Hoy era sábado, era el cumpleaños de Cadie, ya cumple sus quince. Hace mucho encontré una carta entre mis archivos en la memoria, era una carta a mi hija del día en que llegué de la clínica, en su nacimiento. No se la entregué cuando la encontré en ese momento, Cadie era una niña cuando perdí la memoria, por eso hoy quería dársela también como un regalo por todos esos años compartidos con ella, desde ese momento ha sido mi motor, mis dos hijos lo son.El desayuno ya está listo, habíamos pedido de regalo un desayuno para todos, llegó hace unos cinco minutos, solo espero que su padre baje con nuestro regalo. Tomé la carta.Querida hijaNo encuentro otro medio en el cual pueda expresar mejor que a través de las letras y por eso hoy, en el primer día de tu vida quiero decirte, valió la pena haber decidido tenerte. Hace siete meses cuando me enteré de tu existencia, el primer regalo que me diste fue a tu tía Catalina (dicen que los niños siempre traen el pan bajo del brazo), pero tú, mi
El resto de la velada fue como lo habíamos planeado, el baile, la comida y el trago, cuando le íbamos a cantar el cumpleaños Cadie pidió la palabra.—Buenas noches. —Se veía muy sudada por todo lo que había bailado con sus amigos—. Quiero agradecer a Dios, porque me tiene viva, y a ustedes por ser parte de ella. Y por no hacerme caso cuando dije no quiero fiesta; le dije a mamá eso ya no existe, que iba a pasar mi bochorno por tener una corte con un grupo de compañeros, eso de bailar el vals, ¡O sea, nada que ver! —muchos rieron.» Pero La actual vivencia solo me demuestra que lo bonito se está perdiendo, nosotros los jóvenes estamos dejando ir los días sin disfrutar lo real y lo bello que es la vida en su simpleza. Y mi tía Catalina, a lo largo de dos meses ejerciendo el papel de nuestra coreógrafa, logró hacer de nosotros lo que ustedes vieron.» Tenía a mis amigas, pero era como si no las tuviera, pero de dos meses hacia acá, nuestra amistad es diferente. Gracias tía. Gracias por t
Samanta estaría con mis muchachos en La Arbolada, toda la tarde. Seguían con el tema de filmar un video con nuestros hijos y nietos, desea generar conciencia del medio ambiente. Ahora se le había metido en la cabeza que en las escuelas deberían de dar una clase ecológica.Ya muchos gremios de la construcción se habían unido al sello de su fundación, como Olga logró tener aceptación mundial, hasta reconocimiento les dieron, y Montería comenzó a ofrecer un mejor aire para sus habitantes. Algunos conjuntos no pueden tener un árbol en su casa, por eso la constructora incluye un parque lleno de árboles para sembrar en otro lado.Mi mujer también dejará un legado. En toda la ciudad las conocían como las hadas madrinas de la Madre tierra. Y se estaba creando una ola de conciencia, iban lentos, pero seguros como suele decir ella. Llegué a La Arbolada, vi los carros de mis hijas y mi suegro. Tomé la revista e ingresé a la casa.—¡Señor Rafa! Me dijeron que hoy no llegaba por estos lados. —Zule
No puedo creer la historia de Elsa. Ingresamos a la sala después que la abracé al verla, tantos años desaparecida. La veía diferente, lo último fue que me iba a contar lo que en verdad le pasaba, luego vino mi parto. Ella no pudo visitarnos, después mi segundo embarazo y desde ahí perdimos contacto, a ninguna de nosotros nos dieron información.—Parece una novela, ¿verdad?Se acarició su barriga de cuatro meses. Su hijo mayor tiene seis años, la segunda tres y el que viene en camino no sabe aún su sexo.—¿Así de miedo le tienes a tu papá?Sus ojos se llenaron de lágrimas. Los niños fueron invitados a jugar con mis hijos, sobrino y hermana. Dylan se fue a montar caballo con José Luis, el resto de la gente seguía dormida, después de ese sancocho quedaron noqueados más de uno.—Cata mi marido me espera en nuestra casa, mientras se calma la tormenta con mi padre y él pueda volver a trabajar con don Gerardo, enemigo de mi padre, el cual se parece mucho a mi marido. ¡Pero hoy me encontró!,
Parecía una película, Lucas se había puesto a mi lado por si pasaba algo, amaba esa manera de protegerme. Las niñas seguían en el carro.—Todo lo que diga puede ser utilizado en su contra. —Le recalcó Sofía—. Mi representada también le sumará a la demanda otros cargos por todo el daño psicológico ocasionado.—¡No hice nada en esta casa!—Mi representada es Elsa Sierra. —El hombre se quedó callado—. Se le va a ir muy hondo señor, si logro que su esposa confiese o sus secretarias no solo se le acusará de asesinato, si no de maltrato familiar y acoso laboral. Tenga un buen día.Esperamos a que todos los agentes se fueran con la abogada, quien tomó las firmas de Elsa para poder tener poder de representarla, la vi partir sin decirle nada a Megan. Parece que la vaina va de mal en peor entre ellas. Una vez en el interior de la casa, solo era una algarabía.—Ya tengo que irme.—Nada de eso. —dijo Catalina.—Don Gerardo llamó a Milton, él ya viene en camino. Hoy se quedan aquí. —Me acerqué a E
Nos mirábamos, la vi respirar antes de continuar hablando.—La sociedad nos estigmatiza, nos condena, apenas decimos que somos lesbianas, es peor que decir pedófilo, asesino, ratero o maltratador. La sociedad prefiere a una persona que aparenta ser normal, pero a escondidas hacen daño. Cabe decir que nuestra inclinación sexual es diferente, y automáticamente nos tildan de personas sin corazón, sin sentimiento y nos tachan de depravados.—No veo la necesidad de amargarte cuando puedes ser feliz. Sigo sin ver el motivo Megan. ¿Cuál es el motivo real?, porque si has batallado tanto, abandonas todo—Megan arrugó la frente.—Ya te lo dije, somos lesbianas.—¡A pues! Ni siquiera lo había notado. —Me encogí de hombros ante el sarcasmo—. He visto respeto de tu parte para con nosotros, no das espectáculos delante de los niños, han mantenido ese respeto decoroso. Cuando hacemos paseos con los adultos si muestran su amor. Pero respetan ante los abuelos y los niños. —Suficiente tenemos con la pr
Era el grado de Cadie. Toda la familia nos encontrábamos en la recepción realizada por mi hermana Betty, para celebrar que ya dejaba el colegio y en un par de meses ingresaba a su vida universitaria. Quería estudiar derecho, y con lo peleonera que era, le queda al pelo la profesión.Por motivos de invitación a la celebración de grado solo fueron sus padres, mis padres y nuestros abuelos. Al resto de la familia nos tocó esperarla en el restaurante reservado para todos y algunos amigos que se sumaran luego de su graduación.Desde ese beso dado en la finca de mi hermana no nos hemos vuelto a hablar, y extraño a mi amiga, extraño el abrazarla, el montar a caballo, su risa y esa constante búsqueda de sacarme de quicio.Teníamos tres meses de no dirigirnos la palabra más allá a un saludo, unos buenos días o unas buenas noches. Solo le escucho decir a mi hermana cuando habla con mi madre, informando que Cadie se encuentra en la edad de creerse libre. Quiere salir de fiesta en fiesta y a Bett
Me aceptaron en todas las universidades en las que me presente. Ahora con las cartas de admisión me sentaré con mis padres a definir cuál sería la mejor para salir egresado. Salí de mi cuarto, Catalina y Dylan llegaron con mis sobrinos.—Hola, tío.Saludó Rayan, no sé de dónde sacaron ese nombre, pero bueno, Hadassa corrió a abrazarme, le di un beso en el cachete.—Familia necesito hablar con ustedes.—Eso se escuchó serio. —comentó Cata, le di un beso en la frente—. ¿Debemos de llamar a Betty?Negué. Mi padre me miró. Caminé a la sala, los niños se fueron a jugar con la loca de Viviana, nos quedamos mis padres, Dylan y mi hermana mayor.» Pingüino me estás asustando.—Ese apodo ya no deberías usarlo, estoy más grande que mi papá y el viejo mide un metro con ochenta y ocho.—Si fuera así mi marido no me dijera, Bodoque.—Habla, hijo.—Ya falta un mes para graduarme, como siempre se los he hecho saber, seguiré la profesión de mi padre porque amo la medicina, deseo continuar con la dina