Me llamaron del jardín de Cadie, la profesora necesitaba hablar conmigo y con la psicóloga para mirar el comportamiento de la niña. La cual no ha sido lo mejor. Mi sonriente hija no ha vuelto a ser la misma.Todos en casa estaban arrepentidos por aconsejarme y por lo que hice. Menos Rafael y Dylan. Rafa me llamó, mientras estuve en Estados Unidos, para decirme que pensara con cabeza fría. Y Dylan dijo que en el tema de Cadie debería de hablarlo con Ricky.No hice caso. Me convencí de que era por dignidad… —apagué el auto en el parqueadero del colegio de mi niña. Fui recibida por la profesora.—¿Le pasó algo a Cadie?—Eso deseamos saber, mamita. La niña lleva más de dos meses siendo otra. —Nos miramos. Mi corazón se me alteró—. El protocolo de ante un cambio repentino de actitud de un niño lo tratamos con la psicóloga infantil.—Eso no se escucha bien.—Nosotros también nos preocupamos mamita. Cuando un niño cambia de modo tan repentino, como ocurrió con Cadie; quien pasó de ser una al
Cuando vi cómo estaba mi madre con sus pies hinchando, me vine de nuevo para la casa a cuidarla y mi monito lindo no se opuso. La señora María sí se quedó en La Arbolada. Gané el nombre, Dylan quería ponerle La Bodoque, ¡ni en sueños! Ni lo permita Dios. En últimas aceptó el nombre. En unos años nuestra finca estará llena de árboles por todos lados.Fui al cuarto de mamá, tomé las chanclas, bajé las escaleras en el momento que escuché el carro, Dylan acababa de llegar. Me acerqué al sillón donde esperaba mamá, los pies estaban porroquitos, parecían sapitos de lo hinchado—. Mami se ven muy gorditos.—Sí, me duelen Cata. Rafa no demora en llegar, va a poner el grito en el cielo. —comencé a hacerle masaje. Mi novio ingresó con un Lucas sonriente.—¡Tío! —Fue Cadie quien corrió de primero, Lucas la cargó girando con ella en brazos—. ¿Sabes si mi papi viene?Betty me miró, salía de la cocina con Mayo, preparando el postre de mañana, al escuchar que llegaba Lucas salió a saludar. La niña to
Saqué el discurso y con una sonrisa que no se me había quitado desde que vi a mi familia silbar emocionados.—Damas y caballeros, en esta ocasión y dado que lo tengo escrito, no escucharán mis solemnes expresiones.En ese momento mis compañeros soltaron las carcajadas, separé la vista del papel del discurso y los miré, no dije nada porque estábamos en un auditorio, por una vez me portaré sería.» Hoy es un día en el que conmemoramos nuestros logros personales, por eso hablaré de mi caso personal. Al final del discurso espero lograr mi deseo. El plantel docente me puso la tarea de realizar el discurso conmemorativo por lograr el título de licenciatura en danzas, lo cual agradezco y sé que no fue por el hecho de haber cursado cinco años en tres. Si no por el esfuerzo realizado para llegar a donde llegué.» Aquí donde me ven y quienes no me conocen, soy el resultado de esfuerzo, determinación y amor a la vida. Los compañeros de inicio de carrera conocieron a una mujer físicamente distint
El entrenamiento fue una mierda, me dolía todo el puto cuerpo, si me metí en esta mierda era con la intención de seguir volando y desde hace un par de meses solo era entrenamiento físico, esa información no fue dada el día de la inscripción, esto era para Lucían.Sonreí de mi propio pensamiento, habíamos pasado un mes en las montañas, congeladas en condiciones extremas. Cuando pregunté cuál era la intención de eso, la respuesta fue: si caes en territorio enemigo debes aprender a vivir de lo que te dé la naturaleza.¡Era una mierda!, pasé solo la mayor parte del tiempo y no sirvió para mi propósito. Quería olvidar y en la soledad lo único que puedes hacer era pensar. Todo el tiempo tuve a Betty en mi cabeza. En lo buena mentirosa era… pero fue tan convincente. En lo estúpido que volví a ser.Era cierto, ella no tenía nada conmigo, entonces, ¿qué le costaba decírmelo?, habíamos hablado mucho, eso era algo que debía de decirme, yo nunca he jugado con ella. Le grité que no quería verla nu
El señor del taxi no sabía que hacer, solo esperó a que me calmara un poco. No me podían quitar a mi hija, Cadie es parte de mi vida.—Joven, respire, tome el control de lo que le esté pasando. No tengo problema en esperar a que se calme, se ve muy alterado. Sin embargo, todo tiene solución, muchacho. Unas cosas pueden ser complicadas otras no.El señor no tenía idea del daño causad, juro que quería desaparecer del planeta. En ese momento llegó una llamada, y era Betty. El corazón casi se me detiene.—¡Betty!—¿Papi? —¡Ay, Dios!—¿Cadie? —La niña comenzó a llorar y yo igual—. Mi cielo no llores.—Mi mamá no sabe que te estoy llamando, hace poco se acostó, hoy fue la fiesta del grado de tía Cata.—¿Y qué haces despierta, cielo?—Papi… ¿Por qué me quitaste tu apellido? —El labio me tembló, que le respondes a una niña que sufre por las estupideces de los supuestos adultos—. ¿Tú quieres seguir siendo mi papá? —No creo que exista alguien en la vida más miserable que yo.—Mi amor, siempr
Solo fui consciente del desgarro de su voz y como ese mini cuerpecito rubio corría desesperada hacia mí. Al abrazarla la niña solo lloraba, en silencio yo también lo hacía, mientras me aferraba a ella, por fin volví a casa.Malditas estupideces las que me hicieron perder el rumbo. Al abrir los ojos vi cómo Betty daba media vuelta y se dirigía al interior de la gran casa, mis padres caminaban en mi dirección, Catalina, la señora Samanta, la abuela Rochi, la señora María y Paola lloraban. Cadie no me soltaba, mi hija se había aferrado a mí como si temiera que me fuera de nuevo, el problema era que ahora no podía decirle nada por qué no me iba a creer, debía reconstruir tantas cosas.—Hijo… Perdóname mi amor.—Tranquila mamá, el único culpable, aquí soy yo.—Dijiste algo sensato. —Papá me puso una mano en el hombro.—¿Viniste a hacer más cacorradas o ahora si vas a amarrarte bien los pantalones? —ese era el abuelo.—¡Creo que vas a necesitar buena cabuya!, porque el cinturón se te va a p
Ricky se quedó callado por un momento.—Debo hablar con ella y si amor, arreglaremos ese tema, ahora duerme.—No se te olvide. Mi mamá es muy misteriosa, se calla cuando llego, te voy a contar un secreto que mi mamá le dijo a tía Cata… —Era momento de interrumpir.—Hija…Ricky se levantó, seguía mirándome extraño y con ello me refiero a que parece estar esperando un regaño, un grito o un insulto. Lo miré.» ¿Me puedes dejar sola?—Siempre me han dado las buenas noches los dos.—Cadie, Ricky y yo no vamos a volver, seremos unos padres que criarán a dos hijos, hasta ahí llegará nuestra relación.No me atreví a mirarlo, si lo hacía se dará cuenta de que dolió lo dicho. Cadie me dio la espalda.—Betty…—Contigo hablo mañana, por favor.Tenía las manos empuñadas, se cruzó de brazos. Lo vi afirmar, le dio un beso en la frente a la niña y salió.» Cadie.—Ya me dormí mami. —me partió el alma verla así.—Hija, hay cosas que…—No entiendo si lloras casi todos los días con mis abuelas o mis tía
Amanecer con los sonidos típicos del campo cada día me gusta más. Esta mañana me levanté con el canto del gallo, Zuleima se despierta muy temprano, cuando bajé a ordeñar las vacas. Como dice el abuelo, ¿si tienes una finca y no ordeñas tú mismo las vacas, pa’ qué carajo tienes vacas? Si no ordeñas al menos levántate con los trabajadores y muéstrale respeto. Cata se quedó dormida, tenía una semana de dormir mucho y eso era por mi hijo o hija, como quisiera compartir la felicidad con mi Bodoque. Zule nos trajo el café a los corrales, yo había terminado de ordeñar mis vacas, las otras las hacía el marido de nuestra jefe de ayuda doméstica, como le dice Cata a Zule, una prima de Mayo, sobrina de la ilustre Chila. Su esposo Rigoberto, quien era el capataz de la Arbolada. Después de compartir el café con los trabajadores que consta por ahora de ellos, dos ayudantes más, uno para la finca y la muchacha más joven ayudaba en la casa. Decidimos quedarnos viviendo en la finca hasta que nos ent