Narra Víctor Manuel
Al día siguiente de pasar toda la noche con Sebastián, nos fuimos a trabajar al estudio los tres por la mañana. Obviamente me sentía un poco mal, pero tenía que cumplir mi palabra, así que tuve con todo el dolor de mi corazón que llamar a Amy, para despedirla. Yo tenía que cumplir mi palabra con Sebastián y no podía pasar por alto lo que Amy le había ocasionado. Amy llegó temprano para reunirse conmigo, llegando a mi oficina con cara de pocos amigos.
– Hola Amy, pasa a mi oficina por favor – le dije con tono serio.
–Hola Víctor Manuel, claro que sí – respondió ella.Entramos a mi oficina, Amy se miraba un poco nerviosa al mirarme con un aire de preocupación, de molestia e incluso de angustia.
–Víctor Manuel, sé que vas a correrme. No tienes que decir más, pero al menos escúchame por favor, sólo eso te quiero pedir – Me pidió Amy la oportunidad – La verdad quiero que sepas como fueron las cosas.
–Amy, no tienes en serio queNarra CarolinaEse día saliendo del estudio, me estaba esperando mi padre para ir a tomarnos un café, ya que a mis padres les quedaban pocos días en Madrid. Me fui con él caminando un poco y llegamos finalmente a un lugar hermoso y acogedor, dónde colgamos nuestros abrigos y nos dispusimos a tomar un delicioso café. Mi papá se veía realmente bien, jovial y en buena forma. Le sentaba bien Madrid, sin duda alguna y ahora que podíamos al fin tener un tiempo a solas, quise tener una plática de padre a hija con él de una manera tranquila.–Papá, ¿Cómo se han sentido mi mamá y tú en Madrid?–Muy bien hija, nos la hemos pasado de maravilla. Pero lo mejor que me ha pasado a mí en lo personal y por lo que siento que valió la pena haber venido a Madrid ha sido porque te he visto a ti. Te sienta muy bien la ciudad, te ves hermosa Carolina.–Gracias papá, aunque tú lo dices por ser mi padre. A ti te sienta muy bien Madrid, deberías venir con mi mamá más seguido. Pue
Narra Víctor ManuelDespués de pasar una divertida tarde y noche con Sebastián, llegaron Carolina y su padre a unirse a nuestro plan y vimos juntos la última parte del partido. Después nos quedamos un rato conviviendo hasta que el padre de Carolina se fue. Nos quedamos platicando un buen rato nosotros tres Sebastián, Carolina y yo.Cuando Sebastián subió a su recámara a dormir, Caro me miraba fijamente y supo de inmediato que algo me pasaba y por más que traté de actuar con normalidad, no pude y ella terminó descifrando cómo siempre.–Víctor Manuel, a ti te pasa algo. No sé qué es pero algo te está ocurriendo. Así que espero que me puedas decir que es, claro sí es que confías en mi – Me dijo Carolina queriendo hacerme hablar – Por favor, si en algo puedo ayudarte, dime.–Caro, no puedes ayudar en nada, pero sí algo pasó. Fue mi media hermana al estudio buscando a mi papá. Siempre que aparece en la vida de mi papá causa desastres y bastantes. Me
Narra CarolinaEstaba caminando con mi madre por las tiendas de muebles de Madrid, íbamos muy tranquilas pero en silencio, nos deteníamos cada vez que veíamos algo que a ambas nos llamara la atención. Ella aunque no me lo dijera, sé de sobra que estaba visiblemente molesta conmigo, porque siempre su sueño fue que yo fuera una decoradora de interiores exitosa cómo ella, pero para su mala suerte sólo la decepcioné. Estábamos viendo unos muebles para el baño, discutiendo si era mejor un tono rosa o un lila, era bueno ver su punto de vista critico cómo experta, porque gracias a eso mi piso iba a lucir increíble.Después de comprar muebles y de encargar accesorios decorativos, de acuerdo al ojo experto y al gusto de mi mamá, nos fuimos a tomar unas bebidas a un lugar muy hermoso que había en la plaza, dónde había mesas al aire libre y podríamos disfrutar de un rato lindo y agradable.–Caro, espero que te guste lo que elegí para tu piso hija – Dijo mi ma
Narra Víctor ManuelPasaron unos días, hasta que llegó el día en el que los padres de Carolina se fueron de Madrid y al final todo estuvo bien con ellos, tanto que hasta los fuimos a llevar Caro y yo al aeropuerto, dónde ellos se despidieron de mí con mucho cariño y amabilidad, invitándome a ir a México en un futuro cercano a visitarles, eso me hacía feliz porque al menos Caro podía disfrutar de ver que sus padres y yo podríamos convivir en paz y en armonía.Ese día que los despedimos en la noche, nos fuimos Caro y yo a empacar nuestras cosas, ya que al día siguiente nos iríamos, ella Sebastián y yo de campamento para ir a fotografiar las maravillas de las estrellas. Estábamos arreglando todo para irnos. Yo sonreía por dentro ya que Caro no se imaginaba ni un poco, sobre la hermosa sorpresa que yo le tenía preparada y esperaba honestamente que no se fuera a enterar antes de tiempo. Fui a comprar unas cosas por mi cuenta mientras que Caro y Sebastián me esperab
Narra CarolinaEstaba feliz en ese maravilloso lugar viendo más estrellas de las que nunca en mi vida había visto, junto con mi adorado Víctor Manuel, no podía creer que ya estuviéramos juntos de nuevo y ésta vez esperaba que fuera para toda la vida. Comenzamos a preparar un café para cuando Yolanda y Sebastián volvieran ahí con nosotros para comenzar a ver el espectáculo estelar en todo su esplendor, pues entre más se oscureciera, sería mejor. Por lo pronto yo seguía haciendo tomas de cómo iba cambiando el cielo a cómo pasaba el tiempo. Después me senté a tomar café con mi amado Víctor Manuel y en ratos él se levantaba a hacer algunas tomas fotográficas del escenario. Después de un rato volvieron Sebastián y Yolanda a sentarse con nosotros y a tomar café. El frío pronto comenzaba a hacerse
Narra Víctor ManuelSeguíamos en la tarde de confesiones y recuerdo cómo todos se me quedaban mirando esperando a que yo comenzara a contar mi anécdota, estaba nervioso ante lo que pudiera decir Carolina, pero ya estábamos inmersos en ese jueguito tenía que cumplir con mi parte, después de dejarlos un rato mirándome a la expectativa, decidí decir mi anécdota.–Siendo sincero tengo varias anécdotas extremas, pero una de las más extremas que tuve fue de un trío que hice con una amiga y con su tía – Dije y ví las caras de sorpresa de todos – Sé que piensan que soy de lo peor pero esperen a que continúe.–No nos dejes así, Víctor Manuel, continúa por favor – Pidió Yolanda desesperada – No nos sigas teniendo en suspenso.–Bueno esa ocasión fui a casa de mi a
Narra CarolinaAl día siguiente desperté temprano y me quedé un rato recostada en la casa de campaña, Yolanda seguía durmiendo y yo me la pasé pensando en lo inexperta que era, esperaba que eso no fuera a ser una excusa para que Víctor Manuel decidiera no estar conmigo, pues eso sería totalmente devastador para mí, ahora que habíamos regresado y que al menos de mi parte, había mucho amor para él. De pronto como si el me leyera la mente abrió nuestra casa de campaña y vio que aún estábamos acostadas, entonces entró y me saludó, me besó y me abrazó, después me dijo que si quería cambiarme para que pudiéramos salir a caminar a lo cual, yo le dije que sí. Salimos a caminar un rato por la zona que sobraba decir que de día era muy hermosa también, pero no había estrellas.Cam
Narra Víctor ManuelTal cómo lo esperaba Carolina no se tomó nada bien las cosas, se puso a llorar desconsolada. Yo me debatía entre lo que debía y quería hacer, mi mente me decía que había hecho lo correcto pues estaba roto y jodido por dentro, porque después de saber que Karla estuvo viva todo éste tiempo yo, no volvería a creer ni a confiar en ninguna otra mujer, al menos no de momento. Pero mi corazón por el contrario me decía que abrazara y que reconfortara a Carolina, que la hiciera sentirse amada por mí, que le dijera que con ella haría mi excepción de creer nuevamente en el amor, pero no lo hice porque no pude ser capaz de hacerlo, por miedo, por tonto, por pensar que ella me amaría tanto como para aceptar las migajas que yo estaba dispuesto a darle, un noviazgo normal, sin planes algunos a futuro. Para mi sorpresa mientras estaba yo met