Tres años después
Corro apretando suavemente el cuerpo de mi bebe a mí pecho, mientras dificultosamente esquivo las llamaradas de fuego de la mansión, salto a todo lo qué dan mis piernas encima de los escombros qué son consumidos hasta cenizas. El deseo de salvar a mi bebé me da la fuerza para pasar por el lugar, el corazón se me estruja al escuchar el llanto de mi pequeño Asher.
— ¡Mamá! ¡Mamá! — sólo basta qué baje hasta la primera planta para qué pueda escuchar la voz de Sky, sin esperarmelo por fín el cuerpo de mí hija mayor se apega hasta el mío — ¿Dónde están todos, d&oa
— ¿Mérida?. — Uhum — murmuro.— Tú hijo está llorando — la voz de Ashton llega hasta mís oídos, intento moverme pero mí cuerpo sé encuentra en letargo.— ¿Cómo qué mí hijo? — levanto mi cuerpo al analizar lo qué ha dicho — Si no mal recuerdo, es tú hijo también.— Claro que lo recuerdo, así también cómo lo hicimos — enarco una ceja en su dirección — Pero es qué a Asher sólo le gusta qué tú lo arropes.Una idea llega a mi cabeza — Ashton — le llamo — Sí vas tú, qué tal sí rememoramos cómo hicimos a Asher.— ¿¡En serio!? — Ashton levanta su cuerpo tan rápido qué casí se cae de la cama, lo qué me hace mucha gracia — Entonces iré yo, haré qué deje de llorar y qué se duerma, y cuándo vuelva cuándo vuelva, tú y yo.Fugazmente le doy un
— Este es el momento — susurro. Lentamente e intentando no hacer ruído alguno, bajo mis brazos en las cuáles sostengo el cuerpo de mí pequeño Asher, me detengo al ver y sentir moverse en mis brazos, pero suelto un suspiro cuándo su respiración se vuelve lenta. Así con mucho cuidado le dejo en la cuna, cubro su cuerpo con la mantita qué tanto le gusta, quizás porque está impregnada con el aroma de Mérida y él mío. Contemplo a mí cachorro, al verlo dormir me viene el recuerdo del día en qué Mérida me dijo qué estába embarazada, ése fué un gran día, desde ése tal y cómo lo hice con Sky, le hablé posicionando mí cabeza en el abdomen de Mérida para qué él pueda escucharme, y así lo hice todos los días hasta el momento del parto. Para mí él embarazo de mí amada esposa, debo decir qué hubieron días malos y buenos, buenos porque sabía qué mí Mérida llevaba consigo a nuestro hijo, bueno porqué nos unió
— Felicidades Mérida — rápidamente doy media vuelta para saber de quién es esa voz — ¿Dónde está nuestro sobrino?.Louis y Harry me abrazan a la vez que tienen cuidado de no apretarse mucho a mí, ya que tengo en mis brazos aun muy dormido Asher — Hola chicos, ¿cómo están? ¿porqué no habían venido antes a visitarnos? — les pregunto animadamente.— Muy bien — contesta el de ojos verdes — No hemos venido antes porqué ya tenemos un buen trabajo en Londres y no nos queda mucho tiempo libre.A Louis le doy al aún dormido Asher, tanto él cómo su pareja se maravillan por lo tierno que es mi bebe. Confiando en que le cuidarán comienzo a buscar a Ashton y a Sky, a estos dos no les he visto por ningún lado, sigo asi hasta encontrarme con muchos de los invitados, de repente un brazo me jala dándome la media vuelta, al hacerlo mi rostro pasa de confundida a impresionada por los tres pares de ojos qué
AlexMis ojos ven con asombro todo lo qué han preparado para está fiesta, las luces, la tarima qué han montando seguro para la presentació de algún grupo musical, el sin número de personas bailando al sensual ritmo de la música latina, y en especial la comida, en resumen, la celebración del tercer aniversario de cansados de mí hermana Mérida y Ashton Romanoff. Con pasos torpes por el gran número me personas intento llegar hasta dónde está mí Amy y Bryan, pero me es dificil por lo qué me tengo qué esperar unos minutos para qué se dispersen; pero luego de unos cinco minutos mí ceño está tan fruncido qué pareciera qué tuviera uniceja, al igual qué él TIC nervioso de mover mí pierna desesperado y es qué hasta ahora al parecer a aumentando él número de personas qué se interponen entre mí familia y yo.— ¡Damas y Caballeros! — de repente la voz de mí sobrina Sky se escucha por todo el lugar, por lo que dirijo mí mirada a la tarima en dónde puedo verla junto a Derek, ellos parecen ser
— Yo Ashton James Romanoff, actual lider y Alfa de la manada Colmillo Rojo, cedo mí liderazgo al momento qué sea necesario a mi hija, Skylar Andrea Romanoff.Todos voltean sus miradas a mí dirección, sus ceños fruncidos son la clara confusión de mis actos, tanto los ancianos cómo Derek y Luke comienzan a murmurar pero con un fuerte grito y un potente golpe a la madera de la mesa les cayo — ¡Cálmense todos!, yo sigo liderando está manada, y cómo dije “al momento qué sea necesario”, — recalcó, todos nuevamente analizan mis palabras hasta qué las entienden y así asienten — Mí hija, será la alfa de está manada hasta qué yo repita estás palabras a élla, lo cuál será quizás dentro de muchos, muchos años.— Me asustó alfa — la voz de uno de los más ancianos se dirige a mí — Pensé qué nos dejaría o algo parecido.— Sí, éso es cierto — uno de los amigos de mis padres se levanta también — Aúnque no hay de qué preocuparse, sí usted se va de viajé con nuestra Luna Mérida, quedaríamos
— ¡Ohh! — siseo — Eres la mejor Mérida, ¡dios! tienes un gran don con las manos.Bajo mi mirada para así ver a Mérida dándome un grandioso masaje en los piés, ella me sonríe amablemente, gesto que le devuelvo agradecido de que haya aceptado darme este masaje que tanto he necesitado. Y es que durante estos dos días he entrenado junto a ella durante las mañanas y en las tardes voy junto a Louis y Derek a dar una ronda por los límites de nuestro territorio, y eso es bastante cansado.— No lo digas de esa manera Ashton — frunzo el ceño al escucharle — Haces que parezca que estoy haciendo otra cosa.— Lo siento amor no fué mí intención — le respondo volviendo a recostar mí cabeza.“No creo qué nuestras lectoras sean mal pensadas. Cof-cof”.Ya sintiéndome mejor y relajado, en un rápido movimiento me siento en la cama a la vez qué entiendo mis manos para tomarla de sus hombros y jalarla hacía mí, quedando ella encima de mí. Sus piernas alrededor de mí cinturas y sus rodillas a cada lad
Mí hermano jala de mi corriendo por las escaleras, mí cuerpo al igual qué el suyo está temblando por el miedo, que cala hasta nuestro huesos, al igual qué el sudor frío que baja por nuestras espaldas.Entramos a su habitación, todo oscuro pues no queremos dar nuestra posición a esos malditos animales — Me-Mérida no salgas de aquí — yo niego efusiva en negación — Por favor Mérida quédate aquí sin hacer ruido.— Alex, no te... no te —me abrazo al cuerpo de mi hermano mayor — No me dejes.Mis lágrimas mojan su camiseta camiseta, pero no ahora no importa, me separo para tomarlo de cada lado de su rostro, mas lágrimas salen mís ojos al ver el magullado rostro de Alex, además también tiene su labio cortado al igual que su ceja izquierda.Mí cuerpo se tensa al escuchar como muchas cosas son rotas en la planta baja, mí cuerpo tiembla a más no poder — Tranquila
— Despierta — escucho un susurro en la lejanía — Mérida despierta, ¡con carajo Mérida despierta!.De un salto me levanto de la cama, pero el sueño y la flojeria me gana y caigo nuevamente en la cama, Shara no tarda en caerme encima haciendome conquillas, en donde reímos como retardadas mentales.— Ya-ya — logro decir faltandome el aire — Sólo tomo una ducha y bajaré, okey.— Apresurate entonces — de repente mí amiga pasa a una seriedad qué sólo usa cuando algo malo pasa — Tenemos qué hablar.Yo asiento, espero que la pelirroja salga para comenzar a desvestirme para luego entrar estar al baño a darme una buena ducha, al hacerlo veo la foto qué está en mí mesita de noche, la tomo entre mis manos y acaricio con mis dedos el rostro de mí hermano — Te extraño mucho — digo para luego besar la imagen y volverla a poner en su lugar.Ya desnuda entro al baño, me veo al espejo, aprecian