El castigo se convirtió en caricia, en un asalto descarado a sus sentidos. Su lengua jugueteaba con la suya sensualmente. Ella entendió el significado al completo de la expresión “derretirse en los brazos de un hombre”. Le soltó las manos lentamente, como aún dudando de su reacción, pero ella estaba más que perdida en las sensaciones, los brazos de Allyson trazaron un camino por los hombros de Máximo hasta que rodeó su cuello y se pegó a él íntimamente, provocando que él respirara entrecortadamente al igual que ella. Notó al instante la fuerza de su erección y deseó fundirse de inmediato con él. Pequeños gemidos de placer escaparon de la garganta de Allyson cuando la mano de Máximo encontró uno de sus pechos y lo atrapó con una mano, dándole una deliciosa tortura. Su boca dejó la suya y avanzó por su mandíbula y cuello mientras su otra mano se introdujo en su vestido, llegando a su trasero para después seguir una ruta muy distinta hacia el centro de su feminidad. Allyson ya no pens
¿Ha sido agradable tu paseo en medio de la noche? – le dijo con el enojo impreso en la voz.No estaba paseando. – respondió ella, esforzándose como nunca para parecer tranquila.¡Vaya! ¿has decidido ser sincera y admitir que estabas buscando la manera de irte?No estaba buscando la manera de irme, a menos que el cobertizo sea en realidad una nave que pueda usar para escapar. – replicó burlonamente.¿Qué hacías allí? – preguntó ignorando la burla.Pregúntaselo a uno de tus gorilas. Ahora si me disculpas tengo mucha hambre, veré si Lola ya ha servido la mesa. Y por cierto no es tan tarde como para dar un paseo. Ah, se me olvidaba ¿quién es el jardinero? Quiero hablar con él.¿Acaso me dirás que te has resignado a estar aquí? – preguntó Máximo con los ojos entrecerrados.Claro que no, pero no tengo muchas opciones ¿verdad? He recordado el huerto como ya te habrás imaginado y prefiero pasar el tiempo allí que contigo.En eso no has cambiado por lo visto.¿A qué te refieres? – dijo confusa
De camino a su nueva habitación, Allyson barajeó sus posibilidades tomando en cuenta que ahora podía acudir a Gabriela si lograba salir, pero ¿estarían Vladimir y los demás custodiando la casa? ¿Podría salir en busca de la bicicleta y marcharse? ¿Pero por donde? La entrada principal no sería fácil de traspasar, entonces recordó que Máximo le había dicho que él se encargaría personalmente de ella por las noches, si eso era cierto en esos momentos solo estaban ellos y claro, el excelente dispositivo de seguridad que seguramente tendría la villa. Todas las puertas estaban cerradas ¿también las ventanas? Presurosa se dirigió a la habitación que ya sabía era la principal sin necesidad de preguntar.Y sin tiempo a detenerse más que por una fracción de segundo al ver la enorme y cómoda cama que se imponía en un sitio estratégico de la también enorme habitación.Buscó las ventanas que iban del piso al techo, al abrir una de ellas comprobó la altura y se dio cuenta que podría deslizarse fácilm
Posó sus manos en sus hombros y luego con ellas suavemente dibujó el contorno de sus senos, haciendo que estos se pusieran más tensos aún. Le deslizó el camisón por los hombros dejándola totalmente expuesta, casi desnuda a excepción de la tanga que llevaba del mismo color del camisón que ahora estaba a sus pies. Ella avanzó hacia Máximo y él la estrechó en sus brazos devorándola con su boca, Allyson respondió con la misma hambre de pasión, esta vez sin contención por parte de ninguno de los dos. Su cuerpo lo recordaba, su cuerpo lo anhelaba y no dejaría que nada se interpusiera.La llevó a la cama sin dejar de besarla ni un instante.Su boca empezó a alejarse de la ella y Allyson muy a su pesar, emitió un leve sonido de protesta, al verle el rostro a Máximo vio la diversión mezclada con el deseo.No seas impaciente. – Le dijo.No lo soy. – mintió y empezó a buscar de nuevo el contacto con esos labios que la volvían loca.Pero él no se lo permitió y su boca recorrió nuevos senderos, ll
- Buenos días. – Le dijo suavemente, con una sonrisa burlona. - ¿Has dormido bien?Ella levantó el rostro inmediatamente para mirarlo, reuniendo el coraje suficiente para que no viera lo que provocaba en ella.- Bien, gracias. – Mirándolo con furia, añadió – Una que otra molestia, pero nada que no pueda evitar la próxima vez.- Así que has decidido denominar como molestia lo que pasó anoche entre nosotros. – dijo soltando una carcajada.- Fue solo sexo y nada más que eso. Algo que pienso evitar de ahora en adelante.- ¿Solo conmigo? ¿O el resto de los hombres también se van a perder de tus encantos?Ella se puso pálida de furia y la mirada de él fue totalmente cruel acorde con sus palabras. Alzó una mano para abofetearlo, pero él se lo impidió, aún así con la mano libre tomó la copa de agua que tenía cerca y se la arrojó a la cara mojándole el rostro y parte de su impecable camisa. La cara de Máximo reflejó el enojo que sentía y ella se sintió dichosa por haber logrado enfadarlo. Se l
Él no retrocedió en su postura y ella tampoco lo hizo, las discusiones aumentaron y siempre empezaban igual y acababan en lo mismo, con los dos en la cama. Había incrementado la seguridad a su alrededor. Hubiera despedido a todos si ella no hubiera insistido en que no lo hiciera. Sus guardaespaldas sabían que con ella ya era el juego del gato y el ratón. No lograban averiguar como lo hacía. Sin que la vieran había escuchado que decían que era una bruja por desaparecer como por arte de magia. No pudo evitar romper a reír a carcajadas. Provocando las miradas avergonzadas y las disculpas por parte de los implicados. No se preocupen, les había dicho ella. Era chistoso, pero los apreciaba y sabía que era reciproco, aunque ella era un auténtico dolor de cabeza para ellos. A veces se sentía mal por que se tenían que enfrentar a la furia monumental de Máximo. Pero no se podía permitir ser débil, si no, Máximo no respetaría sus derechos.Las cosas con su esposo no iban precisamente bien, veía
Muy sonrientes salieron los que se encargaban de la casa Cyril y su esposa Althea a recibirlos. Ella los reconoció enseguida y les sonrió encantada.Bienvenidos.– dijo Cyril al verlos.Es un placer verlos de nuevo. – dijo una sonriente Althea.Muchas gracias. – respondió ella automáticamente en griego. Máximo la miró con los ojos entrecerrados y ella quiso darse de topes contra una pared, había hablado en griego sin pensar dando a entender que ya recordaba.Cyril, Althea ¿Cómo han estado? ¿Cómo está todo? – preguntó Máximo sujetándola por el codo y guiándola adentro de la casa.Como siempre que entraba, se quedó maravillada por el esplendor de la villa que radicaba en su sencilla elegancia. La primer planta de las dos que tenía, daba vistas espectaculares al igual que la planta alta por los múltiples ventanales, algunas de ellas daban a la terraza larga y aireada. Disponían de una piscina que daba a la parte de atrás de la casa. Y claro, la planta alta daba vistas no solo al mar si no
La cena no fue precisamente la más animada de su vida. Lo único que deseaba era marcharse a su habitación y alejarse de él. Tenerlo tan cerca y saberlo tan lejos era un suplicio para ella. Respondía con monosílabos a los intentos de conversación que él generaba y Máximo terminó impacientándose.Se levantó de la mesa le tomó el rostro con las dos manos y la besó sin darle tiempo a evitarlo. Prolongó el beso hasta que casi se quedaron sin respiración, pero aún así ella deseó más. Se separó bruscamente y la dejó allí sentada con los labios palpitantes y el deseo recorriendo sus venas.Momentos más tardes oyó el helicóptero alejarse y la casa se le antojó enorme y vacía. Estando en la cama lista para dormirse se sintió fatal, por que su cuerpo lo añoraba, por que toda ella quería que él estuviera a su lado en esa cama enorme y odiándolo por provocarle todo ello y odiándose ella misma por permitirle estar tan dentro de su ser y por tener esa maldita amnesia que no le permitía descubrir lo