HeavenJunto con todo el personal del hotel, nos reunimos en la entrada para recibir a nuestros invitados de lujo, los empleados de la empresa Bosko, una famosa empresa de modas en Europa, exactamente en Polonia. Habían pasado alrededor de dos meses desde que yo tomé la decisión de dejarle de hablar con Alexandre y cada vez, mi ánimo no dejaba de decaer más y más.—Buenos días a todos, es un enorme placer tenerlos a todos aquí con nosotros —el hombre de mi vida comenzó saludando con educación a nuestros invitados—Mi nombre es Alexandre Clarck, y soy el dueño del hotel.—Buenos días Alexandre, mi nombre es Bruno Bosko y soy el jefe de la Empresa Bosko al igual que mi hermano Filip.—Mucho gusto —le extendió la mano sin dudar.—Mi nombre es Paige Clarck, directora de alimentos y bebidas y soy quién va a estar a cargo del servicio de la comida que se sirva durante el día del desfile —dijo con una sonrisa. Me alegraba mucho verla tan feliz después de lo que pasó. Por fin, sus padres acept
HeavenNo tuve otra opción que levantarme y seguirle el paso a Alexandre, pues bien sabía que si yo me atrevía a decir que no iba a armarse un tremendo escándalo y que le daría a la gente más razones para seguir hablando de mi vida y mis relaciones amorosas. Él me guio hasta el lugar en el que se encontraba todos los implementos de limpieza, prácticamente, como decir que el llamado armario del conserje.—¿Para qué me has traído hasta acá? —Enarqué la ceja, como símbolo de lo desconcertada que estaba en ese mismo instante. Yo no quería verlo a los ojos, y siendo honesta, tampoco quería que me dirigiera la palabra porque si lo hacía, iba a darle fin a todo ese autocontrol que he tenido los últimos meses—No necesito que me hagas perder el tiempo, así que déjame ir y acabemos con esto, por favor.—Heaven, cielo, escúchame por favor...—tomó mi mano y dudé de mi propia fuerza de voluntad. Sin embargo, tomé un respiro y lo obligué a soltarme—Siento mucho haberte lastimado de la forma en que
HeavenIntenté mostrar la mejor de mis sonrisas al señor Harry Relish, el único hombre que podría ser capaz de ayudarme a dar por terminado el matrimonio. Hoy, 6 de enero, iba a darlo todo por intentar conseguir que los Relish aceptaran darle fin de una buena vez al contrato con los Thompson y los Clarck.—Buenos días, señor Relish. Qué gusto conocerlo y estar aquí con usted —le extendí la mano y él la apretó con gusto.—Señorita Heaven Duch, no sabe lo feliz que me hace conocer a una mujer tan bella e inteligente como lo es usted —besó mi mano y le sonreí de nuevo, qué amable era—¿En qué puedo ayudarle? —Quiero hablar con usted sobre un contrato millonario que firmó con las familias Thompson y Clarck hace muchísimos años —me atreví a decirle, por más que las manos me temblaran. Tal vez, estaba involucrándome en asuntos que ante los ojos de los demás no eran de mi incumbencia, sin embargo, sí que lo eran porque yo era la novia de Alexandre Clarck y yo tenía todo el derecho de hablar
AlexandreTerminé de arreglar todo el departamento de Heaven para que cuando ella llegara se encontrara con una grata sorpresa. Esta vez, sería el primer cumpleaños que yo iba a celebrar con ella y no me interesaba que no me hablara hace mucho tiempo.Ella quizá ya olvidó que me había dado una copia de las llaves de su apartamento hace unos cuantos meses para que cuando yo deseara venir a visitarla, no arruinara su sueño o la obligara a salir en medio de su ducha.Me encargué de comprar un gran pastel, bebidas y bocaditos que fueran de su preferencia. No olvidé comprar un par de cosas en McDonald's que ella dijo que le encantaban aquella vez. Me sorprendió escuchar el sonido de las llaves, y me senté en el sillón a observarla entrar: Vestía una falda corta de color azul junto con una blusa blanca y tacones altos, que moldeaban perfectamente su delicada figura.—¿Alexandre? —Se sorprendió al verme, sin embargo, no parecía estar enojada, al contrario, se veía muy contenta y me pregunté
HeavenMe sorprendió el hecho de encontrarme con una oficina muy arreglada y cálida el día de la supuesta reunión familiar. Dentro de lugar, se encontraban varios bocadillos y botellas de vino y whiskey. La gran mayoría de los invitados ya habían llegado, Alexandre y yo fuimos los últimos en llegar:—Buenos días —saludamos al unísono y les sonreímos a todo mundo antes de tomar asiento y dar inicio a la reunión.—Muy bien, ahora que todas las personas citadas ya se encuentran aquí, creo que es momento de conversar sobre todos los asuntos que tenemos pendientes. En primer lugar, comenzaré comentándoles que hace un par de años, los Thompson, los Relish y yo firmamos un contrato para que mi hijo y Daphne contrajeran matrimonio y que posteriormente, Timotheé y Lauren también. No solo firmamos por la unión entre nuestros hijos, sino porque había una ganancia millonaria de por medio...—suspiró un poco nervioso, vaya que me parecía que estaba siendo muy valiente al confesarlo todo frente a su
Alexandre—Sabemos que la herencia familiar es algo de lo que prácticamente ni siquiera hemos hablado a lo largo de los años. Sin embargo, nosotros, Andreu y yo, como una pareja queremos comenzar otra etapa de nuestra vida en otro lugar muy diferente a este, aunque sin dejar de dedicarnos a nuestra cadena de hoteles, ahora que todos nuestros hijos se encuentran bien y han empezado a decidir lo que quieren hacer con sus vidas. Por lo mismo, leeremos el documento que un abogado hará totalmente legal en los próximos días en el que explicaremos qué bienes y demás le pertenecen a cada uno de nuestros hijos —mi adorada madre habló lo más seria posible.—Empezaremos hablando de los hoteles alrededor del mundo que forman parte de lo que heredé cuando mi padre lo dispuso —el abuelo había muerto hace unos pocos años y al morir, le dejó todo en absoluto a mi padre debido a que era su único hijo. La abuela también falleció dos años y medio atrás—Como ustedes saben, contamos con, para ser exactos,
Alexandre—Qué gusto tenerla aquí, en mi habitación una vez más, señorita Duch —la acerqué a mí y la tomé de la nuca para separar la distancia entre nosotros. Nosotros habíamos decidido venir a mi departamento debido a que mis padres tenían planes de cenar con un par de socios. Había pasado más de una semana y media desde el anuncio que hicieron en la oficina y todo el mundo parecía encontrarse muy contento—Eres tan bonita, Heaven...Me pregunto cómo es que fuiste capaz de robarte la belleza de todos los ángeles del cielo solo para ti...Eres una niña mala, señorita perversa...—volví a unir nuestros labios mientras noté como ella soltó una pequeña risa como respuesta a mi acción.—Eres todo un pervertido conmigo, señor Clarck... ¿Y es qué así serán todos los días de nuestro matrimonio?—Serán mucho peores mi amor, porque no sé si pueda resistir teniéndote a mi lado todo el tiempo durmiendo en ropa interior y provocándome con ayuda de todo ese maravilloso y sensual cuerpo tuyo —dejé beso
HeavenEl día del parto de Paige había llegado el 14 de marzo, por lo que todos nos encontrábamos en el hospital, esperando a que los dos preciosos bebés llegaran al mundo. Me di el lujo de avisarles a Aleska y Rosé sobre lo que estaba pasando y ellas dijeron que iban a tomar un avión de inmediato para ser capaces de conocer a Dave y Caden.—¿Se ha sabido algo sobre Paige o los bebés? —La señora Leigh llegó al hospital. A Paige se le había roto la fuente alrededor de las dos de la mañana y ahora mismo, eran las ocho.—Estaban esperando a que las contracciones fuesen más seguidas para comenzar con el parto, y apenas la ingresaron al quirófano hace una hora. Estamos esperando a que el médico salga a darnos información sobre su estado de salud y el de los bebés.—Gracias, Heaven —Leigh me agradeció y se retiró a sentarse en una de las bancas de la sala de espera.—¿Alexandre? —Lo llamé, perdiéndome en la luz de sus ojos—Te amo, mi amor.—Te amo también, mi cielo —plantó un beso en mi mej