Mi brazo luce pálido y algo más escualido que antes, y mierda, soy un hombre blanco pero eso es rídiculo. Estoy con mi ortopeda, y finalmente, luego de poco más de dos meses, finalmente me han retirado el yeso del brazo y me siento liberado, la sensación me recuerda a cuando finalmente pude apretar una pelota en terapia luego de mi fractura en las manos, pero la comparación entre un brazo y otro es ligeramente divertido.

- Bueno señor Lazarev, espero verlo el dos meses más para retirar el yeso de la pierna - informa el ortopeda antes de dejar a un lado la sierra que había utilizado para cortar mi yeso - espero que esté teniendo reposo, le recuerdo que de no hacerlo, tendremos que aplicar un par de tornillos para poner la pierna recta de nuevo

- Estoy tomando reposo - le aseguro, y mierda, sí que lo estaba tomando, y con la nueva niñera, finalmente podía tener un poco de tiempo a solas en el estudio, y finalmente las horas de silencio que no tenía desde antes de que Amara estuviera hos