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Capítulo ciento sesenta y tres
El silencio era ensordecedor mientras Zane miraba fijamente al doctor.

"¿Qué acaba de decir?", soltó Zane lentamente. Anastasia se aclaró la garganta y se giró hacia el doctor.

"Gracias, yo me encargaré desde aquí". El doctor inclinó la cabeza y salió apresuradamente de la habitación mientras ella se giraba de nuevo hacia Zane.

"Zane, cálmate". Él la miró como si le hubieran crecido dos cabezas.

"¿Que me calme? ¿Sabes la gravedad de lo que acaba de decir el doctor? Kiara no puede enterarse de esto. Ella... ella no puede...".

"Respira Zane. Ella tiene que tener voz en esto". Zane sacudió la cabeza.

"Si... si el doctor mata al bebé antes de que ella despierte entonces...".

"Zane, piensa en lo que estás diciendo".

"No puedo perderla Anastasia. Haría lo que fuera para salvarla, incluso si eso significa renunciar a nuestro hijo, pero Kiara nunca renunciaría a nuestro hijo. Ella preferiría morir antes que dejar que otro niño muera y no puedo dejar que eso suceda, Anastasia. Tenemos q
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