Narración de AlexYa había pasado un mes desde que perdí a mi mujer. Un m*ld*t* y miserable mes. Era como si la tierra se la hubiera tragado. Estoy empezando a perder la esperanza de encontrarla, y esta situación me exaspera.Sentí vibrar mi celular, pero en la pantalla aparecía "número desconocido".—¡Hola! —contesté, un tanto molesto. Usualmente, quienes me llaman desde números desconocidos son aquellos que me deben dinero y prefieren ocultarse.—Tranquilo, Alex, soy Miguel. Tengo buenas noticias. Te espero en el aeropuerto —escuché atentamente. Claro, Miguel es el encargado de recibir mis embarques.—¡Voy para allá! —corté la llamada, esperando que se tratara de las cargas que mandé por error a España. El cargamento debía ir a Italia.—Oye, Alex, ¿saldrás? —dijo mi amigo al entrar.—¡Sí, y tú vienes conmigo! —le ordené mientras me dirigía a la salida. Subí a la camioneta, la encendí y vi a mi amigo entrar con un gesto de incertidumbre. Mi semblante estaba serio.—¿Qué pasa? ¿Todo b
Narrado Por Rubí: — ¡Alex...! — Mi respiración se aceleraba, y ni siquiera podía moverme. «¿Cómo me encontró?», pensé, aterrada. Esto debía ser un sueño. ¿Hasta cuándo me atormentaría? — ¡Hola, Karen Rocha! — Abrí los ojos como platos al escuchar ese nombre salir de sus labios. Supe en ese momento que era mi fin. No pude pronunciar ni una sola palabra, pero todos mis sentidos me gritaban que debía salir de allí. — ¡Auxilio! Aux... — Me levanté para intentar huir, pero para mí desgracia, me sujetó del brazo y me acorraló contra la pared de mi habitación. Con una de sus manos, cubrió mi boca. No podía apartar la vista de sus ojos; unos ojos tan fríos que, si pudieran matar, yo ya estaría muerta. — ¿De verdad creíste que dejaría de buscarte? Te voy a soltar, y más te vale no intentar ninguna estupidez, o te arrepentirás. — Su voz estaba llena de furia, y entendí que no debía irritarlo más. Solo asentí con la cabeza mientras él retiraba lentamente su mano de mi boca. — ¡Mejor así! Ah
Perdí su rastro en la multitud, así que decidí regresar por donde vine, con la esperanza de encontrarla. Sabía que estaba cansada y no podría ir muy lejos. Caminaba observando cada lugar con detenimiento, murmurando para mis adentros: "Rubí, nada es fácil contigo, mujer testaruda". Lo decía con frustración mientras avanzaba a empujones entre la gente.Llegué a una esquina y me detuve, volviendo a mirar hacia atrás. "¿Dónde se habrá metido?", me pregunté mientras enfocaba la vista hacia adelante. Entonces la vi, cruzando la calle. Nos miramos por un instante a través del tráfico. La observé con una mirada desafiante, queriendo dejarle claro que mi paciencia se había agotado.—¡No te atrevas a hacerlo! —le grité, pero ella ignoró mi advertencia. Crucé la calle y comencé a correr tras ella. A pesar de su estado, se movía con una velocidad y resistencia sorprendentes.—¡Rubí, espera! Sabes que empeoras la situación si sigues así —le grité mientras me acercaba peligrosamente. Justo cuando
Llegamos al hospital y caminamos hacia su habitación mientras revisaba mi móvil, lleno de interminables mensajes y llamadas de Marlene. Estaba avanzando por el pasillo cuando alguien se interpuso en mi camino, obligándome a detenerme. Levanté la mirada y, para mi sorpresa, vi al principal responsable de todo esto justo frente a mí.— ¡Nos miramos fijamente! — Cualquiera que nos viera notaría que bastaba una sola palabra mía para que todo estallara. No pensaba retroceder ni un paso, y por lo que vi, él tampoco lo haría. El silencio se apoderó del lugar.— ¿Qué haces aquí? — Le pregunté de manera desafiante, notando su actitud altanera.— ¡Vine a ver a Rubí! Ella está así por tu culpa — respondió, manteniendo su mirada desafiante.— ¡No tienes nada que hacer aquí! ¡Lárgate! — Sentí cómo mi sangre hervía al escucharlo defender a Rubí. Me quedó claro que a él le importaba.— ¡Desde que te conoció, no ha hecho más que sufrir! ¡Aléjate de ella! Ya no hay nada que los una — vociferó, dejando
Narrado por RubíSiento dolor en todo mi cuerpo mientras despierto poco a poco. Empiezo a fruncir el ceño, una señal del inmenso dolor que me invade. Intento abrir los ojos, pero el cansancio me lo impide. Después de unos segundos, logro entreabrirlos. Al principio no veo nada, pero pronto me doy cuenta de que hay un poco de luz en la habitación, iluminada por la luna.Intento mirar a mi alrededor y noto que alguien está parado observándome detenidamente. No me imaginaba que esa persona sería él.—A-a-a-Alex... —logro articular su nombre. Mis manos empiezan a sudar de los nervios. No puedo creer que esto esté sucediendo.—Hola, querida Rubí —dice con su voz peculiar y fría. Camina hacia la puerta y enciende la luz. Mi asombro apenas comienza, porque una vez iluminada la habitación, me doy cuenta de que estoy en su casa. Observo cada detalle del lugar, y de repente los recuerdos del accidente regresan a mi mente. Era tanto lo que debía procesar que no entendía qué hacía aquí.
Narra AlexDespués de la bofetada de ayer, me levanto mucho más temprano. Me muevo despacio para no despertar a Rubí, entro al baño, me baño y me visto. Al salir, me recuesto en el marco de la puerta para observarla. La veo dormir profundamente. Me acerco con cuidado y deslizo mis dedos para quitar un mechón de cabello que me impedía ver las perfectas líneas de su rostro.Una vez que logro mi propósito, no dejo de mirarla. “Me estás volviendo loco, Rubí,” me digo mientras recorro con la vista sus perfectas curvas, que me encienden como un volcán. Esta vez me aseguraré de tenerte para siempre. También intentaré respetar tu espacio. Si realmente quiero que me veas de otra forma y te enamores de mí, debo dejarte y confiar en que lograré enamorarte.Salgo de la habitación y bajo por las escaleras, donde veo a mi amigo esperando alguna respuesta sobre Rubí.— ¡No, no diré nada! — Lo fulmino con la mirada, seguro de que mis sospechas eran correctas.— ¡Vamos, amigo! Al menos dime que hicier
Narra RubíLuego de aquel impulso de besar a Alex en el baño, y si no hubiera sido por la presencia de Eric, no sé qué hubiera pasado. Pero ahora, al tener a Alex frente a mí, todo en mí se encendió como una llama. Sus labios carnosos me atraían, y mi instinto me llevaba a ignorar la razón.Juré que él pagaría por todo lo que ha hecho, pero siento que, poco a poco, crece una atracción hacia él. Aunque mi mente me lo advierte, no puedo dejar de sentir una incontrolable atracción. Debo hablar con él sobre lo que sucedió en el baño; me atrevería a conocerlo más a fondo y a seguir el destino. Mientras abrochaba el último botón de mi camisa, lo veo entrar con el rostro tenso, tratando de ocultar el enojo que lo consume.Se acerca a mí y me toca la frente mientras me mira a los ojos.— ¿Estás mejor? —pregunta, y yo sigo mirando sus profundos ojos que me hipnotizan.— Eh, ¡sí, estoy mejor! ¿Alex, debemos hablar? — intento llamar su atención, pero él parece más interesado en vestirse, ya que
Por la presente se establecen las siguientes cláusulas del acuerdo entre las partes presentes, la señora Rubí Daniela Killer, con la documentación correspondiente y constatada por esta escribanía, y Alex Damián Martín, con el número de documento mencionado y acreditado. Ambos firman las cláusulas que se mencionan a continuación.Queda prohibido revelar el nombre del mencionado a medios de noticias u otras entidades que puedan desacreditar a la persona en cuestión.La esposa deberá acompañar a su esposo en cualquier lugar al que él vaya.Si es necesario, la esposa deberá encargarse de la parte financiera siempre y cuando el esposo esté incapacitado de realizar dicha tarea, ya sea por salud u otra razón que lo impida.Dentro de los 5 días siguientes a la lectura del contrato, deberá contraer nupcias con la persona mencionada.Si la parte mencionada en el contrato no cumple con las cláusulas, deberá indemnizar al cliente con una suma que el cliente considere justa por cualquier pérdida,