Él segundo de este maratón.
Tiempo presenteMi pie derecho rebota inquietamente contra el piso. Anoche fue una noche para el olvido. Entre las pesadillas de la chica, sus gritos y la incomodidad de tener que dormir en esa silla con el cuello torcido, no pude pegar un ojo. Siento que la cabeza me va a estallar. El insomnio y las preocupaciones me tienen al borde de la neurosis. Mi jefe no deja de presionarme para que le entregue resultados, pero hasta ahora no tengo nada definitivo. ¡Todo es un maldito desastre!―¿Dos meses de espera y todo para qué?Me pregunto a mí mismo, mientras bufo con impotencia. Ese puto senador se me está escurriendo como la arena entre los dedos. Sé que tiene sus manos metidas en el tráfico de personas, pero la influencia que tiene es demasiado poderosa como para acercarme a él y hundir los dedos en lo profundo de su pasado. Inhalo profundo y meso mi cabello con desesperación. Tiene que haber una forma de llegar a él, encontrar a alguien que esté dispuesto a ayudarme.Tomo la tasa de caf
Me acerco al espejo y noto las cicatrices en mi rostro. Gimo de la impresión. Me parezco a la novia de Frankenstein. Deslizo las yemas de mis dedos a través de cada una de ellas. Recuerdos de un pasado doloroso que me hicieron vivir. ¿Qué culpas tenía qué pagar una chica que apenas era consciente de su vida? Ya no hay rastro de la joven inocente que tenía sueños e ilusiones, que vivía en un mundo de fantasías de la que la sacaron a la fuerza. Mi vida fue destrozada por personas inhumanas que solo pensaban en ellos mismos Por lobos disfrazados de ovejas que fueran tras la caza de una tonta que no se dio cuenta de lo que pretendían. Unos más malvados que otros. Cada uno de ellos culpables de destrozarle la vida a un ser inocente que solo quería ser feliz. Me quitaron a mi familia, me robaron el presente y el futuro, acabaron de un tajo con la fe y la esperanza. Solo dejaron odio, rencor y un deseo de venganza que crepita como el fuego más allá de mis vísceras.Levanto mi bata y noto la c
A la mañana siguienteDe vez en cuando observo al fiscal por el rabillo del ojo mientras conversamos sobre las circunstancias que rodean mi caso. Eso es lo que ahora soy para todos, un caso. Sin embargo, para ser justa, Massimo es la única persona que hasta ahora me ha suministrado toda su ayuda y me ha tendido la mano en medio de estas terribles circunstancias por las que atravieso. Después del extraño sueño que tuve con él, me cuesta aceptar que todo se trató de un mundo imaginario creado por mi cerebro para protegerme de los recuerdos dolorosos, del daño que me hicieron y de la terrible experiencia que me mantuvo al filo de la muerte.―Gracias por salvarme la vida, Massimo.Le expreso mi agradecimiento después que haberme contado todo lo que sucedió aquella fatídica noche de mi vida, mientras estuve inconsciente.―No tienes nada de que agradecerme, Rachel ―indica de manera gentil y amable―, es mi trabajo proteger la vida de todos los ciudadanos de este país ―trata de restarle import
Todo es tan confuso. Siento como si estuviera viviendo la vida de otra persona. No sé cómo sentirme al respecto.―Espero que te sientas cómoda, Isabella, he pedido que preparen una habitación para ti. Bienvenida.Asiento en respuesta. Pocas horas después de que Massimo y yo llegáramos a un acuerdo, fui trasladada casi de inmediato. Todo fue muy precipitado, pero, según él, mi seguridad lo ameritaba. Nada de lo que está sucediendo se parece a lo que viví en mi sueño. Massimo es un sujeto muy amable y atento, pero eso es todo. Es un hombre reservado y muy profesional. No se parece en nada al hombre que conocí en mis sueños.―Gracias, Massimo, pero considero que esto es demasiado, podía haberme quedado en un hotel ―le explico angustiada por la manera apresurada con la que está sucediendo todo―. No has debido molestarte.Este es el primer día de la nueva vida que me espera. Todo es tan extraño. Tengo la sensación que una parte de mí se resiste al cambio. El día de hoy ha sido bastante movi
Una semana despuésEstoy a punto de volverme loca. Necesito salir de aquí, ir a visitar la última morada de mis familiares en ese cementerio. He estado recorriendo todos los rincones de esta propiedad, familiarizándome con todo, estudiando el movimiento de cada uno de los guardias de seguridad. Massimo me advirtió que, mientras exista peligro, no puedo salir de aquí y, visitar ese lugar es el riesgo más grande que puedo correr, porque el sitio en el que fueron enterrados es el panteón familiar de los Reeves.Inhalo profundo, me levanto de la cama y me acerco a la ventana. Pensar en ese nombre me pone muy inquieta. Tengo sentimientos encontrados. Por un lado, cada parte de mi cuerpo responde con anhelo, como si extrañara sus besos y sus caricias. Por otro lado, me carcome un odio recalcitrante por el hombre que hizo el primer movimiento para destrozar mi vida. Sí, no fue él quien me disparó, pero fue el artífice de todo. Él y su amante se conjugaron para acabar conmigo. Está amaneciend
Me quedo estática en el mismo lugar. Un sinfín de sentimientos confusos hacen explosión en mi interior y se esparcen como ráfaga a través de mi cuerpo. Rabia, odio, rencor, pero, lo más sorprendente de todo, es escuchar a mi corazón latiendo desenfrenado de amor por él. Lo amaba, quizás todavía lo amo, pero lo odio en la misma medida. Aprieto los puños a ambos lados de mi cuerpo antes de responder.―No.Un sonido ronco y distorsionado sale de mi boca. Tiemblo con la misma intensidad con la que se sacude mi corazón. Lo escucho suspirar decepcionado.―Lo siento, te vi aquí parada y por un instante pensé que los conocías ―hace una pausa antes de continuar―. Estas personas están ligadas a alguien muy importante de mi vida ―un cosquilleo inesperado se desata en el fondo de mi estómago. Mi respiración se agita en un dos por tres. Aprieto los puños con mayor fuerza hasta que mis uñas rompen la piel de mis palmas y se hunden en la carne―. Cometí tantos errores… ―lo escucho absorber una gran bo
Después de ver por una decena de veces más, el video en el que Rachel fue atacada sin piedad, exploto de la ira. Esa zorra no va a salir bien librada de esta. Va a pagar por lo que hizo. Lamento en el alma que ese hijo de puta de Ariel esté muerto, de lo contrario, le habría hecho padecer las más crueles torturas antes de matarlo con mis propias manos. Saco el teléfono del bolsillo de mi chaqueta y hago una llamada.―Lud, ¿eres tú?Una sonrisa cínica tira de las esquinas de mi boca.―Sí, Perla, soy yo ―la ira y el odio revuelven mis tripas de una manera nauseabunda al recordar las veces que la follé―. He estado pensando en ti.La escucho jadear de sorpresa al otro lado de la línea.―¿Me estás tomando el pelo? Porque no me parece gracioso en lo absoluto.Pregunta nerviosa y expectante. Ruedo los ojos.―Nunca me atrevería a jugar con algo tan serio como esto ―se queda callada, como si tuviera dudas de mi extraño comportamiento―. Después de todo este tiempo me di cuenta de lo especial que
―¿Qué demonios pensaste que estabas haciendo, Isabella?―escucho a Massimo vociferar cerca de mí, mientras camina de un lado a otro dentro de la habitación―. Debo agradecer que mi equipo de seguridad se dio cuenta a tiempo de que habías escapado y me llamaron de inmediato ―giro la cara en su dirección y lo veo apretar el puente de su nariz por la impotencia que siente―. No acabas de entenderlo, ¿cierto? ―se acerca y se sienta al borde de mi cama? ―¿No entiendes la magnitud del peligro que estabas corriendo?Respiro profundo y acomodo mi cabeza sobre la almohada. Lo miro a los ojos y decido pedirle disculpa por la estupidez que cometí.―Lo siento, fui una inconsciente, sé que no debí hacerlo ―le explico avergonzada―, pero necesitaba despedirme de ellos ―niego con la cabeza―, no iba a permitir que también me quitaran eso. Necesitaba un cierre para mi vida anterior.Suspira profundo antes de hablar.―El asesino de tu madre sigue suelto ―aquellas palabras me obligan a tocar tierra, recordar