Leonel:
El tiempo parece haberse detenido, todo a mi alrededor se mueve en cámara lenta — ¡Se está besando con otro! ¡Y con ese imbécil! — Pienso, mientras cierro el puño, clavándome las uñas en la palma y una enorme presión se apodera de mi pecho, es parecida a un dolor fuerte — ¡A lo que has llegado Serrano! — me digo a mi mismo, viendo a Jenny guindada del cuello de ese proyecto de hombre, fundiéndose en un beso que desde aquí luce muy apasionado.
Aprieto los ojos tragando grueso y mojo mis labios ligeramente con la lengua, mi mente se ha quedado en blanco, incluso no tengo ganas de salir al ataque y poner en su sitio a ese idiota que se está metiendo con quien consideraba mía, — Pero que veo no es así — Por lo que no viendo más remedio, doy la vuelta y me marcho de allí con la rabia con
Jenny: Estos hombres no dejaron de matarse con la mirada, por supuesto, no pasó mucho tiempo antes que llamáramos la atención de un grupo de personas — No puede ser, otro show en menos de dos días — pienso, abrazada a mi carpeta.— ¿Qué fue lo que dijo bachiller? — respondió Leonel con tono inflexible.Se llevó las manos a la cintura y acortó la distancia entre ellos, clavó sus fríos ojos sobre Adrián para intimidarlo. Todo su lenguaje corporal era desafiante, hacia valer su posición de autoridad; me dejó sorprendida, pensaba que perdería la compostura, pero no, todo lo contrario, se comportó como el profesional que se supone que es.— Dije que no es su problema… Profesor.Los ánimos se caldeaban rápidamente, es especial luego del tono de burla que Adrián emple&oa
— ¡Devuélveme eso Fanny! — Me le voy encima tratando de quitarle mi teléfono.— ¡Mira cómo te pones! Le voy a responder — Al escucharla, intensifico el forcejeo hasta recuperar el móvil. Sin pensarlo dos veces, rechazo la llamada y un repentino alivio recorre mi cuerpo.— Eso no fue gracioso.— Me vas a seguir negando que pasa algo con ese profesor.— Son idea tuyas, no está pasando nada.— Entonces ¿Por qué te llamo?— No lo sé… Y ya, tuve un día demasiado pesado Fanny no tengo ganas de hablar del tema.— Entonces, vas a seguir con el misterio. Está bien, pero recuerda que las cargas compartidas son más fáciles de llevar.Aunque tenga razón en lo que dice, no me gustaría que se enterara de esta retorcida historia con Leonel, no porque no conf&iacu
Jenny:— Y entonces, ¿Estoy esperando? — Señala la directora en tono severo.— No es lo que parece Profesora Rosa. La señorita González y yo, simplemente estábamos sosteniendo un apasionado debate.Guardo silencio, pidiéndoles a todos los santos, que no se note el terror en mi rostro. Con los brazos cruzados nos mira incrédula por unos segundos, aunque la mayoría de su atención esta sobre Leonel.— ¿Sabe un cosa profesor Serrano?, lo de apasionado está a simple vista, con la diferencia, que a mí no me pareció que fuese un debate.— ¿En serio? Lo que sucede es que por lo general los argumentos de González y los míos no coinciden, a veces nos dejamos llevar defendiéndolos, ¿Cierto señorita?Me tomo un par de parpadeos reaccionar, estaba muy asustada por mentirl
Leonel:— Anda, escapemos de todo solo por un rato.Le suplico pegado a sus labios, con mis dedos entre sus cabellos, embriagado por el aroma de su perfume. Sus enormes ojos están ardiendo en deseo, así como el resto de su cuerpo que no deja temblar — No puedo estar equivocado, me desea tanto como yo — pienso, sintiendo su aliento.El silencio que recibo de su parte, es la confirmación de su anhelo, puedo percibirlo en el brillo que tiene su mirada. El ruido ambiente hace imposible que pueda notar el sonido de su agitada respiración, por lo que sin pensarlo, le quito las llaves del auto, dejándola perpleja.— ¡Vamos! ¿Qué esperas? ¡Sube! — mirando en todas direcciones, agarró sus cosas y entró al auto.— ¡Esto es una locura! Ni si quiera sé que hago yéndome contigo — Señala a punto de arrepentirse, entonces
Jenny — Es justo lo que quiero.Me siento una total desconocida, estoy completamente entregada a sus caricias, suplicando más del placer que solo él puede producirme. Ni si quiera me importa lo desagradable de este rustico hotel, mucho menos, recuerdo la advertencia de la directora esta mañana, lo único que me interesa es sentirlo dentro mí.— Parece un sueño, estar aquí con él.No puedo describir la emoción que siento al deslizar mis manos por su espalda sudada, ver que sus brazos me rodean, sin mencionar sentir su lengua degustar cada parte de mi piel — ¡Quiero más! Mucho más —— En la clase de hoy, voy a explorarte y hacerte vibrar de otras maneras.— ¿Cómo así?— Shhh (coloca su dedo sobre mis labios) solamente disfruta de lo que haré.Acto seguido se leva
— Seguro es un error. Si claro, eso tiene que ser… de pronto salió a comprar algo de comer antes de irnos. Él no me puede estar haciendo esto.Respiro profundo tratando de calmarme, me asomo por la ventana y la oscuridad delata que se ha hecho de noche. Me siento en el borde de la cama, cubierta apenas con la áspera sabana, mirando hacia la puerta como una misma idiota, esperando que aparezca.(Tocan bruscamente)— Se acabó el tiempo, tiene que abandonar la habitación — En ese preciso instante, no pude más y rompí en llanto.Devastada intento vestirme, hecha un mar de lágrimas, con el olor a moho impregnad en mi nariz. Lloro sintiéndome usada, como una misma prostituta barata a la que desechan luego de cumplió su cometido.— Soy una idiota, me dejé coger en este mugroso lugar, por un tipo que solo quería usarme — Repentinam
Leonel:No puedo creer lo que estoy viendo — Lo está besando, frente a mí — la sangre esta por subírseme a la cabeza, de solo observar como ese medio hombre posa sus manos alrededor de su cintura y como con ese sonrisa imbécil corresponde a los mimos con los que lo recibe.— Yo también te extrañe mi cielo — Le escucho decir y se me revuelven las extrañas.— No sabes la falta que me has hecho — Jenny besa la comisura de sus labios y me siento morir.— González, si ya terminó ¿Podemos hablar un momento? — Intento mantener la compostura, aunque lo que quiero realmente es tomarla del brazo e insultarla por lo que me está haciendo y partirle la cara a ese mequetrefe de quinta.— Claro, por supuesto. Lo que tenga que decirme, puede hacerlo delante de mi novio.— ¿Perdón?&mda
Jenny— ¡Que rico, así como anoche! —La escucho el corazón se me detiene — ¡Me dejo sola por irse con ella! — pienso quebrándome por dentro.Cruelmente fui puesta en mi lugar por la novia de Serrano, quien sin saberlo me recordó que solo soy un juego y que ella es la oficial, por la que siempre dejará todo y saldrá corriendo. Los veo felices abrazados, restregándome en la cara lo bien que la pasaron anoche, mientras que por mi parte yo, me estaba muriendo.De no haber sido por Adrián, no tengo idea de cómo habrían terminado las cosas. Recogiendo la poca dignidad que me queda del suelo le pido que nos marchemos de allí. Como la novia enamorada que se supone que soy, dejo que acaricie mi espalda mientras caminamos, sonriendo cual estúpida entregada.— De haber sabido que me recibirías as&ia