“El Hospital General de Rothesay, llámame cuando llegues. Te esperaré en la puerta del complejo”. Charlotte se deshizo de la tostada que acababa de morder y corrió hacia la puerta sin siquiera lavarse la cara.

“Señorita, no ha comido nada en 24 horas. ¿Por qué está corriendo después de comer tan poquito? Vuelva y coma un poco más…”. La sirvienta regañó ansiosamente.

Desafortunadamente, Charlotte había desaparecido de la vista hace mucho tiempo.

Charlotte, quien no podía esperar a ver a Nicholas, condujo hasta el Hospital General de Rothesay como si estuviera en una carrera.

Cuando llegó a la entrada del hospital, se dio cuenta de que no había forma de conducir su coche al hospital.

El patio del hospital estaba lleno de gente como si fuera un centro comercial que estaba ofreciendo buenas ofertas. También había muchos reporteros entre estas personas.

Charlotte era una celebridad muy conocida y no podía hacer apariciones públicas en lugares concurridos. Por lo tanto, estacionó su co