Muy sonrientes salieron los que se encargaban de la casa Cyril y su esposa Althea a recibirlos. Ella los reconoció enseguida y les sonrió encantada.Bienvenidos.– dijo Cyril al verlos.Es un placer verlos de nuevo. – dijo una sonriente Althea.Muchas gracias. – respondió ella automáticamente en griego. Máximo la miró con los ojos entrecerrados y ella quiso darse de topes contra una pared, había hablado en griego sin pensar dando a entender que ya recordaba.Cyril, Althea ¿Cómo han estado? ¿Cómo está todo? – preguntó Máximo sujetándola por el codo y guiándola adentro de la casa.Como siempre que entraba, se quedó maravillada por el esplendor de la villa que radicaba en su sencilla elegancia. La primer planta de las dos que tenía, daba vistas espectaculares al igual que la planta alta por los múltiples ventanales, algunas de ellas daban a la terraza larga y aireada. Disponían de una piscina que daba a la parte de atrás de la casa. Y claro, la planta alta daba vistas no solo al mar si no
La cena no fue precisamente la más animada de su vida. Lo único que deseaba era marcharse a su habitación y alejarse de él. Tenerlo tan cerca y saberlo tan lejos era un suplicio para ella. Respondía con monosílabos a los intentos de conversación que él generaba y Máximo terminó impacientándose.Se levantó de la mesa le tomó el rostro con las dos manos y la besó sin darle tiempo a evitarlo. Prolongó el beso hasta que casi se quedaron sin respiración, pero aún así ella deseó más. Se separó bruscamente y la dejó allí sentada con los labios palpitantes y el deseo recorriendo sus venas.Momentos más tardes oyó el helicóptero alejarse y la casa se le antojó enorme y vacía. Estando en la cama lista para dormirse se sintió fatal, por que su cuerpo lo añoraba, por que toda ella quería que él estuviera a su lado en esa cama enorme y odiándolo por provocarle todo ello y odiándose ella misma por permitirle estar tan dentro de su ser y por tener esa maldita amnesia que no le permitía descubrir lo
Allyson gritó y se pegó a una roca que sobresalía en el agua viendo por donde salir lo más rápido posible. Justo en ese momento emergía Máximo del agua y ella en lo único en que pensó fue en la belleza que sólo un Dios Griego podía tener y que le había sido dada a ese mortal que tenía por marido.Imponente, bello, increíblemente guapo era lo único en que pensaba. El agua resbalaba por su piel de oro y ella quiso deslizar la lengua por esas gotas que cubrían su pecho. Exudaba sexo y su mirada oscurecida ya estaba cubierta y cargada de deseo. Allyson tenía el aparente refugio del agua para ocultar su desnudez, pero el agua era tan cristalina que se veía todo y así es como pudo ver la evidente prueba de deseo de Máximo por ella. Él se acercó a ella sin decir una sola palabra, ella debería haber tenido miedo o haberle dicho algo, pero estaba terriblemente excitada, las ansias de ese hombre, por tenerlo dentro de ella la consumían. El hecho de estar en aguas frías no menguaba para nada la
Lo siento. – Y la abrazó de nuevo.Ya pasó. – Se obligó a sonreír, pero solo logró una sonrisa temblorosa. – Creo que exageré.No pasa nada. El médico no ha de tardar en llegar.No quiero ver a ningún médico.Por supuesto que lo verás.Necesito descansar y solamente eso.Lo harás, pero primero verás el médico ¿entendido?Está bien.– se sentía tan débil que no protesto más.El sonido de la puerta los interrumpió.Es él, un médico retirado que vive en el pueblo.Minutos después el médico se despedía dejando a Allyson durmiendo, debían llevar las cosas con calma había dicho. Evitarle tensiones y estrés, de por sí su situación era complicada no había por que añadirle más le había dicho el médico con cara de culparlo a él por lo ocurrido. Lo cierto es que esos días había tratado por todos los medios de hacerla sentir bien y en el proceso él se había sentido de maravilla, olvidándose por completo de su venganza. Quedaba algo lejano el recuerdo de su traición, al menos todos esos días tenien
Los ojos de Máximo despreciativos y crueles culpándola de adulterio y rechazando el bebé estaban marcados ya en su mente. Ahora lo que quería saber era si realmente había sido culpable, que es lo que había hecho para merecer el castigo de su rechazo, él la había seguido reteniendo a pesar de lo que pensaba de ella, si era así había tenido una oportunidad de recuperarlo, entonces ¿Por qué había tenido que huir? ¿No había soportado que él no solo no la amara, sino que también la despreciara? ¿Era por el bebé? Pero no había bebé pensó sintiéndose repentinamente vacía. Por lógica sabía que lo había perdido ¿era eso lo que había hecho dejarlo? Se apretó las sienes tratando de obligar a su cerebro a darle más información, a que se la diera toda. Se abrió la puerta y alzó el rostro. Lo vio entrar y quedarse frente a la cama viéndola y con aspecto de estar batallando con sus propios demonios. Ella alzó sus brazos hacia él, quería sentirlo, quería que la abrazara y sobre todas las cosas quería
¡Maldito! ¡Mil veces maldito! Repetía Jaquie la frase que ella ahora ya usaba con frecuencia al menos en su cabeza para referirse a Máximo, solo que su querida amiga la usaba para referirse a un hombre igual de atrayente que su marido e igual de rata. Jaquie parecía una diosa griega en busca de venganza, de sus ojos salían chispas y cuando se fijó un poco más lágrimas ¿Jaquie llorando? El verla así había angustiado a Allyson y se había apresurado a sacarla del lugar donde se realizaba esa fiesta lejos del famoso Stefano Troyano ¡claro! Por eso se le había hecho familiar la cara de ese despiadado magnate ¿era coincidencia que fuera familia de Máximo? No. Se dijo con dureza, llevaban en la sangre el hacer sufrir a las mujeres que realmente los amaban. Aunque Allyson no sabía si ella era inocente o no, una vocecita dentro de ella le dijo que no tenía por que arrepentirse de nada ¿era su diablito interior el que le decía eso? Sonrió con ironía.¿Qué sucede? – preguntó él al verla quedarse
Pasó un poco más de tiempo hablando con su abuela y tranquilizándola por el hecho de que vivía con Máximo de nuevo, puesto que ella era la única que había visto como había sufrido por ese hombre.No había logrado información que le ayudara a terminar el rompecabezas que tenía ante sí. William era la última opción, si su corazón palpitaba rápido al hablar con Mabel, ahora lo sentía desbocado y nuevamente las sensaciones se agolpaban en su mente y su cuerpo con tanta rapidez que no lograba descifrarlas.Llamó a la casa de William en Londres y nadie respondió, lo mismo a su móvil y nada. Llamó a Florencia, al museo donde habían trabajado y donde de vez en cuando él colaboraba. No supieron decirle donde estaba. Dejó recados en el contestador de su casa como en las oficinas del museo. Era raro que nadie supiera donde estaba, era un hombre conocido y su rastro había desaparecido. Con más fuerza que nunca su corazón le decía que él era la llave para abrir lo que tan encerrado mantenía su men
Sintiendo un repentino deseo de mandar todo al diablo incluyéndolo a él se giró bruscamente a mirarlo y no se había equivocado pues él la observaba y seguía haciéndolo sin pestañear ¡maldito fuera! Sentía que ya empezaban a subírsele los colores a la cara. Él hizo un asomo de sonrisa irónica y ella quiso abofetearlo.¿Qué es tan divertido? – dijo sin poder contenerse.Tú. – respondió con una evidente sonrisa maliciosa en la cara.No sabes cuanto me emociona alegrarte la noche. – repuso irónica – No sabía que soy una especie de payasa personal.Estás muy rara esta noche.Y yo que pensé que nunca había estado más normal en mi vida.¿Es por la exposición? ¿por las personas que veremos?Esas preguntas las había hecho suavemente, pero Allyson percibió que encerraban algo más ¿verían a personas que ella ya había conocido antes? ¿Algo que la ayudara a recordar? Pero algo le dijo que no era eso, él se lo habría dicho.Aunque sea por un poco de consideración a ella pues era probable que pudier