estaba presenciando cada pelea con el Escorpión.—¡Bravo! Debo admitirlo, sabes pelear. Creo que le debo mi gratitud a tu exesposo, te ha instruido bien —dice, acercándose de manera cautelosa. Era lo último que esperaba, que empezara a hablar de manera sarcástica.—Deja de nombrarlo, no le llegas ni a los talones —respondo, respirando con dificultad.—Veo que estás al borde de un colapso por las heridas que tienes —vocifera, mientras veo a sus hombres rodearme, apuntándome con sus armas. Pero no puedo resistir la ironía de la vida. Hace unos minutos estaba luchando para terminar con la maldita escoria que me ha hecho sufrir toda mi vida. Ahora estoy en manos de otro mafioso que cree que, por algún motivo, piensa que seré su esposa.—¡Vamos, no trates de luchar! Porque no podrás des