—¡¿Cómo te atreves, miserable pichón de brujo, a desafiarme de esta manera?! ¡Serás el primero al que le arranque la cabeza! —gruñó Elijah con ira en sus ojos, mostrando sus colmillos afilados mientras sus rasgos humanos se deformaban en una monstruosa mueca.—Parece que tendremos que resolver esto de la única manera que conocemos — manifestó uno de los brujos, mientras seis de ellos se colocaron en posición de combate, extrayendo bastones luminosos de sus manos, que incluso bajo la luz del día brillaban resplandecientes. Elijah apretó la mano de Marlén con furia, haciendo que varias rocas se elevaran del suelo y flotaran en el aire, suspendidas por su magia, y los brujos observaron con incredulidad mientras las rocas se movían amenazadoramente.—¿Cómo es que él puede controlar los elementos? —exclamó uno de los brujos con los ojos desorbitados, incapaz de comprender de dónde Elijah obtenía tanto poder—. Según nuestros informes, eras tan débil que habías sido derrotado por unos simpl
La humedad picaba por debajo de las rodillas de Dayanara, pero ella aguantaba sin hacer ningún movimiento. Mantenía la cabeza agachada, permitiendo que las lágrimas que brotaban de sus ojos lavaran sus pesares. Imaginaba cuál sería la respuesta de su padre, ya que siempre le había pedido que eliminara a esa niña inocente, que no era culpable de que ella diera rienda suelta a su amor con una criatura de otra especie.Mientras tanto, Arabella, con los brazos cruzados sobre el pecho y balanceando un pie, sonreía triunfante. Ingenuamente, esperaba la orden para salir corriendo y enfrentar a una persona que creía débil, y con rasgos característicos espantosos. Dado que en su mente, los híbridos eran personas deformadas, una mezcla de dos especies fusionadas. Aunque Arabella nunca había visto un gnomo, los imaginaba como pequeños enanos con dientes afilados, orejas puntiagudas y gorros puntiagudos. Los visualizaba con narices redondas y peludas, vestidos con botines y ropajes verdes. Sin em
Elijah se tensó, su cuerpo se puso rígido, pero luego estalló en una carcajada estruendosa que llenó la habitación.—Vaya, parece que te encanta ser el centro de atención. ¿Crees que te buscan a ti? —le preguntó, con tono burlón.— Ellos buscan a un monstruo con un cuerno largo en la frente, alguien que me sobrepasa en tamaño. ¿Qué harían con una pulguita como tú?—. Le dio un golpecito en la frente y Marlen frunció el ceño.—Eres un idiota, siempre me minimizas —protestó enfadada, e intentando liberarse de su agarre. Pero él la mantuvo firmemente sujeta y le robó un beso.—Sí, es cierto, vendrán por ti. Te han visto a mi lado, ayudándome. Te quieren muerta, eso está claro. Por eso no debes alejarte de mí, no permitiré que te hagan daño.«Porque yo soy el único que debe hacerlo», completó en su fuero interno.—Pero tú no eres esa criatura de la que hablan. ¿Qué peligro podría representar una mujer tan pequeña y tierna como tú? —. Las mejillas de Marlen se tiñeron de un intenso tono rosa
—Obviamente, me iría de aquí. Con lo que me hizo tu tío por puras sospechas, no quiero ni imaginar qué me haría si lo confirmara. Además, entiendo que tu pueblo tiene razones para odiar a los brujos —le contestó con inocencia, creando muecas que a él le parecieron adorables.Con ternura, él le quitó el espejo de la mano y lo lanzó hacia la cama, luego la jaló del brazo derecho, haciendo que enredara sus brazos alrededor de su cuello.—No eres una bruja, solo estás teniendo un reflejo mágico —le mintió, mientras le peinaba el cabello rojo, recogiéndole los rizos en una coleta alta. Marlén sonrió aliviada.—Eso me quita un peso de encima, como no te lo imaginas. Por un momento me aterró mucho y pensé en Mateo, porque supongo que si yo soy una bruja, como híbrido, él también lo sería. Con todo lo que me has dicho, vivo aterrada... —Él la silenció, posando un dedo sobre sus labios.Ella, al darse cuenta de que él le había recogido el cabello, miró a su alrededor sin mover la cabeza.—¿De
Marlen inclinó la cabeza hacia atrás, dirigió su mirada al cielo para encontrarse con los ojos de su amado.«Es demasiado guapo» pensó anonadada, pero sacudió la cabeza para no desconcentrarse.—¿A qué temes? — lo cuestionó, con un fruncido de ceño que acentuaba su preocupación.En la profundidad de su ser, Elijah susurró, «Mateo, acércate, hijo».—¡Dios Mío! — chilló Marlen, asustada y llevándose la mano al pecho, cuando una pequeña bola de pelos blancos apareció a sus pies. El pequeño lobo se frotó contra sus piernas y con su patita, le rozó la piel. Sus u&nt
Frente al armario de metal relucía Marlen, quien se desprendía del manto de su cotidianidad para envolverse en la elegancia proporcionada por el uniforme del restaurante. La tela se ceñía a su silueta como una segunda piel, mientras sus ojos recorrían su imagen en el espejo, ajustando meticulosamente cada detalle. Pero en ese instante de vanidad, su reflejo se tornó borroso y su mente se zambulló en un mar de recuerdos, marcados por la temeraria decisión de haber desafiado las advertencias de Elijah cuando le pidió encarecidamente no abandonar la seguridad de su manada. Sin embargo, se decía que no podía dejar su vida en una pausa por miedo; esa no era su esencia, ya que no es una mujer que relega sus responsabilidades, aun estando al lado de un hombre que posee inmensurables riquezas.—¿Cómo se atreve a venir a trabajar después de lo que hizo? —susurraban voces entrelazadas con veneno que la alcanzaron desde el pasillo y Marlen no necesitaba girar para reconocer las dueñas de esas mi
El corazón de Marlen parecía un tambor desbocado y su respiración, un fugitivo escapando de la prisión de sus pulmones, a pesar de que no estaba haciendo nada malo y no tenía por qué sentir todo aquello; sin embargo, la sorpresa logró que sus emociones se descontrolaran. Por otro lado, Elijah, nublado por la furia, arrastró su asiento hacia atrás y se puso de pie bruscamente. Luego, extendió ambas manos al frente y recitó un conjuro en un idioma ancestral, provocando que el aire a su alrededor chispeara con una luz tenue. Con un movimiento fluido, llevó sus manos hacia su cabello, y a medida que las puntas de sus dedos lo acariciaban, el color de sus mechones comenzaba a cambiar lentamente, como si estuviera tejiendo la magia misma en su melena. Los mechones oscuros se tornaron dorados, luego plateados, adquiriendo un resplandor iridiscente. Como lo estaban siguiendo, debió camuflar su aura y apariencia para desviar a sus atacantes.—Fascinante —murmuró Marlén, viéndolo con deslumbra
Continuación:—No lo hago. Eres más poderosa que yo, pero te falta disciplina, no conoces tu capacidad, y menos sabes cómo usar tus poderes. Lástima que no pienso dejarte vivir, porque me desagrada que exista alguien que supere mi poder—, contaba Draven triunfante, pero lo que él no vio venir fue que, cuando ese coche estaba casi a punto de explotar, Elijah, Marlen y Roy desaparecieron.—¡Mierda!— chilló el rubio con bruma negra saliendo de él cuando se vio atrapado en su propia trampa, y la vitalidad que antes sentía desapareció por completo. Intentaba usar su magia para salir de esa llamarada y salvar su vida, pero era como si antes de desaparecer, Marlen se hubiera llevado parte de su poder.—¡Es imposible, ahhh!—, lloraba en su propio infierno.En la manada.3 horas después.Marlen abrió los ojos lentamente, viendo a Elijah a su lado con el torso desnudo y todo su six-pack robándole su atención. Tragó saliva y apartó la mirada de esa hermosura para ver cómo le tenía una mano aga