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Capítulo 4. - Un Invitado

Al despertar lentamente frotó mis ojos y observo durante un gran tiempo hacia el techo, aún se puede sentir fría la habitación lo que me lleva a pensar que no ha salido completamente el sol, debido aquella pesadilla y gracias a Marcella que me arañó no he podido dormir nuevamente, las dudas vuelven de nuevo a mi mente, ¿que debería hacer ahora?, ¿cómo doy con Clara?, ¿quién es en realidad mi padre?, ¿qué habilidad tengo para que deba ser ocultada?, eran tantas que no podían ser resueltas de la noche a la mañana, La única opción que me quedaba era esperar que madre se recuperara lo suficiente para que me ayudara.

Ha pasado más de una semana, durante este tiempo no he sabido nada de Clara y sobre mi madre, lo único que se con certeza es que tiene pocas esperanzas, ella sabía que empeoraría y decidió dejarme esta incógnita sobre padre para que no tuviera miedo a quedar solo, siempre ha puesto mi bien por sobre el suyo, algo de lo cual no me siento muy orgulloso.

En el tiempo que ha transcurrido decidí hacer algo de ejercicio, mi intuición me dice que lo necesitaría si quería ir tras de Clara o mi padre, no ha sido fácil pero puedo correr lo necesario para escaparme de alguna situación grave, deje de beber la medicina que dijo madre sin embargo no he visto ningún cambio, mi físico si ha mejorado pero considero que es debido al esfuerzo que he estado haciendo aparte de ello no veo que pueda realizar algo especial madre seguro estaba exagerando, mi habilidad debe ser de las peores.

No he logrado obtener ningún trabajo, me perdí los exámenes de ingreso a la universidad debido a mi inseguridad, pero gracias a todo esto, ya estoy seguro de cual camino tomar, mi prioridad principal es descubrir cuál es mi habilidad y aprenderla a controlar, de la que no aparece nada a tal punto que he llegado a creer que la he perdido por inactividad.

Mientras estaba sentado en el comedor jugando con el cereal y pensando en una forma de hacer aparecer mi habilidad alguien golpeó fuertemente a mi puerta, al abrirla un hombre algo extraño estaba parado fuera, mientras sostenía un tabaco en su boca con su mano derecha con la izquierda acomodaba su sombrero negro, una cicatriz que iba desde su mejilla hasta el cuello no dejaba de llamarme la atención, por donde quisiera ver esta stuación solo podría decir que eran problemas, quise tirar la puerta en su cara y volverme a sentar, pero un escalofrío que recorría todo mi cuerpo no me dejaba actuar.

Luego de observarme durante aproximadamente cinco minutos me dirigió algunas palabras.

Hombre Extraño

- Jovencito, veo que has crecido saludable y seguro, ¿acaso ha olvidado a sus mayores?, no tiene ni la mínima cortesía de invitar a pasar a alguien que se tomó la molestia de venir a visitarlo.

Sin la mínima idea de lo que decía le ofrecí una sonrisa y lo invité a pasar, coloco su abrigo y sombrero sobre la mesa mientras tomo asiento, el humo no dejaba de salir de su boca, esto era un poco molesto sin embargo no me atrevía a decir una sola palabra.

Hombre Extraño

- No tienes porque estar asustado, se que ha sido una visita repentina y tal ves no recuerdes a este viejo canoso ya que solo nos vimos una ves cuando tenías cuatro años, por lo que me presentare nuevamente, presta mucha atención porque no lo volveré hacer.

Cuando escuché aquellas palabras no podía ocultar mi cara de asombro, muchas ideas o suposiciones había llegado a mi mente y las más fuertes me decían que podría ser alguien que conocía a mi padre, más que eso podría ser mi padre.

Hombre Extraño

- No seas idiota, no soy tu padre, tampoco puedo leer la mente, solo que tu expresión es muy obvia.

Todo estuvo en silencio durante unos minutos, la ansiedad estaba carcomiendo mi mente, no tenía ni la mínima idea de quien era, pero el solo hecho de pensar que podría ser alguien conectado a Clara o mi Padre provocaba un cosquilleo en todo mi cuerpo.

Capítulo 4.1 -El Primer Paso

Aquellos minutos de silencio parecían entrenos, no podía seguir esperando mucho más, de mi boca salieron unas cuantas palabras "viejo me dirá quien es o no", después de pensar en lo que había dicho me puse un poco pálido, no sabia que reacción tomaría ante mis palabras.

Hombre Extraño

- Suelta unas carcajadas, me gusta, parece que tienes un poco de valor chico, atreverte a llamarme viejo aún sin saber quién soy, no se como te las has arreglado para sacar ese coraje mientras estás a punto de orinar te de pie.

- Muy bien, te lo diré, este viejo que estás viendo aquí es tu abuelo, he venido porque tu madre me lo ha pedido, a partir de ahora estaré cuidando de ti y enseñando te sobre el mundo del cual no sabes nada, si el idiota de tu padre no tuviera tantos problemas encima seria el más indicado para hacer esto, es una molestia que un viejo como yo tenga que venir hasta aca para hacerse cargo de algo como esto.

Al escuchar esto mi corazón se aceleró, fue durante poco tiempo pero sintió una gran alegría, por primera vez conocía a mi abuelo y al parecer era un sujeto grandioso, solo con dar un vistazo nos dábamos cuenta que era alguien muy fuerte y respetado, una apariencia ruda pero galante, ¿entonces como será mi padre?, más preguntas llegaban a mi cabeza, sin embargo esta vez tenía una luz de esperanza para resolver todas ellas, mi abuelo.

Abuelo

-Chico, no te equivoques, no creas que todo a mejorado solo porque estoy aquí, a partir de ahora comenzara el verdadero infierno, deberías empezar a empacar, nos iremos de esta pocilga en la que vives.

¿Empacar?, ¿viaje?, ¿a donde me quiere llevar?, ¿qué pasará con madre?, mi mente se nubló con miles de preguntas luego de escuchar que tendríamos que irnos, no sabía cuál debería realizar, ¿solo debería preguntar todas a la vez?.

Abuelo

- No tienes que preocuparte, solo será un tiempo mientras aprendes sobre tu habilidad y por tu madre no te preocupes la podrás contactar cuando mejore.

Tome una mochila vieja y empaque la poca ropa que tenía, me dirigí hacia la cama en la cual se encontraba Marcella recostada, la tomé entre mis brazos, volteo en dirección a la salida mientras digo "abuelo, ya podemos irnos".

Abuelo

- Ha sido más rápido de lo esperado, me gusta esa actitud chico, un hombre decidido siempre obtendrá lo que quiere, el camino que estás a punto de comenzar será difícil, espero que siempre tengas la misma firmeza de este día.

Sin más, me dirigí con mi abuelo hacia las montañas en donde al parecer había una pequeña sede de entrenamiento especial escondida que pertenecía a mi familia.

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