Luego, todos regresaron a la habitación y Zane ayudó a Kiara a recostarse de nuevo en la cama.

"¿Te sientes mejor, mi amor?", preguntó mientras le acariciaba el pelo y ella asentía.

"Sí, me siento mejor. Creo que mis heridas están empezando a sanar", murmuró y él asintió antes de besarla en los labios.

"Daniel, ¿has conseguido alguna pista sobre el monstruo?". Daniel negó con la cabeza y dejó escapar un suspiro.

"Por alguna razón ese monstruo no ha querido atacar. No ha habido señales de él y está empezando a parecer que todos nos lo hemos imaginado". Zane asintió.

"Lo atraparemos pronto, estoy seguro. Ese monstruo no puede permanecer oculto mucho tiempo". Luego se volvió hacia Kiara y sujetó su mano.

"Estoy seguro de que mañana tus heridas habrán sanado. Haré que transporten a mi casa todas las cositas que tenías en la tuya porque allí te quedarás a partir de ahora. Necesito tenerte siempre vigilada". Ella asintió, ni siquiera intentó discutir. Él tenía razón, ella estaría a sal