CAPÍTULO CINCO—Buenas tardes a todos —saludó el policía que tenía un traje azul y una placa plateada en el lado izquierdo de su pecho—. Hay una denuncia que debe ser investigada.Emily tragó saliva cuando el segundo policía la observaba de pies a cabeza, detallando las heridas que eran imposibles de ocultar.—¿Es usted Emily Harper? —siguió hablando.La joven asintió y entonces el policía suspiró al ver el mutismo de la chica.Había tenido casos parecidos, y denunciar la violencia intrafamiliar era lo más difícil del mundo, porque jugaban en contra un montón de factores, el cariño, la conciencia, la culpa. Las víctimas tendían a justificar a sus victimarios, por eso decidió pedirle a la joven que hablaran a solas, para que ella se sintiera más cómoda.Emily contempló a Aiden, y Aiden le tomo la mano dándole un leve apretón para mostrarle ese apoyo que tanto necesitaba.—¿Puede estar él, mientras hago la denuncia? —preguntó Emily con el fin de que el policía accediera, ya que no sabía
CAPÍTULO SEISDaphne, la hermana mayor de Emily, no podía creer lo que realmente estaba ocurriendo a su alrededor, ni como su vida planeada minuciosamente se estaba desmoronando después de trabajar tan duro en sus propósitos.La mayor de las Harper se agarraba la cabeza, mientras seguía sentada en la arruinada casa que su padre le había dejado. Se sentía con ganas de destruir el mundo y a su estúpida y llorona hermana menor que había abierto la bocotá para salvarse de la miseria de vida que llevaba.Ella reconocía que en ocasiones su madre era dura con Emily, pero eso no le daba el derecho de enviarla a la cárcel.Daphne estaba confiada que Emily le estaba arrebatando los planes que siempre tuvo de pequeña, ya que su madre Livia siempre había sido la aliada de todos sus caprichos. La había criado con amor y sobre todo con la ambición de ser la mejor. El dinero era su prioridad.Pero ahora con veinticinco años estaba de brazos cruzados sin nadie a quien recurrir, tampoco podría ir al
CAPÍTULO SIETEEl atardecer se reflejó en el ventanal que se mantenía abierta para hacer circular el aire de la habitación. Aiden se sentó a los pies de la cama de invitados y Emily seguía apoyada en el respaldo de la misma con las rodillas encogidas hacia su pecho, protegiéndose de si misma.Ambos escucharon como Adele cerraba la puerta con un golpe sordo, por lo que ahora estaban solos, y eso los ponía un poco nerviosos, ya que el ambiente seguía tenso.—¿Cómo lo llevas? —preguntó cauteloso Aiden, midiendo las reacciones de Em.Ella sabía que se refería al desastre que era su familia. Estaba avergonzada de que Aiden pagara su libertad.—Dentro de lo que se puede, estoy bien, gracias cariño —contestó la joven suavizando su voz y le dio una sonrisa que no llegó a sus ojos oscuros.Aiden la contempló con los ojos entrecerrados y le movió un mechón de su cabello azabache que le caía por la frente, para despejar su bello rostro. Ella cerró los ojos con fuerza ante el sutil toque que la p
CAPÍTULO OCHOLuego de cenar en la terraza, Emily fue a tomar una ducha que estaba en la habitación de invitados, se lavó los dientes y se echó la crema de jazmín en todo el cuerpo que Aiden le había regalado, pero olvidó que no tenía ropa limpia, ya que luego de salir del restaurante nunca más volvió a su casa.Sin embargo, al día siguiente de la denuncia, Adele se ofreció para ir a buscar algunas de sus pertenencias a la casa de Livia, solo lo necesario para poder subsistir algunas semanas.Pero cuando Adele llegó a la vivienda de la familia Harper, fue echada entre gritos y palabras groseras a la calle por Daphne, quien además en un intento de hacerle daño a su hermana, había quemado todas sus pertenencias dejándola sin nada más que lo puesto, que era el top y falda de mal gusto que la obligaba su madre a usar para atender a los borrachos del bar.Para Emily era otro golpe que tenía que soportar aun cuando le destrozara la indiferencia de su propia sangre, pero se resignó a no cont
CAPÍTULO NUEVEAlex abrió la puerta de la oficina de Aiden y asomó la cabeza fijándose en su hermano mayor, que seguía trabajando detrás de su escritorio. En la laptop tecleaba sumamente concentrado y con el ceño fruncido ansioso de terminar rápido.Esta mañana había dejado a Emily desnuda durmiendo plácidamente en su cama, que por un breve instante dudo en si venir o no trabajar. Al final, con toda la pereza que su cuerpo tenía, había ganado el deber por sobre el placer, ya que tenía que solucionar otro problema que lo aquejaba.—¡Hey Kamikaze! —Lo interrumpió Alex pegando un gritito agudo.Aiden levantó su cabeza y gruñó por lo entrometido de su hermano menor. Solo quería terminar el maldito proyecto para largarse a pagar la deuda que había prometido por la libertad de Emily.—Recuerda la comida familiar que tenemos el sábado —anunció su hermano—. Mamá está ansiosa por tenerla, porque quiere presentarte la hija de una amiga de ella, ya sabes lo obsesionada que esta con que tu tengas
CAPÍTULO DIEZAiden salía de la oficina con el tiempo justo para juntarse con Daphne.Estaba decidido a deshacerse de la familia Harper como sea, por eso llevaba el maletín lleno de dólares y el acuerdo contractual que había redactado su abogado con el fin de que los Harper desaparecieran de la vida de Em.El abogado a cargo era el mismo que representaría a Emily en el juicio contra Livia.El ascensor se abrió y Aiden caminó por el estacionamiento subterráneo hasta su vehículo. Dejó todo en el asiento del copiloto y manejó en su bugatti hasta el barrio antiguo en donde vivía Em.La hermana mayor de los Haper, también se estaba preparando. En su mente solo evocaba las formas que tendría que usar para seducirlo.Al final, era hombre, y los hombres siempre se guiaban por el instinto básico de macho dominante. Ella solo tenía que ser coqueta y juraba que Aiden caería a sus pies.Daphne haría hasta lo imposible para que el joven dejará a la tonta de Emily y se fijara en ella.Por eso Daphn
CAPÍTULO ONCEAiden no entendía nada, pero lo único que quería era terminar el estúpido trato y correr al departamento para conocer la respuesta de Emily.En la cabeza del joven empresario nacieron decenas de panoramas. Se había dicho así mismo que esperaría un tiempo prudente hasta que ella estuviera lista para tener una relación amorosa, pero si ambos querían lo mismo ¿Para qué esperar? Se golpeó la cabeza con la palma de su mano por lo imprudente.—Soy un imbécil —alegó arrepentido de aquella proposición—. ¿Cómo se me ocurre pedirle que sea mi novia por teléfono? ¡A la mierda! Voy a terminar con esto y la voy hacer mía.Aiden estaba decido hacer funcionar su relación con Emily. Luego pasaría por un ramo de rosas rojas y una botella de champagne para celebrar, era imposible que su Emily le dijera que no y se prometió compensarla por lo poco romántico que fue.Por eso no perdió más tiempo y tomó el contrato, el maletín y se bajó de su bugatti negro, sin embargo, ante de tocar el timb
CAPÍTULO DOCEDaphne odió la actitud del magnate poderoso que imponía Aiden, ya que le hizo sentir como si fuera una cucaracha que fuera aplastar con la zuela de su zapato brillante y caro. Él no había caído en sus redes, y eso la hacía rechinar los dientes de frustración.Tomó su vestido con la sangre hirviéndole en sus venas, fue a buscar su teléfono y comenzó a planear otra estrategia de ascenso, que en un arrebato una idea se le cruzó por su mente retorcida.Primero llamó a Harry, uno de sus amigos con el que siempre tenían encuentros íntimos. Lo invitó a su casa y cuando llegó bebieron el espumante hasta sentirse mareados. Luego entraron en calor y comenzó a desnudarlo para follarselo en el sillón. Daphne se balanceaba sobre las caderas de su amigo mientras un placer inexplicable le recorría el cuerpo, Harry se escondió el rostro en el cuello de Daphne, que le dio el ángulo perfecto para sacar una fotografía mostrando como tenía sexo con un chico de cabello azabache, el mismo co