CAPÍTULO SIETEEl atardecer se reflejó en el ventanal que se mantenía abierta para hacer circular el aire de la habitación. Aiden se sentó a los pies de la cama de invitados y Emily seguía apoyada en el respaldo de la misma con las rodillas encogidas hacia su pecho, protegiéndose de si misma.Ambos escucharon como Adele cerraba la puerta con un golpe sordo, por lo que ahora estaban solos, y eso los ponía un poco nerviosos, ya que el ambiente seguía tenso.—¿Cómo lo llevas? —preguntó cauteloso Aiden, midiendo las reacciones de Em.Ella sabía que se refería al desastre que era su familia. Estaba avergonzada de que Aiden pagara su libertad.—Dentro de lo que se puede, estoy bien, gracias cariño —contestó la joven suavizando su voz y le dio una sonrisa que no llegó a sus ojos oscuros.Aiden la contempló con los ojos entrecerrados y le movió un mechón de su cabello azabache que le caía por la frente, para despejar su bello rostro. Ella cerró los ojos con fuerza ante el sutil toque que la p
CAPÍTULO OCHOLuego de cenar en la terraza, Emily fue a tomar una ducha que estaba en la habitación de invitados, se lavó los dientes y se echó la crema de jazmín en todo el cuerpo que Aiden le había regalado, pero olvidó que no tenía ropa limpia, ya que luego de salir del restaurante nunca más volvió a su casa.Sin embargo, al día siguiente de la denuncia, Adele se ofreció para ir a buscar algunas de sus pertenencias a la casa de Livia, solo lo necesario para poder subsistir algunas semanas.Pero cuando Adele llegó a la vivienda de la familia Harper, fue echada entre gritos y palabras groseras a la calle por Daphne, quien además en un intento de hacerle daño a su hermana, había quemado todas sus pertenencias dejándola sin nada más que lo puesto, que era el top y falda de mal gusto que la obligaba su madre a usar para atender a los borrachos del bar.Para Emily era otro golpe que tenía que soportar aun cuando le destrozara la indiferencia de su propia sangre, pero se resignó a no cont
CAPÍTULO NUEVEAlex abrió la puerta de la oficina de Aiden y asomó la cabeza fijándose en su hermano mayor, que seguía trabajando detrás de su escritorio. En la laptop tecleaba sumamente concentrado y con el ceño fruncido ansioso de terminar rápido.Esta mañana había dejado a Emily desnuda durmiendo plácidamente en su cama, que por un breve instante dudo en si venir o no trabajar. Al final, con toda la pereza que su cuerpo tenía, había ganado el deber por sobre el placer, ya que tenía que solucionar otro problema que lo aquejaba.—¡Hey Kamikaze! —Lo interrumpió Alex pegando un gritito agudo.Aiden levantó su cabeza y gruñó por lo entrometido de su hermano menor. Solo quería terminar el maldito proyecto para largarse a pagar la deuda que había prometido por la libertad de Emily.—Recuerda la comida familiar que tenemos el sábado —anunció su hermano—. Mamá está ansiosa por tenerla, porque quiere presentarte la hija de una amiga de ella, ya sabes lo obsesionada que esta con que tu tengas
CAPÍTULO DIEZAiden salía de la oficina con el tiempo justo para juntarse con Daphne.Estaba decidido a deshacerse de la familia Harper como sea, por eso llevaba el maletín lleno de dólares y el acuerdo contractual que había redactado su abogado con el fin de que los Harper desaparecieran de la vida de Em.El abogado a cargo era el mismo que representaría a Emily en el juicio contra Livia.El ascensor se abrió y Aiden caminó por el estacionamiento subterráneo hasta su vehículo. Dejó todo en el asiento del copiloto y manejó en su bugatti hasta el barrio antiguo en donde vivía Em.La hermana mayor de los Haper, también se estaba preparando. En su mente solo evocaba las formas que tendría que usar para seducirlo.Al final, era hombre, y los hombres siempre se guiaban por el instinto básico de macho dominante. Ella solo tenía que ser coqueta y juraba que Aiden caería a sus pies.Daphne haría hasta lo imposible para que el joven dejará a la tonta de Emily y se fijara en ella.Por eso Daphn
CAPÍTULO ONCEAiden no entendía nada, pero lo único que quería era terminar el estúpido trato y correr al departamento para conocer la respuesta de Emily.En la cabeza del joven empresario nacieron decenas de panoramas. Se había dicho así mismo que esperaría un tiempo prudente hasta que ella estuviera lista para tener una relación amorosa, pero si ambos querían lo mismo ¿Para qué esperar? Se golpeó la cabeza con la palma de su mano por lo imprudente.—Soy un imbécil —alegó arrepentido de aquella proposición—. ¿Cómo se me ocurre pedirle que sea mi novia por teléfono? ¡A la mierda! Voy a terminar con esto y la voy hacer mía.Aiden estaba decido hacer funcionar su relación con Emily. Luego pasaría por un ramo de rosas rojas y una botella de champagne para celebrar, era imposible que su Emily le dijera que no y se prometió compensarla por lo poco romántico que fue.Por eso no perdió más tiempo y tomó el contrato, el maletín y se bajó de su bugatti negro, sin embargo, ante de tocar el timb
CAPÍTULO DOCEDaphne odió la actitud del magnate poderoso que imponía Aiden, ya que le hizo sentir como si fuera una cucaracha que fuera aplastar con la zuela de su zapato brillante y caro. Él no había caído en sus redes, y eso la hacía rechinar los dientes de frustración.Tomó su vestido con la sangre hirviéndole en sus venas, fue a buscar su teléfono y comenzó a planear otra estrategia de ascenso, que en un arrebato una idea se le cruzó por su mente retorcida.Primero llamó a Harry, uno de sus amigos con el que siempre tenían encuentros íntimos. Lo invitó a su casa y cuando llegó bebieron el espumante hasta sentirse mareados. Luego entraron en calor y comenzó a desnudarlo para follarselo en el sillón. Daphne se balanceaba sobre las caderas de su amigo mientras un placer inexplicable le recorría el cuerpo, Harry se escondió el rostro en el cuello de Daphne, que le dio el ángulo perfecto para sacar una fotografía mostrando como tenía sexo con un chico de cabello azabache, el mismo co
CAPÍTULO TRECE—Es Daphne —dijo Emily cuando vio quien la llamaba.—Contéstale si quieres —mencionó Aiden con esa pizca de desinterés que le provocaba las Harper.Ahora que el joven lo pensaba mejor y que todas las cartas estaban sobre la mesa, él deseaba que Emily llevará lo más pronto un anillo de compromiso en su dedo anular y su elegante apellido, que se encontró fantaseando otra vez con vivir una vida con Emily.Algo volvió apretarle la garganta, por lo rápido que estaba cayendo ante la chica de ojos oscuros como la noche.Emily le hizo caso y puso el teléfono en altavoz para que ambos escucharan y luego se inclinó en la mesa para alcanzar el vaso con soda. Le dio un sorbo para refrescar su garganta que se había colocado algo seca.En tanto, Daphne estaba en su habitación, tirada en su cama, vestida con su camisón de seda completamente sola. Había buscado el número de su hermana para hacer sentir a Emily que ella era una ingenua y una tonta por creer en alguien como Aiden, porque
CAPÍTULO CATORCELa mañana del sábado había llegado más luego de lo esperado.Era pleno verano y el sol ya pegaba en los grandes ventanales que estaban abiertos, los rayos solares otorgaban luminosidad y tranquilidad a todo el departamento en el cual predominaba el color blanco.La brisa fresca marina movía las cortinas y erizaba la piel de Aiden, que estaba tan solo en bóxer azul, cocinando un simple desayuno para Emily.Huevos, tostadas, jugo natural y café. Era un clásico que ambos amaban, pero él no estaba muy concentrado que en un desliz se le quemaron las tostadas colocándose negras y el huevo quedo un poco seco, todo esto debido a que hoy era el esperado almuerzo familiar y él no le había dicho nada a Emily.Su madre le había enviado un mensaje a las siete de la mañana, despertándolo y obligándolo a asistir, quisiera o no tenía que estar en esa reunión familiar, pero Aiden no estaba de humor para las preguntas intrusas y fuera de lugar de su familia.Los últimos almuerzos famil