Narrador omnisciente.Aurora por fin había logrado llegar a la manada de su alpha, pero lo que encontró la dejó devastada. Todo estaba hecho cenizas y pocos lobos se veían intentando levantar los escombros. Se introdujo a paso lento respirando con dificultad, podía oler el aroma de la sangre aún fresca en el lugar. Sus ojos se llenaron de lágrimas y no sabía hablar en ese momento.- Mi luna. - un joven se le acercó al verla a lo lejos. - Sigue con vida.- ¿Qué pasó aquí? - ignoró lo que le dijo y le preguntó. - ¿Dónde está Killian?Su voz dolía escucharla, se veía débil y sin palabras. - Él fue en su búsqueda, mi señora. Cuando todo terminó aquí, se enteró de que el alpha vecino la tenía cautiva. - ¿Cómo lo supo?- Vino alguien de esa manada a decírselo. Él, inmediatamente fue hacia usted.No, ella necesitaba llegar con urgencia hacia Killian, no podía permitir que se enfrentarán por algo que si se ponía a pensar, no tenía sentido. Ella estaba bien y Kenay solo necesitaba entrar en
Narrador omnisciente.En tierras lejanas, un alpha se preparaba para ir en busca de su luna. Killian había podido derrotar a todos aquellos que habían atacado su manada, perdiendo a algunos otros en el camino. Sabía que Aurora estaba bien, porque su lazo así se lo hacía saber pero quería estar con ella. Le preocupaba no saber el estado de los demás integrantes que se fueron con ella. Si había tenido que enfrentarse a alguien en el camino o si justo ahora se encontraba sola.Emprendió camino con rapidez. Se encontraba algo cansado y estaba malherido pero su instinto lo llevaba a buscarla a ella, no podía estar tranquilo hasta tenerla junto a él. Para este punto Kenay ya se había enterado del escape de Aurora junto a los de su manada. Estaba furioso y estuvo con todas sus fuerzas a Koda, su portador. No podía mostrarse débil, porque su instinto animal lo tenía en el límite de la locura. Él sabía que era cuestión de tiempo para que Killian atravesara los portones de su manada buscando a
Narra Aurora.Me sentía como en un limbo, no era capaz de conectar mi mente con la realidad. No en ese momento y lugar, dónde estaba frente a frente con Killian. Ya estábamos de regreso en nuestra manada.Había vuelto a mi escencia, más allá de ser la loba blanca, la pacificadora. Aquí, era simplemente Aurora, volviendo a mi hogar, y a mi amor. Killian me había indicado que me acercara a un lugar, que ahí me estaría esperando así que aquí estaba con mis pensamientos hechos un torbellino que mezcla la incertidumbre de nuestro futuro con la certeza de nuestro amor.El aire estaba impregnado de la frescura del rocío matinal, las primeras luces del amanecer se filtraban a través de las hojas de los árboles, tiñendo el bosque con tonos de oro y verde. Avanzaba con paso seguro, aunque mi corazón latía aceleradamente. Cada paso me acercaba más a Killian, el lobo al que amaba, el alfa de mi manada, que había desafiado la muerte y el destino para ir en mi búsqueda. Recordaba cada promesa susur
Narra Kenay.El sol se oculta lentamente, esparciendo destellos anaranjados a través de las copas de los árboles. En el corazón de este bosque ancestral, donde el tiempo parece moverse a su propio ritmo, camino solo. Mi figura lobuna, alta y majestuosa entre los susurros del crepúsculo, refleja la lucha interna que ha consumido mi espíritu y mi carne, que ahora, al fin, parece acercarse a su culminación.Desde nuestra unión forzada, Koda y yo hemos vivido en un constante tira y afloja, una batalla de voluntades donde ninguno de los dos ha estado dispuesto a ceder por completo. Como lobo alfa, he dominado en gran medida, relegando a Koda a un rincón oscuro de nuestra mente compartida. Pero las palabras de Aurora, esa visión de paz y unidad, aún resuenan en mi ser. Ella habló de armonía y de la necesidad de respetar la dualidad de nuestra naturaleza, no solo como un deber sino como el único camino hacia la verdadera fuerza.La noche está estrellada cuando me detengo junto a un antiguo l
Narra Koda.El bosque estaba en calma, la luz de la luna bañando cada hoja y cada rama con un resplandor plateado que parecía elevar el paisaje nocturno a algo mágico y etéreo. Yo, Koda, con Kenay aún resonando en las sombras de mi ser, caminaba por este santuario de paz, sintiendo cómo la frescura del aire nocturno limpiaba los últimos vestigios de conflicto que habían asolado mi alma.Mi mente estaba tranquila, una tranquilidad que no había experimentado en años, quizás nunca. Desde que Kenay y yo nos habíamos reconciliado, una nueva comprensión había florecido dentro de mí, una comprensión que me permitía ver más allá del lobo furioso y el hombre confundido que una vez fui. Ahora, ambos éramos uno, integrados y completos, navegando juntos en esta existencia.Mientras mis pasos me llevaban sin rumbo fijo a través del bosque, una parte de mí, la parte que aún latía con el corazón de un lobo, sentía algo más que la serenidad de la noche. Había una pulsión, un tirón hacia algo... o alg
Tan solo quiero hacer unas peticiones o más bien, recomendaciones. Ante todo, no soy experta, esto lo hago por hobbie, habrán muchos errores y no solo me refiero a la ortografía, pero prometo poner todo de mí para que la lectura sea de tu agrado. •Ya sabes mis condiciones: nada de hate. Si algo no les gusta, abandonen, opinen —de manera sabia—, o continúen leyendo sin importar qué. Recuerden que aquí se viene a disfrutar y a dejar que nuestras mentes vuelen más alto que una nube. •Publicaré cada dos o tres días, debo aprovechar el tiempo antes de entrar a la universidad, así que, espero me tengan paciencia y consideración. •Esta historia obviamente no está registrada bajo los derechos de autor, pero aún así pido de corazón, que no copien ni adapten sin mi permiso. Es duro el esfuerzo por escribir algo congruente, así que no dañen el trabajo de otros. •Con el paso de los días, corregiré este epílogo para que sea más llamativo y ajá, pero la emoción me pudo más y decidí escribir cua
Verla a ella y sentir de inmediato esa paz, me hace sentir el lobo más afortunado de todo el jodido mundo. Su carita toda tierna y rojita, su cabellito castaño como el de su madre, sus manitos y piecitos tan pequeñitos... Toda ella es pura belleza y perfección. ¿Y lo mejor de todo? Que es toda mía. Ni su padre ni nadie me va a impedir que la reclame como tal. Sé que soy un maldito que tiene miles de problemas encima y que no la merezco, pero prefiero ser un egoísta y tenerla a ella a mi lado para siempre que simplemente renunciar a todo lo que pueda ofrecerme su compañía. Debo solucionar todo lo que he causado para que en un futuro que venga a llevarla conmigo a mi manada, tenga un lugar seguro y digno en donde poder vivir. Sé también, que es demasiado pronto para hablar así, pero en mi naturaleza, está el hecho de que ya la tengo conmigo y me es inevitable planear una vida a su lado. Que sea mi mujer, mi luna, la madre de mis futuros cachorros y que con ello, me haga feliz, me de l
— ¡Lo prometiste! — grita ella con la carita roja por el enojo. Se cruza de brazos y mira a otro lado. Se ve hermosa con ese vestidito azul. Sus rulitos se ven perfectos y brillantes. Sus piecitos colgaban del sofá y en cambio yo tenía que agacharme un poco para poder quedar a su altura.— No pude venir amor, estaba ocupado. — y vaya que lo estaba.En la manada las cosas ni mejoran, pero al menos tampoco empeoran. El cansancio aveces me puede más, pero eso jamás me ha puesto impedimento para venir a verla, solo que ayer, de verdad que estaba muy mal herido porque se me montaron tres encima a atacarme. La gente allí sigue sin querer perdonarme pese a todo lo que he cambiado. He reconstruido todo y más, la manada se podría decir que está en su mejor apogeo, tal y como mis padres lo dejaron antes de morir. Pero, eso ha implicado de mi tiempo, y ahora por ello tengo a mi pequeña mate enojada por haber faltado a lo sagrado, que es venir y arroparla con el ojo de su padre encima. Anoche h