Zachary miró a Charlotte a través de la ventana mientras una oleada de orgullo crecía dentro de él. “Ella es mi esposa ahora, así que es tu sobrina política. Ya no deberías llamarla “esa mujer” como si no tuviera nombre”.

La comisura de los labios del hombre se curvó un poco cuando escuchó lo que Zachary dijo. Sin embargo, pronto volvió a su expresión seria y continuó: “Zach, incluso si ella es tu esposa ahora, tengo que advertirte. Tienes que pensar dos veces antes de actuar. Mi bisabuelo, que también es tu bisabuelo, fue incriminado y murió en prisión por ofender a alguien de la familia real. Tu tatarabuela escribió una carta con su propia sangre y declaró una regla familiar. A los Connor solo se les permite hacer negocios. No se les permite tratar con personas del gobierno. ¿De verdad quieres romper la regla familiar por ella?”.

“Sí”, respondió Zachary, sus profundos ojos marrones llenos de intenciones asesinas. “Le debo una boda y no quiero que interfieran con mi boda”.

El hombr