Capitulo 2.-

Sonó la alarma dónde al momento de apagarla me di cuenta que eran las seis de la mañana, me levanté de la cama como resorte apurándome para sacar a Luna a su paseo rutinario donde corrimos por una hora alrededor del barrio. Cuándo volvimos, me di una ducha extrema, desayuné, alimente a Luna y salí a tomar un camión para el trabajo llegando con unos minutos de anticipación presentándome ante mi jefa.

— Buenos días Katy, me dijiste que viniera a verte a primera hora — Manifesté brindándole una sonrisa.

— Buen día Itziar, quiero comentarte del departamento del futuro cliente dónde es pequeño; a pesar de que tú pudieras esperar que tu primer proyecto sola fuera con un espacio amplio — Dijo mirándome seriamente —, Te lo di a tí, porque es en tu edificio dónde debes dominar la distribución de espacios y quiero que te luzcas ante tú cliente. 

— Es un hombre supongo — Susurré con inseguridad de ser regañada.

— Así es, nosotros ya hemos trabajado para su familia con anterioridad, él es especial, me solicitó la oportunidad con una de mis decoradoras que no llevaran tanto tiempo para decorar su nuevo hogar — Afirmó mi jefa, mientras recordaba toda la información.

— Está bien Katy — Respondí secamente, me parecía alguien arrogante. 

— La dirección ya la sabes dónde es en el departamento 7-B, dónde te hago entrega de la llave, dónde te pido ser cuidadosa en gastos. No pidió ningún estilo en específico; ya que es para un hombre soltero de 27 años aproximadamente dónde no estará pendiente de tí si no, sólo se le avisará cuándo esté terminado ¿alguna duda? — Concluyó mi jefa, entregándome las llaves, dónde negué con la cabeza para dirigirme a trabajar. 

Decidí irme hacia mi puesto de trabajo, dónde mi cabeza daba vueltas con todo, dónde no sabía que estaba ya vendido el apartamento vecino; dónde no era sólo en el mismo edificio si no también en el mismo piso. Debo dar mi mejor esfuerzo para sacar este proyecto adelante, estaba nublada en mis pensamientos cuándo entro Katy a mi oficina.

—Perdón Itziar, el cliente se llama David Vázquez olvidé decirte — Manifestó antes de dar media vuelta.

—Gracias — Respondí restándole importancia.

—Ánimo, será un gran trabajo — Aconsejó mi jefa, sacando una sonrisa en mí.

Me coloqué a trabajar dónde dibujé en una hoja de papel un mapa de mi departamento; dónde inicie a ver primero los colores para las paredes, decidí investigar en un computador, pero finalmente decidí ir mejor personal a una tienda de pinturas buscando un color vivo y adecuado. Me fui caminando hacia la tienda Comex donde me enseñaron diferentes paletas de colores decidiéndome por el azul con gris haciendo la compra de las cubetas y pedí que fuera llevadas esa misma tarde, dónde asintieron. Ahora debía llamar a los pintores, para que fueran a realizar su trabajo.

Después, regresé nuevamente a mi trabajo dónde me coloqué a revisar revistas, modelos de diseños, dónde decidí cómo sería la decoración de dos recámaras, sala, cocina, comedor, yéndose toda la mañana en la planificación y después me retiré para mi apartamento; ya que acababan de avisarme que estaban llevando las cubetas de pinturas al departamento del vecino. Las recibí para después entrar a mi departamento cepillando a Luna, después de su comida. Al momento, timbraron dónde decidí colocarme de pie para ver la sorpresa qué se trataba de mi amiga Erika.

—Itziar, debes salvarme por favor — Manifestó Erika con nervios, sorprendiéndome. 

— ¿De que necesitas ser salvada? — Pregunté con burla, no cambiaba mi amiga.

— Mejor dirás de quién — Respondió confundiéndome más.

— ¿De quién? — Cuestioné con intriga, esperando su respuesta dándole paso al apartamento.

— De mi novio Osvaldo, no quiero andar con él así que me decidí a venirme a pasar el rato contigo evitando su presencia — Mencionó Erika sorprendiéndome ¿Qué había pasado, ahora?

— ¿Por qué no simplemente le terminas y ya? — Pregunté sin tanto rodeo, encogiendo mis hombros.

— No puedo, pensará que sólo me aproveché de él para ir a ver a Miguel Bosé gratis — Susurró con miedo mirando a los lados —, aunque si soy sincera, si fue así, pero prefiero que piense una versión diferente — Confesó con una carcajada tapándose la boca con una mano, dónde negué con la cabeza.

— No te creo, me suena a pretexto desde que viste a ese galán anoche — Sentencie mirándola con los ojos entrecerrados mientras la señalaba.

— No puedo creer que me digas eso, sabes que soy una mujer culta — Concluyo Erika defendiéndose de mi acusación, aunque sabia que tenía razón. 

—Siempre has sido así, desde los seis años que te conozco — Dije sin darle importancia mientras rodaba los ojos.

—No te equivocas, odio que me conozcas tan bien, así que tengo que volver a ver a ese galán — Sentenció con una sonrisa de oreja a oreja ¡estaba loca, mi amiga!

—¿Cómo vas ha hacer? — Pregunté con curiosidad, era difícil volver a coincidir con alguien más de una vez —, además no sabes su nombre completo.

—Empecé hoy la búsqueda por internet donde me arrojo varios datos, aunque ninguno de ellos era él — Respondió con nostálgica, por su intento fallido.

—No cambias definitivamente, mujer — Sentencie rodeando los ojos, saliendo de nuestra conversación cuando tocaron a mi puerta. Decidí colocarme de pie para mirar siendo las cubetas de pintura sobrantes donde salí un momento dejándola sola en mi apartamento. Abrí el otro apartamento para que fueran suministradas allí y me devolví viendo a Erika en mi puerta observándome para decir.

—Te lo tenías callado, así que te cambias para el otro apartamento — Manifestó Erika con voz picarona, intentando sacarme información.

—Solo trabajaré para el cliente del apartamento de al lado — Respondí encogiendo mis hombros, iba a ser un cliente cómo cualquier otro con la diferencia que esta vez estaba sola haciendo todo. 

—¿El cliente misterioso? Tenemos que ver que tan guapo es — Susurró mi amiga, haciéndome reír por sus ocurrencias estaba traumada por David y también quería ver al cliente misterioso. 

—No lo conozco, esperaré a ver cómo será el cliente — Dije con sencillez mirando su mirada traviesa —, ¡Oh,no! No pienses cosas con mi cliente.

—Lo has dicho es tú cliente Itziar, no el mío — Murmuró guiñándome el ojo entrando nuevamente al apartamento acariciando a Luna.

—Vamos a ver una película ¿Cuál quieres ver? — Propuse cambiando de tema, no podía negar que me daba curiosidad mi cliente. 

—Una de amor cuándo logre conquistar a ese bombón, por ahora veamos Diario de una pasión — Afirmó mi amiga, dónde rodee los ojos. 

—Está bien, siéntate mientras hago palomitas — Comenté, dirigiéndome hacia la cocina mientras ella cogía el control para colocarla.

—¿Tienes vino? — Preguntó desde la sala, donde asentí, pero me di cuenta que no me estaba viendo riéndome de mi misma — ¿Me escuchas?

—Si tengo, ahorita llevo una botella — Respondí dándome cuenta de mi ocurrencia, mientras colocaba aceite para hacer las palomitas. 

Abrimos una botella de vino en compañía de las palomitas mientras veíamos la película, dónde al anochecer llegó un amigo y vecino al mismo tiempo, del piso de abajo tocando la puerta de forma muy insistente, siendo algo muy extraño para mi así que decidí acercarme a abrirle, a ver que necesitaba.

—Itziar ¡Itziar! Abre por favor, me estoy desangrando — Escuché decirle, mientras abría la puerta dónde se estaba riendo cómo un tonto.

—Siempre caes, es el colmo — Manifestó con enfado mirándome directamente, mi amigo tenía la tez morena, cabello café, ojos color gris y era un gran amigo íntimo a pesar de estar bueno para cualquiera. 

—Eres un verdadero tonto, el día que suceda de verdad no te voy a auxiliar — Sentencie con enfado cruzando mis brazos, mientras me miraba tiernamente.

— Perdóname, oye no sabía que tenías visita — Mencionó señalando a Erika quién se había acercado a la puerta.

—¿No te acuerdas de ella? — Pregunté sorprendida dónde negó con la cabeza colocando su mano en el mentón intentando recordar.

—Sergio tonto, soy Erika del Moral — Dijo mi amiga presentándose formalmente, cómo siempre exagerada.

—Cierto, perdóname. La amiga de miles de años de Itziar y única realmente — Manifestó Sergio con una sonrisa, dónde sentí un dolor en el corazón, aunque era verdad era la única amiga verdadera.

—Muy gracioso, no te quedes ahí parado entra — Dije invitándolo a entrar, dónde observo las palomitas y el vino comiendo con nosotras, en medio de la plática dónde nos contó que había terminado con su novia dónde sabía que lo decía con el propósito de despertar el interés en Erika, quién siempre le había parecido muy linda con su largo y ondulado cabello negro, tez morena, y sus esmeraldas ojos verdes que cautivaban a cualquiera y su tierna sonrisa. Aunque dudaba que sucediera, porque conocía a Erika dónde ella no se fijaría en él, por ser alguien muy despreocupado y sin ambiciones, ese era su gran defecto. Salí de mis pensamientos, cuándo iniciaron a hablar del vecino misterioso y mi trabajo como decoradora.

—¿Vas a trabajar con el apartamento de al lado? ¿Quién será tu vecino? — Preguntó con curiosidad Sergio, dónde solo encogí los hombros porque ni yo misma sabía quién era.

—¿No sabes? Cómo es posible, dile a tu jefa que tú cliente debe presentarse contigo como un buen caballero que tal sea ¿un sicario? ¿un narcotraficante? Uno nunca sabe — Aconsejó Sergio, dónde estaba seriamente en tomarlo en cuenta.

—Tiene razón, puede ser un drogadicto también — Mencionó Erika mientras colocaba sus manos en las mejillas, sincronizando juntos.

—¡Erika por Dios! No sean exagerados, ya hemos tenido clientes así, dónde una señora se presentó conmigo el día que le entregué su casa, pagándome y no volviendo a saber nunca más de ella — Dije con calma, a veces sentía que podían ser muy precavidos.

—Opino que si podría exagerar, a veces este tipo de clientes son los mejores porque no interfieren ni están encima de ti — Justificó Sergio, contradiciendo sus palabras iniciales ¿Quién lo entendía?

—Está bien, pero ¿Por qué el misterioso? Si no es alguien de mala influencia — Preguntó mi amiga, haciéndonos pensar a ambos.

—Bájale al drama Erika, me iré al bar a trabajar si quieres te llevo y te ahorras lo del taxi — Propuso Sergio con la esperanza de que aceptara, dónde asintió despidiéndose de mi con un beso en la mejilla.

—Recuerda lo del sábado — Susurró en mi oído, dónde asentí para que tuviera cuidado viendo como los dos se alejaban de mi vista. 

Decidí cerrar la puerta, para arreglar todo para el día siguiente, colocando la alarma buscando mi celular por todo el apartamento y no aparecía, terminé entrando en un pánico total porque sin él, no podría avanzar nada en mis trabajos ¿ahora qué voy a hacer? Susurré y di vueltas cómo loca por el apartamento, hasta que recordé que fuí al apartamento vecino donde podría haberlo dejado ahí, donde decidí dirigirme hacia allá. Entré con cuidado entrando a la cocina, dónde vi una luz encendida siendo extraño para mí, pero decidí no prestar atención, porque lo necesitaba hasta que ví a alguien saliendo del pequeño cuarto de lavado para entrar al apartamento dónde me sonrojé porque era un hombre ¡un hombre! Dónde estaba invadiendo su espacio evidentemente, me estremecí más cuándo ví que se estaba acercando a mí ¿ahora que haré?


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