Cadie se retiró de la mesa. La mirada de desconcierto de mis padres, mis hermanas, mis cuñados eran dagas.—No tengo nada con esta vieja. —Fue lo único que pude decir.—Hijo…Mi padre se quedó en silencio. Betty salió en busca de su hija y Cata la siguió.—¡Ay, hijo! Mejor hablamos después, mi amor.La conexión se apagó. Si fuera a un hombre, le estaría partiendo la cara. Diego se me acercó.—José…—Sácala.Dije entre dientes, desconecté mi celular del dispositivo y me encerré en la habitación para llamar a Cadie. Buzón, debe estar llorando, volví a intentar, nada. Llamé a Betty y nada. Volví a llamarla y me mandó a buzón. Tocaron a la puerta, era Mía.—Dijo que el acto fue en agradecimiento a lo que le dijiste.—Cadie no me contesta.—No es por echar leña, pero yo tampoco lo haría. Esa estúpida la supo aplicar.—Ella no interesa, me preocupa Cadie, puede pensar lo que no es. —volví a intentar. Nada. Llamé a Catalina.—¡Oh, José Luis!—Antes de regañarme te digo no tengo la culpa, esa
El estómago me dolía de tanto reírme con mi hermana y Arturo. A diferencia de Cadie y José Luis, que, por cierto, esa cabezona cada vez que había un puente, adelantaba trabajos, hacia mil cosas con tal de tener días libres, entonces puyaba el burro a Boston para pasar con su novio.José Luis también pasaba las Navidades en casa o algunos de nuestros cumpleaños; lo entendíamos, estaba realizando un esfuerzo muy grande y sus compromisos estudiantiles, más el trabajo en la clínica lo dejaba agotado.La última vez que vino se trajo al loco de su amigo Diego, el chileno quedó enamorado de Montería. —¡Y quién no! Quien conoce mi tierra quedaba prendado a ella; a la calidez de las personas, a esa magia engatusante a través de las leves brisas cálidas, el aroma del río.Ese hipnotizante amanecer tan claro desde que inicia la puesta de sol y un atardecer digno de una obra en óleo con matices anaranjados. De su música alegre y pausada que parecía hacer un homenaje al movimiento de las aguas dan
Los jóvenes se veían a los ojos. Luego mi hermana estalló.—¡Ismael! ¿Cómo supiste? ¡Me seguiste! —Viviana se cruzó de brazos, estaba roja.—Yo no entiendo. —dijo papá.—Ando perdida. —comentó Betty.—No eres la única, yo me siento más perdida que calilla en boca de vieja. —dije.—Señores, me presento. Me llamo Ismael… sin apellido. Hace seis meses estuve a punto de tirarme del puente de la 41 y en ese instante; como un ángel, Viviana llegó en su bicicleta.Al menos el montar bicicleta, si lo hace, ha llegado a La Arbolada en ella, la adora. Los presentes nos quedamos impactados con el inicio de relato.» Ella evitó mi suicidio, ese día me invitó a comer, tenía días de no hacerlo… desde ese día me hizo cumplirle la promesa de esperarla todos los días en el corredor ecológico. Por un mes llevaba almuerzo para dármelo, muchas veces llegaba con su uniforme. En resumen. Se ha encargado de pagar la casa donde vivo con dos jóvenes; una niña y un niño. A los que le enseña a escribir y a leer
José Luis debe estar aún muy ocupado, en todo el día no ha llamado, solo dejó un mensaje en la madrugada donde dijo que se doblaba en turno, debe estar realizando favores para poder sacar tiempo para los quince de Viviana. ¡Estudiaba y trabajaba mucho! Sé que lo hace para terminar pronto su carrera, pero cada vez que viajo se me añuñe el alma al verlo tan flaco. No quiero que mi Niño se enferme. Eran las once de la noche y me he cansado de marcarle.—¿Hija, no piensas dormirte? —Papá ingresó en pijama, siempre hace el recorrido.—Sí, cuando José Luis se desocupe me llamará.—No estés pensando lo que no es. —sonreí.—No pienso nada de eso, pero anda trabajando y estudiando mucho papá.—Lo hace para regresar pronto —afirmé—. Descansa mi abogada hermosa.Ya era abogada, pero continúe de una vez la especialización, la hice con énfasis en derecho médico, mis prácticas las iba a hacer en la clínica del abuelo, en el área jurídica y la parte administrativa. Mi papá me dio un beso en la frent
Los quince de Viviana fue un parrandon, no paramos de bailar, mi coreografía quedó increíble, Cecilia en su papel de fotógrafa. El resto disfrutando, bailando y comiendo.—Y pensar que el mes entrante son los grados de la especialización de Cadie, luego el matrimonio. —comentó Paola.—Vamos a terminar como chupo de guardería.La boda de mi hermano será muy bonita. La van a celebrar en mi oasis, y eso me tenía llena de felicidad. Me pidieron permiso para llevar a cabo la ceremonia religiosa en su árbol. Ese que sembraron cuando Cadie tenía cuatro años y José Luis tres.Tienen otros, pero escogieron el primero. La algarabía, el desorden, el espeluque serían en La Sabanera. Ya Megan comenzó a ejecutar donde será el lugar de la celebración y también está a cargo del altar al lado de su árbol.Yo me encontraba agotada, fuimos unos de los primeros en marcharnos. Ya no podía con el ardor en el estómago. Nos despedimos, Hadassa estaba bobita del sueño y ni que decir de Rayan, caminaron como t
Comenzó a hablar mi padre, pero muy seguro más de uno lo hará.—Buenas noches. Seré breve, ya mi Sabanera me dijo que no le quite minutos.Todos soltamos carcajadas, mamá le torció los ojos al viejo. Ya sus cabellos se veían más grisosos, a sus sesenta y tres años y cincuenta y nueve se veían enteros. Espero Él de arriba los mantenga con muchos años más de vida.» Hijo es poco lo que puedo decirte que ya no sepas. Responsabilidad, velar por tu hogar, trabajar para solventar sus necesidades, todo eso lo tienes muy claro. Es gratificante y me llena de orgullo ver al hombre en el cual te has convertido. He tenido la dicha de contar con increíbles hijos.» Tres obsequiados por la vida y dos provenientes de mi sangre, ninguno a la fecha ha sido generador de problemas vergonzosos. Verlos a ustedes dos es confirmar una vez más, para mí, que las almas se pertenecen, desde que nacieron ustedes se decretaron uno del otro.Cadie tomó la servilleta de la mesa, se secó las lágrimas, y no era la ún
Terminé de arrear el ganado con Rigoberto. Los terneros fueron separados hasta mañana para luego poder ordeñar a sus madres. Así que me puse en la tarea de encerrarlos en el otro corral. Anoche en la reunión familiar, el motivo fue porque José Luis y Cadie están embarazados por primera vez. Fue un derroche de felicidad absoluta. Venía un nuevo bebé porque ya no había bebés en la familia. Todos habían crecido, los míos ya estaban en la universidad.Mientras realizaba mi labor recordé, los quince de mi hija, los de mis sobrinas, las exposiciones de Cecilia, los éxitos de Betty con todos sus libros. Era una escritora muy reconocida, la gente ha proclamado por el último libro de amigos y ella dijo que lo sacaba cuando yo cumpliera los cincuenta años. Faltan cuatro años para que lo haga.Las nuevas relaciones eran la de Diego y Viviana, ese par nos había hecho reír mucho. Como dijo él; ¡lo logró!, estaban comprometidos, pronto sería la boda. Ismael era veterinario recién graduado, se encar
Ingresé a la clínica, debía ser honesta con él. Hoy, cuando me lavé la boca me dieron ganas de vomitar, lo poco que expulsé fue una mancha amarilla, un reflujo horrible. Como si fuera materia, pero sin serlo, o eso creo, la acidez ha vuelto más seguido, no le digo nada a Dylan, después quien se lo aguanta, además he tenido mareos, cada que como me siento muy llena, el cabello se me estaba cayendo y el reflujo era insoportable.Algo debo de tener y no era normal, estos síntomas se han intensificado de un mes hacia acá. La secretaria de papá sonrió, una señora de unos casi sesenta años, tiene años siendo su soporte, mi madre la adora. —El doctor Robinson ya te espera.Le entregué una chocolatina, la saludé de besos en la mejilla. Toqué la puerta, escuché el «adelante». Al ingresar se encontraban mi padre, Lucas y José Luis. Todos ellos con mirada de se formó el merequetén en el pecho, sin que me dijeran, comprendí que mis exámenes tomados la semana pasada no salieron bien, y mis sínto