Narra Carolina
Estaba caminando con mi madre por las tiendas de muebles de Madrid, íbamos muy tranquilas pero en silencio, nos deteníamos cada vez que veíamos algo que a ambas nos llamara la atención. Ella aunque no me lo dijera, sé de sobra que estaba visiblemente molesta conmigo, porque siempre su sueño fue que yo fuera una decoradora de interiores exitosa cómo ella, pero para su mala suerte sólo la decepcioné. Estábamos viendo unos muebles para el baño, discutiendo si era mejor un tono rosa o un lila, era bueno ver su punto de vista critico cómo experta, porque gracias a eso mi piso iba a lucir increíble.
Después de comprar muebles y de encargar accesorios decorativos, de acuerdo al ojo experto y al gusto de mi mamá, nos fuimos a tomar unas bebidas a un lugar muy hermoso que había en la plaza, dónde había mesas al aire libre y podríamos disfrutar de un rato lindo y agradable.
–Caro, espero que te guste lo que elegí para tu piso hija – Dijo mi ma
Narra Víctor ManuelPasaron unos días, hasta que llegó el día en el que los padres de Carolina se fueron de Madrid y al final todo estuvo bien con ellos, tanto que hasta los fuimos a llevar Caro y yo al aeropuerto, dónde ellos se despidieron de mí con mucho cariño y amabilidad, invitándome a ir a México en un futuro cercano a visitarles, eso me hacía feliz porque al menos Caro podía disfrutar de ver que sus padres y yo podríamos convivir en paz y en armonía.Ese día que los despedimos en la noche, nos fuimos Caro y yo a empacar nuestras cosas, ya que al día siguiente nos iríamos, ella Sebastián y yo de campamento para ir a fotografiar las maravillas de las estrellas. Estábamos arreglando todo para irnos. Yo sonreía por dentro ya que Caro no se imaginaba ni un poco, sobre la hermosa sorpresa que yo le tenía preparada y esperaba honestamente que no se fuera a enterar antes de tiempo. Fui a comprar unas cosas por mi cuenta mientras que Caro y Sebastián me esperab
Narra CarolinaEstaba feliz en ese maravilloso lugar viendo más estrellas de las que nunca en mi vida había visto, junto con mi adorado Víctor Manuel, no podía creer que ya estuviéramos juntos de nuevo y ésta vez esperaba que fuera para toda la vida. Comenzamos a preparar un café para cuando Yolanda y Sebastián volvieran ahí con nosotros para comenzar a ver el espectáculo estelar en todo su esplendor, pues entre más se oscureciera, sería mejor. Por lo pronto yo seguía haciendo tomas de cómo iba cambiando el cielo a cómo pasaba el tiempo. Después me senté a tomar café con mi amado Víctor Manuel y en ratos él se levantaba a hacer algunas tomas fotográficas del escenario. Después de un rato volvieron Sebastián y Yolanda a sentarse con nosotros y a tomar café. El frío pronto comenzaba a hacerse
Narra Víctor ManuelSeguíamos en la tarde de confesiones y recuerdo cómo todos se me quedaban mirando esperando a que yo comenzara a contar mi anécdota, estaba nervioso ante lo que pudiera decir Carolina, pero ya estábamos inmersos en ese jueguito tenía que cumplir con mi parte, después de dejarlos un rato mirándome a la expectativa, decidí decir mi anécdota.–Siendo sincero tengo varias anécdotas extremas, pero una de las más extremas que tuve fue de un trío que hice con una amiga y con su tía – Dije y ví las caras de sorpresa de todos – Sé que piensan que soy de lo peor pero esperen a que continúe.–No nos dejes así, Víctor Manuel, continúa por favor – Pidió Yolanda desesperada – No nos sigas teniendo en suspenso.–Bueno esa ocasión fui a casa de mi a
Narra CarolinaAl día siguiente desperté temprano y me quedé un rato recostada en la casa de campaña, Yolanda seguía durmiendo y yo me la pasé pensando en lo inexperta que era, esperaba que eso no fuera a ser una excusa para que Víctor Manuel decidiera no estar conmigo, pues eso sería totalmente devastador para mí, ahora que habíamos regresado y que al menos de mi parte, había mucho amor para él. De pronto como si el me leyera la mente abrió nuestra casa de campaña y vio que aún estábamos acostadas, entonces entró y me saludó, me besó y me abrazó, después me dijo que si quería cambiarme para que pudiéramos salir a caminar a lo cual, yo le dije que sí. Salimos a caminar un rato por la zona que sobraba decir que de día era muy hermosa también, pero no había estrellas.Cam
Narra Víctor ManuelTal cómo lo esperaba Carolina no se tomó nada bien las cosas, se puso a llorar desconsolada. Yo me debatía entre lo que debía y quería hacer, mi mente me decía que había hecho lo correcto pues estaba roto y jodido por dentro, porque después de saber que Karla estuvo viva todo éste tiempo yo, no volvería a creer ni a confiar en ninguna otra mujer, al menos no de momento. Pero mi corazón por el contrario me decía que abrazara y que reconfortara a Carolina, que la hiciera sentirse amada por mí, que le dijera que con ella haría mi excepción de creer nuevamente en el amor, pero no lo hice porque no pude ser capaz de hacerlo, por miedo, por tonto, por pensar que ella me amaría tanto como para aceptar las migajas que yo estaba dispuesto a darle, un noviazgo normal, sin planes algunos a futuro. Para mi sorpresa mientras estaba yo met
Narra CarolinaCuando volvieron Yolanda y Víctor Manuel de no sé dónde. Se sentaron con nosotros y tratamos de pasar el resto del día lo mejor que fue posible, en ratos me distraía tomando fotos o riendo con las ocurrencias de Yolanda y de Sebastián, pero lo cierto es que me sentía mal, terriblemente mal, por lo ocurrido entre Víctor Manuel y yo hacía unos momentos. El día afortunadamente pasó muy rápido y llegada la noche como estábamos todos algo desvelados de la noche anterior, me metí a mi tienda de campaña con Yolanda, para disponernos a dormir, ella ya estaba acostada en su sleeping y yo hice lo mismo cuando ella comenzó a hablarme.–Caro, sé que te sientes muy mal y sé que quizás no soy yo la persona con la que quieras compartir, más sin embargo quiero que sepas que aunque soy amiga de Víctor Manue
Narra CarolinaEstando de pie al lado de ese guapísimo hombre, un ataque de nervios se apoderó de mí, estuve a punto de desistir, a punto de irme de ese lugar y de meterme bajo la mesa de la vergüenza que estaba a punto de pasar, cuando de pronto sucedió algo que no me imaginé.–Buenas noches señorita, me ha ahorrado él envió de un recado con el mesero – Me saludó el guapísimo chico en cuestión.–Hola buenas noches joven. Perdone pero no entiendo ¿De qué recado está hablándome? – Respondí cuestionando tontamente lo que él acababa de decirme.–Sí, es que lo que ocurre es que le iba a enviar éste recado que recién había escrito a usted, junto con una rosa a su mesa. Llevo rato mirándola pero ya que ha venido usted a mi mesa, mejor se lo entregaré yo mismo – Me di
Narra CarolinaEntré a la casa y me senté frente a Sebastián, que de inmediato se notó que él quería soltar todas las palabras contenidas en su boca, para contarme sobre cómo había ido su noche de pasión y de diversión.–Hola Caro, veo que no te fue nada mal. He visto que trajo el chico del bar – Comentó Sebastián con una sonrisa.–Hola Sebastián. Tienes razón no me ha ido nada mal, pero a juzgar por tu cara, creo que tampoco a ti. Te entrego lo de la apuesta, nombre y teléfono del chico guapo que se llama Ramiro y vamos a salir de nuevo – Respondí con una sonrisa enorme.–Muy bien Carolina, veo que te vas soltando. Aquí está lo mío, nombre y teléfono de la chica se llama Hilda. Además no eres la única que tendrá una segunda cita. Esto es totalmente un empate t&eacu