Narra Víctor Manuel
Carolina se acercó a la mesa y al sólo ver su sombría expresión, supe que estaba nuevamente ante un problema, cuando Carolina, nos saludó a ambos.
- Buenas tardes – dijo Carolina provocando que Sadie me soltara de inmediato y yo a ella.
- Buenas tardes señorita – le respondió Sadie con educación.- Caro, ella es Sadie es una vieja amiga del pasado – le respondí yo a Caro, evitando que ella causara un escándalo.- ¡Que gusto de conocerte Sadie!, aunque francamente no sé porque abrazas a mi novio la verdad – dijo Carolina enojada enfatizando la palabra novio.- Caro, déjame que te lo explique mi amor, Sadie sólo es una amiga mía y la abracé por el gusto de volver a vernos – le dije yo a Carolina queriendo minimizar las cosas.- Discúlpeme señorita, Víctor Manuel si me mencionó que tenía novia, pero no sabía que estaba aquí con ella – le dijo Sadie a Carolina con sinceridad.- ¿Ya por eso tienes el derecho de abrazarlo?, está bien, me qNarra CarolinaEsos momentos con Víctor Manuel fueron especiales y maravillosos en su máxima expresión, luego de que él tomara varias fotografías, tocó mi turno y saqué muchas fotos de él, mirándose guapísimo ante la cámara y ante mis ojos, me encantaba sinceramente lo que veía, él se veía increíblemente guapo y encantador, así que me deleitaba sacándole todas las fotos que creía convenientes y él se reía encantado posando para mí y también para la cámara. Ya que comenzó a entrar la tarde, nos fuimos él y yo de regreso a su casa, dónde él se ofreció a cocinar algo para mí.Me senté en la sala a leer un libro qué él tenía ahí y entonces morí de risa al ver que se trataba de “Cumbres Borrascosas” de Emily Bonte. Miré a Víctor Manuel y él me devolvió la mirada con picardía queriendo defenderse ante sus gustos literarios que recién había yo descubierto.– ¿Con que Cumbres Borrascosas eh? – le dije a Víctor Manuel, riéndome un poco de la situación.–Sí
Narra SebastiánVer a Carolina y a Víctor Manuel tan enamorados y riéndose divertidos mientras él cocinaba la cena, era algo que no esperaba ver ni en un millón de años, ella que venía tan desilusionada de México y ahora verla así, tan libre y tan risueña, esa era mi mejor amiga y era la Carolina que yo conocía, lo que me alegraba demasiado, ahora solo faltaba esperar lo que iba a pasar más adelante cuando ambos regresáramos a México, pensaba en eso y en muchas cosas cuando tocó la puerta de la casa de mi amigo, mi cita Amy, la chica que me tenía loco y por la que estaría dispuesto quizás a quedarme una temporada más larga en España, al ver que ni Caro ni mi amigo pensaban en ir a abrir la puerta, me dispuse yo mismo a ir a abrir.– Hola Sebastián, pensé que no me iban a abrir nunca – me dijo Amy, tan pronto le abrí la puerta.–Hola Amy, claro que te iba a abrir o no te hubiera invitado, ¿Cómo estás? – le pregunté yo, tomándola de la mano para entrar
Narra Víctor ManuelCarolina y yo nos quedamos en mi casa compartiendo esa maravillosa noche juntos, dónde nos pusimos a escuchar música y después nos relajamos al calor del fuego, permaneciendo abrazados en mi cama, esta vez sin hacer más nada que disfrutarnos el uno al otro simplemente estando juntos, ella de pronto comenzó a querer platicar conmigo.–Víctor Manuel, quiero saber algo – me dijo Carolina mirándome con ternura.–Dime Caro, puedes preguntarme lo que necesites o lo que quieras saber – le dije a Carolina, tomando su mano para besarla con dulzura.–Víctor Manuel, ¿Tú quieres llegar a casarte con alguien algún día? – me preguntó Carolina dejándome en silencio, debido a la profundidad de su pregunta.–La verdad es que, sólo con Karla había contemplado esa posibilidad, yo incluso nunca fui de casarme, fui de la idea de un amor libre, sin ataduras, sin tapujos, sin nada más, pero cuando comencé mi relación con Karla, ella quería casarse y yo,
Narra CarolinaPasaron dos meses inolvidables en los cuales Víctor Manuel y yo, seguíamos conociéndonos, descubriéndonos y enamorándonos cada vez más y más. Un buen día, hablé con Sebastián y ambos decidimos pasar una temporada más larga en Madrid, pues tanto él quería estar con Amy, como yo con Víctor Manuel y así lo hicimos, pese a que a mis padres no les agradara tanto la idea, pero lo bueno de todo es que yo estaba cada día más feliz cómo si todo aquello que me pasó no me hubiera ocurrido y cada día me daba cuenta que estaba volviendo a ser la chica divertida y feliz que siempre fui y eso me encantaba mucho de mí.Seguíamos trabajando Sebastián y yo en el estudio y un día que estábamos en especial con mucho trabajo, Amy me llamó muy misteriosamente para anunciarme que yo tenía una visita, pero que quería encontrarme atrás del estudio, al parecer era un cliente que quería que le hiciera un trabajo fotográfico por fuera a fin de que le saliera mucho má
Narra Víctor ManuelMe quedé abrazando a Caro celebrando muy emocionado la noticia de que íbamos a ser padres, me sentía feliz, de que Caro tomara tan bien la noticia, lo que me hacía sentirme relajado, pero ahora mi preocupación iba a ser, la manera en la que sus padres lo iban a tomar pero eso ya se iba a ver con el transcurso del tiempo. Me recosté con Caro y nos cobijamos del frío que aún estaba haciendo en Madrid, la abracé y nos acurrucamos juntos en el calor de mi cama y después de un rato, nos quedamos al fin perdidamente dormidos.Al día siguiente cuando desperté, Caro seguía dormida y la dejé descansar un rato más ya que aún era muy temprano, pensé que ahora que ella estaba embarazada debía dormir y reponer fuerzas lo más que fuera posible, pues en su vientre estaba creciendo el fruto de nuestro amor y lo mejor de todo es que ahora, no teníamos que cuidarnos más y podíamos hacer el amor con toda libertad que quisiéramos y sin tener que preocupa
Narra CarolinaLlegó el fin de semana y con ello, la reunión de Víctor Manuel con su padre, dónde él le diría la situación que él y yo estábamos esperando un hijo, aunque para ser sincera eso a mí no me preocupaba en absoluto. El poco tiempo que llevaba aquí en Madrid, me había servido para darme cuenta de que la gente aquí no era tan crítica ni tan cerrada como en México y a juzgar por cómo era el padre de Víctor Manuel, sabía de sobra que todo saldría bien por el lado de él, la verdadera preocupación vendría en un mes cuando tuviéramos que ver a mis padres, ya que ellos no creo que lo fueran a tomar de buena manera, dada la manera en la que fui educada y criada en México.Víctor Manuel se estaba cambiando y arreglando para irse a cenar con su papá y Sebastián llegó para esperarlo ya que él lo iba a acompañar, mientras que yo también me alistaba pues iba a salir a tomar algo con Amy, un chocolate o un café, después de tanta insistencia de su parte de ella en
Narra Víctor ManuelLa pérdida de nuestro hijo supuso un golpe muy duro y complicado para Carolina y también para mí, después de ese evento devastador, tengo que reconocer que nos costó bastante retomar nuestra vida diaria, pero como dicen eran fases del duelo de superar las cosas y hoy, un mes después de lo ocurrido, nos enfrentaríamos a otra dura prueba, los papás de Carolina llegaban hoy a Madrid y aunque ya no tendríamos que lidiar con decirles que Caro estaba embarazada, aún teníamos que enfrentarlos para decirles que ella y yo, estábamos viviendo juntos y en una relación. Así que salimos temprano del estudio para irnos a cambiar y a arreglar un poco, para irnos rumbo al aeropuerto a recibir a sus padres. Llegamos puntuales para darnos cuenta que su vuelo de ellos estaba un poco retrasado y que no nos quedaba otra alternativa más que esperar a que llegaran sus padres, no había más. Nos sentamos en unos asientos de una zona gastronómica Carolina y yo, para orden
Narra CarolinaVíctor Manuel y yo nos fuimos del restaurante enseguida de mis padres, claro después de pagar la cuenta y todo eso. Nos fuimos rumbo a la casa de Víctor Manuel y sobraba decir que todo el camino transcurrió en un perfecto e incómodo silencio. Llegando a la casa de Víctor Manuel, hicimos algunas cosas y ya que estábamos acostados en su cama, relajados y tranquilos, le dije entonces a él lo que yo pensaba, de este encuentro tan desafortunado con mis padres.–Víctor Manuel, no te preocupes por mis padres. Ellos tendrán que aceptar lo nuestro tarde o temprano – le dije yo con mucha seguridad.–Caro no me digas eso, lo que me preocupa mucho es la forma en la que se fueron, no dejaron que se les dijera más nada. Ahora entiendo lo que decías en México todo es muy distinto.–Lo es, pero no por eso todo es malo. La verdad es que, ellos si me educaron bajo estrictas normas de conducta, pero fui yo quien nunca quise seguirlas, es la verdad. Ellos qui